En el sur de Florida los buitres se han transformado en una plaga. No
porque los cadáveres hayan comenzado a salir de los cementerios e
inundado las calles. En Miami pasan muchas cosas, pero eso todavía no ha
sucedido. Sino que se han aficionado a despedazar y comer pedazos de los coches estacionados al aire libre.
Según las autoridades de la Administración de Fauna y Vida Silvestre, las aves han cogido el hábito de picotear las partes de goma de los limpia parabrisas,
parece que les gusta particularmente los pedazos de goma que arrancan
de las puertas, algunos parachoques o de los espejos exteriores.
No se trata de una situación nueva. De hecho ‘ataques’ de este tipo
se han registrado en los estacionamientos del Parque Nacional de los
Everglades antes. Pero en los últimos meses, los buitres han comenzado a
desplazarse un poco más hacia el este y ya es común verlos parados
arriba de coches o camiones parados dentro del área metropolitana. A la
gente no le queda otra que espantarlos y las aves no parecen agresivas.
Levantan vuelo y van a posarse arriba de otro coche.
Los especialistas no están seguros del origen de este peculiar
comportamiento. «Exactamente porqué y cuándo lo hacen, porqué escogen
determinados vehículos y no otros, son aspectos que para nosotros
constituyen una incógnita», dice el biólogo del parque, Skip Snow.
Hay varias teorías. Una de ellas es que a los buitres les gusta el sabor y aroma de los pedazos de goma,
es posible que desprendan algún tipo de agente químico que les llama la
atención. Muchos elementos de goma negra de los coches suelen ser
lubricados con grasa de pescado. Es una teoría sin gran base científica,
porque se sabe que este tipo de aves no tiene un sentido del olor muy
desarrollado, ya que normalmente consumen carne podrida que huele aún
peor.
Otra posibilidad, agregan los especialistas, es que se trataría de una curiosidad natural.
De hecho los buitres no parece que se encuentran hambrientos porque se
limitan a ingerir muy pocos pedazos de goma. Además, las aves, se pasan
el día sin hacer nada, se posan arriba de los coches y comienzan a
picotear todo lo que encuentran. Ha habido casos de cristales rotos,
puertas destrozadas, techos arañados y las aseguradoras tuercen la nariz
cada vez que tienen que lidiar con un caso.
Tratamiento legal
De entrada, ¿cómo responsabilizar un buitre?, se preguntan los
evaluadores de daños. La semana pasada, según el diario ‘The Miami
Herald’, los evaluadores tardaron al menos 15 minutos en pensar cómo
explicar en el formulario de queja de daños que los responsables… son
buitres.
De momento, los guardabosques del Parque Nacional de los Everglades
entregan a los visitantes enormes sábanas de plástico azul para que
cubran los coches en los estacionamientos, mientras visitan las
instalaciones. No ha sido una solución del todo exitosa, porque los
buitres aprenden rápido y ya saben como romper esa defensa.
Lo curioso de todo esto es que las autoridades del medio ambiente no
son demasiado agresivas con las aves. Antes de las sábanas de plástico,
intentaron disparos al aire, espantarlos con escobas gigantes o hacer
ruidos que les molesten. Pero los buitres se han mantenido en sus trece.
Si acaso despegan para volver a posarse un poco más lejos. Pero
siempre, arriba de un coche.
Para los biólogos la presencia de los buitres en el sur de Florida es
algo natural. Emigran del norte en busca de un clima más cálido en
invierno, se pasan unos meses en el parque y, después, desaparecen. «Hay
que reconocer que ellos son parte del parque. Nosotros fuimos quienes
invadimos su hábitat.
"Los buitres hacen lo que les parece natural",
afirma Snow. Dentro del ecosistema del Parque Nacional de los
Everglades, los buitres tienen una función muy precisa. Les dicen los
‘limpiadores’, porque son capaces de dejar totalmente limpia una carcasa
de cocodrilo en pocos días. Como aves de rapiña, al fin y al cabo,
también se ‘encargan’ de los restos de otros animales. Tal como sucede
en muchas culturas del oriente, los buitres son una especie de ‘agentes
funerarios’ del reino animal.
Hace unos meses, apunta Víctor Lugo, uno de los guardabosques, cuando
un cocodrilo fue muerto por un vehículo, él desplazó sus restos hacia
el borde de la carretera y los buitres se encargaron de la tarea
funeraria. «En dos días, lo limpiaron completo. Estas son las carreteras
más limpias de Estados Unidos», dice Lugo.
Invasión urbana
Pero el asunto cambia de raíz porque ahora los buitres están
invadiendo el espacio urbano. En Miami, ocasionalmente siempre se han
visto buitres, pero rondando los últimos pisos de los rascacielos del
centro de la ciudad. Ahora, se pueden ver en los estacionamientos y
terrenos privados de las mansiones del oeste del área metropolitana de
Miami que colindan con el Parque Nacional de los Everglades, del cual
las separa únicamente una carretera, llena de señales de advertencia que
puede ser punto de cruce de venados, cocodrilos y otras especies.
Esta ‘invasión’ de los buitres plantea un reto a las autoridades
municipales, que no disponen de ningún mecanismo para enfrentar a las
aves. Si no hay presupuesto para cazarlas, mucho menos para arrestarlas o
imponerles una multa por destrucción de la propiedad ajena. La única
esperanza es que vuelvan rumbo al norte, cuando el frío allí deje de
hacerse sentir.