La Habana, 8 mar (PL)
Cuba mostró pruebas del desarrollo de planes por Estados Unidos para intentar implantar en la isla sistemas ilegales de comunicación y espionaje con el uso de sofisticada tecnología.
Dalexis González Madruga, un joven graduado de ingeniero en telecomunicaciones en la Universidad "José Antonio Echeverría" fue contactado por agentes norteamericanos para la introducción clandestina de equipos sofisticados y la instalación de una red.
Un documental difundido esta noche por la televisión cubana divulgó en la propia voz e imagen del que, en definitiva, se convirtió en el agente Raúl de la Seguridad del Estado, los pasos dados para tratar incluso de viabilizar un sistema que transmitiera directamente a la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana.
Como parte de los proyectos millonarios financiados por las distintas administraciones estadounidenses, el objetivo era también poder transmitir mensajes encriptados con informaciones clasificadas incluso directamente a territorio norteamericano.
Se trataban de utilizar los adelantos tecnológicos y los conocimientos de González Madruga para los intercambios de información e instrucciones, destinadas éstas últimas a facilitar actividades desestabilizadoras dentro del territorio nacional.
Las filmaciones hicieron un recuento de la participación de funcionarios de la Oficina de Intereses en reuniones con elementos contrarrevolucionarios para transmitir órdenes llegadas desde Estados Unidos y también registraron las actividades que le encomendaron y debió realizar González.
El joven ingeniero cubano mostró la forma en que entraron al país antenas especiales, piezas y otros objetos destinados al fin señalado, enmascarados como artículos deportivos y aprovechando una competencia de surf efectuada en la isla.
Reveló que le fue asignado por los conspiradores el sobrenombre de Alejandro, así como los lugares donde debió acudir para recoger los envíos trasladados por viajeros procedentes de Estados Unidos.
Al darme cuenta de cuales eran las intenciones contra mi país, me convertí para ellos en el agente Alejandro, pero en realidad fui el agente Raúl de la Seguridad del Estado, subrayó.
El documental recuerda el trayecto de ese tipo de actividad conspirativa contra Cuba desarrollada desde la década de los años 60 por Estados Unidos y su financiamiento oficial, incluyendo las partidas millonarias asignadas a ese fin por la actual administración.
Cuba mostró pruebas del desarrollo de planes por Estados Unidos para intentar implantar en la isla sistemas ilegales de comunicación y espionaje con el uso de sofisticada tecnología.
Dalexis González Madruga, un joven graduado de ingeniero en telecomunicaciones en la Universidad "José Antonio Echeverría" fue contactado por agentes norteamericanos para la introducción clandestina de equipos sofisticados y la instalación de una red.
Un documental difundido esta noche por la televisión cubana divulgó en la propia voz e imagen del que, en definitiva, se convirtió en el agente Raúl de la Seguridad del Estado, los pasos dados para tratar incluso de viabilizar un sistema que transmitiera directamente a la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana.
Como parte de los proyectos millonarios financiados por las distintas administraciones estadounidenses, el objetivo era también poder transmitir mensajes encriptados con informaciones clasificadas incluso directamente a territorio norteamericano.
Se trataban de utilizar los adelantos tecnológicos y los conocimientos de González Madruga para los intercambios de información e instrucciones, destinadas éstas últimas a facilitar actividades desestabilizadoras dentro del territorio nacional.
Las filmaciones hicieron un recuento de la participación de funcionarios de la Oficina de Intereses en reuniones con elementos contrarrevolucionarios para transmitir órdenes llegadas desde Estados Unidos y también registraron las actividades que le encomendaron y debió realizar González.
El joven ingeniero cubano mostró la forma en que entraron al país antenas especiales, piezas y otros objetos destinados al fin señalado, enmascarados como artículos deportivos y aprovechando una competencia de surf efectuada en la isla.
Reveló que le fue asignado por los conspiradores el sobrenombre de Alejandro, así como los lugares donde debió acudir para recoger los envíos trasladados por viajeros procedentes de Estados Unidos.
Al darme cuenta de cuales eran las intenciones contra mi país, me convertí para ellos en el agente Alejandro, pero en realidad fui el agente Raúl de la Seguridad del Estado, subrayó.
El documental recuerda el trayecto de ese tipo de actividad conspirativa contra Cuba desarrollada desde la década de los años 60 por Estados Unidos y su financiamiento oficial, incluyendo las partidas millonarias asignadas a ese fin por la actual administración.
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