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jueves, 1 de mayo de 2014

Los sondeos dan un empate entre el PP y el PSOE con una abstención altísima

El PP y el PSOE compiten contra sí mismos. La campaña electoral de los dos grandes partidos para las europeas del 25 de mayo se plantea no como un esfuerzo por captar voto de otros, sino como un intento casi desesperado por recuperar los suyos. Sus votantes se inclinan por irse a la abstención o a otras opciones, y por eso la batalla está en reforzar sus señas de identidad, hacerse perdonar por sus pecados recientes y llamar a rebato a sus votantes tradicionales.
Apenas arrancada la precampaña, algo han conseguido, aunque la encuesta dibuja aún el panorama de la desafección y del distanciamiento de los ciudadanos hacia la política tradicional, que se refleja en el 43% de participación prevista, la más baja de las seis europeas celebradas. Según el sondeo de Metroscopia para EL PAÍS, el resultado es ajustado, con una ligera ventaja de 0,4 puntos del PP sobre el PSOE. Es imprevisible porque el bajo índice de participación y el alto porcentaje de indecisos dificultan el pronóstico y dejan el vuelco en el aire. Y augura un notable margen de incertidumbre política para el día siguiente, en el último tramo de la legislatura, con el bipartidismo en cuestión y dudas sobre las opciones emergentes.
El PP tendría el 32,6% de los votos, frente al 32,2% del PSOE, lo que en la práctica supone un empate técnico. En anteriores sondeos eran los socialistas los que tenían ventaja, y en este, el primero ya con Miguel Arias Cañete como candidato del PP, se ha producido un ligero repunte de los populares. El resultado es volátil porque la mitad de los que tienen decidido ir a votar aún no tienen claro a quién, es decir, que solo un 20% de los electores saben ya qué papeleta utilizarán. Están igualados hasta en la valoración de sus cabezas de lista, Cañete y Elena Valenciano, ambos ligeramente por debajo del aprobado.
La suma de la estimación de voto de ambos partidos es del 64,8%, frente al 73,3% de las últimas generales. No es el peor dato de la legislatura y, de hecho, la convocatoria electoral ha provocado una ligera movilización de sus votantes, especialmente de los del PP, pero muestra un horizonte sin mayorías parlamentarias claras en el que, incluso, serían precisos acuerdos entre los dos partidos si es que se mantiene esa tendencia.
Los dos grandes partidos aseguran que se mitigará ese efecto mucho más según se acerquen las urnas, y a eso se volcarán en la precampaña y la campaña. Los socialistas, con Alfredo Pérez Rubalcaba a la cabeza, explican que sus electores tienden a ser hipotensos, es decir, a desmovilizarse en ausencia de convocatoria electoral y como consecuencia de reveses. Los del PP están tradicionalmente mucho más movilizados y, por eso, la fidelidad de voto de los populares suele ser mucho más alta que la de los socialistas. Ahora, sin embargo, el PSOE cuenta a su favor con un malestar sin precedentes de votantes del PP y necesita que cale la idea del castigo al Gobierno de Rajoy como antesala de las municipales, las autonómicas y las generales de 2015.
Explican los socialistas que, salvando las diferencias, el efecto de las europeas para Rajoy sería similar al de las municipales en Francia que han hecho reaccionar a François Hollande para intentar recuperar fuelle en el final de legislatura. Podría provocar cambios de ministros y de estrategias en asuntos clave como, por ejemplo, la ley del aborto y Cataluña.
Los dirigentes del PP advierten de un espejismo que puede sufrir el PSOE al considerar un éxito una victoria por la mínima, con porcentajes muy bajos y en unos comicios en los que suele haber un castigo al partido de Gobierno. De hecho, la serie histórica de europeas muestra que suelen beneficiar a la oposición, sin traslación en las siguientes generales y con opciones emergentes muy coyunturales. Al PSOE, según admiten sus dirigentes, le lastra su pésima situación en Cataluña, donde 10 puntos de caída se traducen en dos en el conjunto de España. Por eso prevén una campaña del PP basada en la unidad de España, para compensar la debilidad de los populares en Andalucía y, sobre todo, en la machacona reiteración del fin de la crisis por las medidas del Gobierno.
IU y UPyD han tenido ligeros retrocesos en los últimos meses, aunque siguen muy por encima de sus resultados de las últimas generales. Ha sido más pronunciado el descenso de UPyD respecto a anteriores sondeos, por la subida simultánea de PP y PSOE. IU ha perdido fuelle por la subida de la candidatura Podemos de Pablo Iglesias, que, no obstante, está lejos aún de lograr escaño. Sí pueden lograr un diputado Ciudadanos y Primavera Europea, la lista de la que forman parte Equo y Compromís.

Unos 150 inmigrantes entran en Melilla tras un nuevo salto masivo

Unos 150 inmigrantes han logrado superar la valla fronteriza de Melilla en un nuevo intento masivo de salto en el que han participado unas 400 personas en dos grupos. Unas 200 se han quedado en el exiguo espacio que separa las dos alambradas que componen la frontera. Otros 150 han logrado llegar al Centro de Internamiento Temporal (CETI) al ya habitual grito de “Bosa, bosa” (Victoria, victoria).
El salto se ha producido sobre las seis de la mañana, cuando unos 400 inmigrantes, divididos en al menos dos grupos, han intentado saltar la valla en varios puntos en la zona entre el barrio chino y Beni Enzar. Unos 150 inmigrantes han alcanzado su objetivo y han llegado entre gritos de victoria y abrazos al CETI, cercano a la valla fronteriza. Otro grupo de unos 200 se han quedado a medio camino, concretamente en la zona entrevallados, el espacio que separa las dos alambradas.
Algunos inmigrantes se encuentran en la primera de las dos vallas, la que da a Marruecos, otros en el espacio comprendido entre las dos verjas e, incluso, uno está subido a una farola situada junto al perímetro. Junto a la valla hay un fuerte despliegue policial, tanto en el lado español como en el marroquí, informa Efe. 

Otros 300 inmigrantes intentan saltar la valla

Cinco horas más tarde, sobre las once de la mañana, otro grupo de cerca de 300 personas se ha enfrentado a pedradas a las Fuerzas Marroquíes en su intento de saltar la valla. La zona está a unos cuatro kilómetros de donde se producían los hechos esta mañana, es la zona conocida como Vaguada Linares. No ha podido entrar ningún inmigrante. 
El grupo de más de medio centenar que está en el entrevallado desde las seis de la mañana, encaramados a la alambrada, han protagonizado pequeños enfrentamientos con el Cuerpo especializado de la Guardia Civil (los GRS). Han intentado quitarles las defensas, se han apoderado de algunos de sus cascos y porras. Uno de ellos ha prendido fuego a varias prendas de vestir y se las ha arrojado a la Guardia Civil que intenta que sobrepasen el control de seguridad.
Los agentes han cortado varias zonas de los flejes para sajar el paso hasta puntos más fáciles o vulnerables de la alambrada. En momentos puntuales se ha acercado la Cruz Roja para atender a quien lo necesitaba.
El último salto a la valla fronteriza de Melilla tuvo lugar el pasado 24 de abril, cuando una treintena de inmigrantes subsaharianos se encaramaron y una decena consiguieron acceder a la ciudad autónoma. Anteriormente, el 3 de abril, decenas de subsaharianos permanecieron encaramados al vallado de la ciudad fronteriza.
El pasado 25 de abril el Consejo de Ministros aprobó el procedimiento de emergencia para acometer obras en los perímetros fronterizos de Ceuta y Melilla, con un importe de 2,1 millones de euros, que se destinarán a instalar mallas "antitrepa" en ambas vallas, entre otras actuaciones.