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domingo, 24 de julio de 2011

Imagenes URUGUAY - PARAGUAY








Estas paraguayas se jugaron hasta la ropa en una apuesta riesgosa....

La final en imagenes





Orgullo charrúa (MARCA - ESPAÑA)


Uruguay alzó la Copa América en el Monumental de Buenos Aires, territorio que conquistó barriendo a Paraguay en una final desequilibrada (3-0). Los charrúas jugaron con la pelota, la que llevaron tres veces a las redes, y también con las que tienen entre las piernas. Uruguay salió con el cuchillo entre los dientes y marcó en el 12' por medio de Luis Suárez. Forlán, que no había marcado hasta hoy en la competición, hizo el segundo cerca del descanso y cerró la cuenta en el último suspiro.

GOLES URUGUAY 3 PARAGUAY 0


América es celeste (EL PAIS - ESPAÑA)


Martino le puso hormigón en el camino de Uruguay al gol pero olvidó que un charrúa es capaz de comer piedras. Los de Tabárez aceptaron el reto nada más empezar y encararon el último escollo en el camino a la Copa América dispuestos a destrozar cualquier impedimento que les pusiera por medio la afortunada selección paraguaya, injustamente clasificada para la final. Fue justo que Lugano levantara el título, porque atacó bien y defendió mejor.

Las intenciones de Martino estaban tan claras que se dejó a Lucas Barrios y Estigarribia en el banquillo y acumuló efectivos en el centro del campo. La de Uruguay, aún más. Se fue a por los guaraníes nada más empezar y a los diez minutos ya había sacado cinco veces de esquina, Lugano había puesto en funcionamiento a Villar y hasta forzaron un penalti, en la misma jugada, por mano de Ortigoza, al evitar un gol bajo los palos. A los 11 se terminó el pulso cuando Luis Suárez se aprovechó de un rebote, se buscó el sitio metiendo el cuerpo como solo él sabe hacerlo y lanzó cruzado a la derecha de Villar, que esta vez no pudo evitar lo inevitable.

En 11 miserables minutos Uruguay tenía el partido donde pretendía, y Paraguay había dicho adiós a la Copa América porque no tenía otro plan que no fuera esperar y tirar contras a la carrera de Zeballos y de Haedo Valdez. Lo de atacar en estático era algo que no contemplaba. No lo había necesitado para llegar hasta el Monumental y tampoco parece saber cómo hacerlo. En desventaja en el marcador ya no le quedaba otro remedio y no supo aplicarlo, claro.

Uruguay, tan pancha, buscó cobijo y se dispuso a jugar como más le gusta, cerrando el camino a Muslera. Los de Martino, equipo plano, sufrieron tanto cuando no tenían el balón como cuando les tocó moverlo, y aunque le echaron coraje y hasta llegaron a rematar una vez al palo, no les alcanzó nunca. Habían llegado sumando un empate tras otro, con el gancho, y ayer quedó patente que no merecían el lujo de jugar una final.

Uruguay es una selección forjada a fuego lento, sin rendijas, siempre atenta en la anticipación, que bascula de memoria tremendamente solidaria en los apoyos, que muerde por recuperar el balón y sale como una flecha en busca de Luis Suárez, un jugador poco elegante, pero determinante por su capacidad de trabajo y, sobre todo, porque cada vez que se activa genera un problema. En una de esas, a la media hora, el delantero del Liverpool se las ingenió para dejar solo a Forlán camino del área, pero en el mano a mano con Villar el portero paraguayo le ganó la mano al delantero del Atlético.

Hubiera sido muy injusto que Forlán se fuera sin marcar de esta Copa América. Llevaba 12 partidos con la selección sin ver puerta, desde el partido por el tercer y cuarto puesto en el Mundial de Sudáfrica, algo insólito en un goleador de su calibre. Ayer, a la segunda, no perdonó. Arévalo, un demonio, se la robó a Ortigoza casi en la frontal del área paraguaya, una presión muy trabajada, y se la dio al 10. Le pegó con la zurda y con el alma y al final, gritó gol. Que Uruguay es un equipo quedó patente en la celebración: saltó el banquillo entero a festejarlo con su compañero, mostrando que ese nosotros del que siempre habla el maestro Tabárez es axioma en su selección. Nieto e hijo de campeones de América, la historia estaba escrita para El Cacha, que redondeó su actuación marcando el tercer gol en el descuento. Uruguay ya tiene 15 títulos; América es otra vez celeste.


URUGUAY 3-0 PARAGUAY ¡Papá de América!


¡Uruguay campeón de América! Como ayer, como hoy, como siempre. La Celeste goleó a Paraguay 3-0 y, con 15 títulos, se convirtió en el seleccionado más ganador de la historia del fútbol sudamericano. En una fecha sugestiva, Uruguay dejó bien claro que es el papá de América. Merecido.

Uruguay es campeón de América, con la autoridad que le da la historia

De la mano de un ejemplar trabajo de equipo, Uruguay venció a Paraguay por 3 a 0 y se consagró campeón de América por 15ta. vez, con lo que se convierte en la selección más ganadora de la competencia.

Tras un rebote, Luis Suárez tomó el balón por la derecha del área, enganchó para su izquierda y, a los 11, decretó el 1 a 0 con una definición a colocar, que pegó en el poste derecho de Villar y se fue a descansar a la red. Sobre el final del primer tiempo, a los 42´, Diego Forlán culminó con un fuerte zurdazo cruzado una buena jugada colectiva para establecer el 2 a 0. Y el mismo delantero de Atlético Madrid liquidó el pleito sobre la hora, en otra gran jugada de equipo.

Uruguay lo ganó cuando se lo propuso. En los primeros 7 minutos tuvo 5 corners a favor, y la presión continuó hasta que llegó la apertura del marcador. Luego, el conjunto charrúa sacó el pie del acelerador y le cedió la iniciativa a su rival. Pero Paraguay nunca supo bien qué hacer con la pelota en los pies. Y en cada contra, parecía que llegaba el segundo.

Y Diego Forlán, el mismo al que Justo Villar le había negado sólo 10 minutos antes, marcó el segundo, y dejó atrás una racha negativa de 12 partidos sin convertir.

Como era de esperarse, Paraguay se paró más adelante en el campo, en busca de intentar dar vuelta la historia, pero salvo un remate al travesaño de Haedo Valdez tras un pase de Ortigoza, la última línea uruguaya estuvo tan firme como en cada partido de esta Copa América. De todas maneras, el orgullo guaraní sólo duró 15 minutos. Luego, los de Tabárez volvieron a ser protagonistas, y hasta merecieron ampliar la diferencia.

El partido, sobre todo en la primera parte, fue muy trabado y poco vistoso. Salvo por la emoción de los goles, el trámite fue malo.

Uruguay ratificó un dato histórico que se repite: en la Argentina, o sale campeón el dueño de casa, o se corona el equipo charrúa. Sucedió en la primera edición (1916) y en 1987, la última disputada en nuestro país antes de la de 2011.

La consagración charrúa luego de 16 años (había ganado la Copa América de local, en 1995) no deja de ser un premio a un trabajo serio, a largo plazo y prolijo, que tiene como cabeza de equipo al Maestro Oscar Washington Tabárez, pero que está conformado por un grupo humano que tiene claro el objetivo común. Y también ratifica el resurgimiento del fútbol uruguayo, iniciado con el cuarto puesto en el Mundial de Sudáfrica 2010, y prolongado por la gran tarea realizada en el Sudamericano Sub-20 de comienzos de 2011 y con el regreso a los primeros planos de Peñarol, subcampeón de la última Copa Libertadores.

te. El conjunto de Tabárez, por el 4° puesto. Y el de Martino, si bien en la clasificación general en Sudáfrica finalizó 8°, por detrás de la Argentina (5a) y Brasil (6°), tuvo el papel más destacado en cuartos de final al poner en serios aprietos al campeón España.

Más allá de las similitudes, Uruguay llega un poco más armado ante un rival que da la imagen de un superviviente, reflejada en el dato histórico de que es el primer equipo que alcanza la final de una gran competencia internacional sin haber ganado, con cinco empates consecutivos. No sólo eso. En cuartos y semifinales, frente a Brasil y Venezuela, fue ampliamente superado y únicamente la providencia y las grandes atajadas de Villar le permitieron llegar hasta la definición por penales, en las que se impuso por su mayor acierto.

Uruguay, luego de una demostración de arrojo y personalidad contra la Argentina, dio cuenta de Perú con una mezcla de contundencia y la cohesión colectiva que ya es un sello distintivo.

La final encierra una particularidad: ambos equipos no necesitan un alto porcentaje de control de la pelota para sentirse con posibilidades de ganar. Están más diseñados para el choque, la fricción y el juego directo.

Gerardo Martino no se escondió detrás de los resultados positivos para no reconocer las carencias de Paraguay: "No somos Barcelona, no tenemos un 70 por ciento de posesión de la pelota. Si alcanzamos el 30 por ciento ya es mucho. No es que me gusta eso, es lo que hay. Así que si no tengo la pelota, ¿qué hago? Me tengo que defender, no me queda otra alternativa. Sería un suicidio plantear un partido pensando que tendremos el dominio de la pelota".

Oscar Tabárez también hizo un análisis en el que admitió que para Uruguay no es prioridad llevar el peso de un partido: "En los cuartos de final quedaron eliminados los equipos que más propusieron", en alusión a la Argentina, Brasil, Chile y Colombia.

Si bien no hay nada más vano que predecir cómo será un partido, la tendencia para esta tarde apunta hacia un desarrollo cerrado, de mucho cálculo y pelotazo. Más dependiente de jugadas episódicas que de amplios argumentos. Más pierna fuerte que pie sensible.

La sensación de que Uruguay está un poco mejor parado también se desprende de las menores dificultades que tiene Tabárez para armar la formación. La prensa charrúa habla de un equipo de memoria, con titulares definidos, que se repiten. Hoy reaparecerá Diego Pérez, cumplida la suspensión, por Gargano. Cavani, recuperado de una lesión muscular, esperará en el banco.

Paraguay es más un rompecabezas, algunas de cuyas piezas sólo se conocerán un rato antes de la final. Están descartados los lesionados Aureliano Torres y Santa Cruz.

Cualquiera que sea el resultado, el de hoy podría ser el último partido de Martino, que ayer repitió que debe revisar su continuidad.

Mientras el técnico argentino podría dar por cerrado su ciclo en Paraguay, Uruguay se dispone a dar otro paso en su sostenido crecimiento. Hace 16 años, con el último penal que convirtió Manteca Martínez en la definición contra Brasil en el Centenario, equiparó a la Argentina en cantidad de títulos (14). Pasó el tiempo, nuestro seleccionado se estancó y Uruguay toma envión para marcar una nueva cima en la despedida de la Copa América.

Imagenes URUGUAY - PARAGUAY






Uruguay, rey de América


Venció con claridad a Paraguay en la final. Fue 3-0 con goles de Suárez y Forlán (2). La Celeste alcanzó su 15ª conquista a nivel continental y superó a Argentina en cantidad de títulos.

Uruguay espera con equipo confirmado


Ya está. No hay más espera, más viajes, no se sacan más cuentas, no se piensa en la primera fase, ni en la segunda, ni en el rival de cuartos, ni con quién se va a jugar la semifinal. Ya está. Uruguay llegó al final del camino en la Copa América sorteando todos y cada uno de los obstáculos que tuvo en ese sendero que recorrió entre empates y victorias. No habrá mañana, no habrá un después, hoy se llegó a lo más alto y queda un paso nada más. Puede ser el paso de la victoria o de la derrota, pero todo se resolverá en 90 minutos, en un solo partido, quizás en un alargue o en la serie de penales, pero esta tarde se le pone punto final a la Copa, una Copa que tuvo a la Celeste como protagonista.

Y fue, si se quiere, hasta una "remake" de la Copa del Mundo 2010, porque Uruguay llegó sin estar en la consideración de muchos y en base a triunfos fue abriéndole los ojos a todos, transitando un sendero espinoso por el cual otros favoritos iban quedando por el camino. Así fue como llegó hasta el final. Y lo hizo como en Sudáfrica, yendo de menos a más.

Lo hizo con la mística que marca la historia: como contra Argentina, con todo en contra y con diez jugadores desde los 40` del primer tiempo. A partir de ese momento, Uruguay volvió a ser Uruguay, el que todos esperábamos, el de la ilusión, los sueños, la entrega y la lucha sin cuartel. El del despliegue solidario, el del juego colectivo, el de la defensa firme, el medio batallador y la ofensiva letal. Ese que logró la admiración de todos, ese mismo que hoy genera sana envidia y emoción.

Ya está. No hay nada más que recorrer, apenas 90 minutos, poco, demasiado poco después de tanto camino recorrido. De San Juan a Mendoza, de Mendoza a La Plata, de La Plata a Santa Fe y otra vez a La Plata. Y hoy a Buenos Aires, a ese Monumental que todavía llora el descenso de River, que conserva en sus paredes el dolor de sus hinchas, pero que abre sus brazos para ser testigo de otra fiesta.

Ya está. Ni siquiera se puede elegir el rival, porque el que estará enfrente es Paraguay. Un equipo batallador, aguerrido, con jugadores de experiencia y fogueados en estas lides; un conjunto trabajado, que conservó el plantel mundialista y a su entrenador.

Ya está. Se terminaron las especulaciones, las cuentas y las apuestas. La cátedra perdió por goleada. Esta final, preparada para argentinos y brasileños, tendrá otros protagonistas, esos que no estaban en los cálculos. Uruguay y Paraguay van a pelear por la Copa. Por un triunfo, por el título. Ya está. No hay que dar más vueltas ni armar más valijas. Hoy se termina todo. Habrá un campeón y el mundo entenderá, de una vez por todas, que Uruguay y Paraguay son países distintos que persiguen un mismo objetivo: la gloria.

Ficha del partido

Uruguay: Fernando Muslera; Maximiliano Pereira, Diego Lugano, Sebastián Coates, Martín Cáceres; Álvaro González, Diego Pérez, Egidio Arévalo Ríos, Álvaro Pereira; Diego Forlán y Luis Suárez. DT: Oscar Tabárez.

Paraguay: Justo Villar; Darío Verón, Paulo Da Silva, Antolín Alcaraz, Iván Piris; Edgar Barreto, Néstor Ortigoza, Cristian Riveros, Marcelo Estigarribia; Nelson Haedo Valdez y Lucas Barrios. DT: Gerardo Martino.

Estadio: Monumental.

Los números entre Paraguay y Uruguay en Copa América.


De los 24 enfrentamientos entre paraguayos y uruguayos, la Albirroja triunfó en 6 oportunidades, se registraron 5 empates y Uruguay ganó 13 veces.

Paraguay busca una victoria ante los charrúas en la Copa, luego de 64 años, donde triunfó por 4 a 2 en 1947, en Guayaquil.

El último enfrentamiento tuvo lugar en Perú, en la Copa del 2004, con victoria uruguaya, por 3 a 1. Darío Silva en dos ocasiones y Carlos Bueno convirtieron para la celeste, mientras que Carlos Gamarra lo hizo para la Albirroja.

En aquella ocasión el DT paraguayo era Carlos Jara Saguier y el equipo formó de la siguiente manera:

Villar, Pedro Benítez, Carlos Gamarra, Julio Manzur, Derlis González y Ernesto Cristaldo; Edgar Barreto, Carlos Humberto Paredes y Aureliano Torres; Nelson Haedo y Freddy Bareiro. También ingresaron Diego Figueredo, Julio Dos Santos y David Villalba.

Paraguay lleva una amplia ventaja ante Uruguay en partidos en Buenos Aires

Las selecciones de Paraguay y Uruguay jugarán este domingo la final de la Copa América, en el estadio Monumental.

En Buenos Aires, capital de Argentina, Paraguay y Uruguay se enfrentaron en 5 oportunidades, las cinco por Copa América, en las cuales la Albirroja se impuso en 4 ocasiones y Uruguay en 1.

El primer cotejo en Buenos Aires fue el 9 de octubre de 1921, Paraguay se impuso 2-1 a Uruguay. Ese partido se disputó en el estadio del Sportivo Barracas.

El segundo encuentro se jugó en el Monumental de River Plate, el 1 de noviembre de 1929, Paraguay goleó 3-0.

El tercer enfrentamiento fue 2 de enero de 1937, el seleccionado nacional superó a Uruguay por 4-2 en la cancha de San Lorenzo de Almagro. En tanto, el cuarto partido entre paraguayos y uruguayos también se jugó en la cancha del conjunto azulgrana, fue el 8 de febrero de 1946 y Paraguay triunfó por 2-1.

El último compromiso entre la Albirroja y el equipo charrúa en Buenos Aires fue el 18 de marzo de 1959, Paraguay cayó 3-1 en el Monumental.

Todo está listo, solo se espera que empiece a rodar el balón para disfrutar de la gran final de la Copa América Argentina 2010.

Uruguay - Paraguay Copa America 2011 Terere Celeste


Pistolero: caro, pero el mejor




Luis Suárez es una de las claves de este Uruguay finalista. Lleva tres goles convertidos en la Copa América. Este año, su pase al Liverpool se transformó en el más elevado para un futbolista de su país.

Charrúas y guaraníes: un duelo entre guapos del Sur

Los dos seleccionados prolongaron su marcha positiva en la cita continental de Argentina tras haber sido los representativos de América Latina más destacados en el Mundial de Sudáfrica 2010, donde Uruguay logró el cuarto puesto y Paraguay fue eliminada en cuartos por España, finalmente la campeona.

Los dos seleccionados mantienen un histórico estilo de solidez defensiva, orden táctico y eficaz juego aéreo, aunque en este torneo Uruguay saca ventaja en la ofensiva, con un letal delantero Luis Suárez y con el estelar Diego Forlán muy preciso en las asistencias.

La Celeste llega al duelo decisivo con la ventaja de haber tenido un día más de descanso y sin haber recurrido a la prórroga al vencer a Perú 2-0 en los 90 minutos, mientras que Paraguay, que jugó el miércoles por semis ante Venezuela, sí se fue a la definición por penales, la que ganó 5-3.

La Selección albirroja se instaló en la final tras un curioso recorrido de cinco empates en igual número de compromisos, incluidos alargues definidos en tanda de penales en cuartos ante Brasil (2-0) y en la semifinal ante Venezuela, con un discreto rendimiento general.

"En la final no importa el cansancio sino cómo uno esté a nivel anímico", replicó el sábado el delantero de Paraguay, el argentino naturalizado Lucas Barrios, al resaltar el factor psicológico como gravitante en la definición.

Irregulares, pero no perdieron

En cambio, el equipo dirigido por Óscar Tabárez fue de menor a mayor y su mejor rendimiento hasta ahora en la Copa se produjo en la semifinal contra Perú.

El orientador de la Selección guaraní, el argentino Gerardo Martino, quien no podrá sentarse en el banquillo en la final por ser expulsado ante Venezuela, admitió que sus dirigidos no han jugado nada bien durante el torneo, pero afirmó que no han planificado los partidos para empatar.

"En las charlas técnicas no le digo a mis jugadores que tenemos que empatar, sino que hay que ganar y las circunstancias nos dieron empates y penales. Si el título lo ganamos de esta manera lo voy a festejar de igual manera", dijo en una rueda de prensa en el hotel donde se hospeda el plantel guaraní.

Su colega Tábarez elogió al rival de la final al que calificó de "un equipo de una gran historia, con una gran tradición de luchar contra la adversidad y que es especialista en el juego aéreo".

"Por algo, fuera de Brasil y Argentina, es el único seleccionado que se ha clasificado a los últimos cuatro mundiales (desde Francia 1998 hasta Sudáfrica 2010), con lo difícil que es lograr esto en Sudamérica", destacó.

Revenden populares a US$ 300


En silencio y con perfil bajo circulan miles de uruguayos por las calles de Buenos Aires con bolsos llenos de ilusiones. Varias ilusiones: la primera es ver al equipo de Tabárez campeón de América, la segunda -y fundamental- conseguir una entrada para el partido.

El éxodo de hinchas celestes fue permanente y todo indica que hoy habrá récord de uruguayos en un partido disputado en el exterior.

Ya contra México y Perú se vistieron de celeste varias tribunas del Único de La Plata, pero seguramente el número de parciales que llegaron en las últimas horas por aire, tierra o mar será superior al de encuentros anteriores. Para esta tarde se calculan 20 mil pero pueden ser más.

Muchos uruguayos vinieron jugados a Buenos Aires. No tuvieron forma de conseguir entradas en Montevideo y les sobra fe para conseguir en el Obelisco o en las inmediaciones del Monumental.

Muchos se fueron de camping en los alrededores del estadio y van a permanecer ahí hasta el inicio del partido. Todos ellos están dispuestos a convertirse en presas de especuladores y oportunistas que, por estas horas, están en su salsa, a la espera que algunos de estos uruguayos muerdan el anzuelo ante la desesperación por conseguir un boleto.

Por otra parte, y de acuerdo al relevamiento realizado por Ovación en esta ciudad, la cantidad de entradas truchas que circulan en la calle es proporcional al número de desconfiados en el momento de hacer la transacción.

Las cifras que se manejan invitan a pensarlo varias veces: una cabecera valuada en 80 pesos argentinos (20 dólares) se revendió en 300 de la moneda norteamericana. "¿Si eso vale una cabecera a cuánto estará una platea?", preguntó desconsolado Carlos, un uruguayo dispuesto a pagar -como mucho- 250 dólares.

Habrá muchos Carlos que no lograrán el objetivo de acceder al Monumental. Para ellos, la organización dispone de pantallas gigantes en la Plaza San Martín, donde se desarrolla el Fan Fest de la Copa América. La otra puede ser invertir la plata destinada a la entrada en una de las liquidaciones de la calle Florida.

Los celestes cruzaron con o sin entrada



Se inició ayer el éxodo celeste por el puente Fray Bentos- Puerto Unzué. A pesar de las cuatro sendas habilitadas, se formaron extensas colas de vehículos con uruguayos ansiosos por llegar a Buenos Aires para observar la final entre Uruguay y Paraguay.

Como se informara ayer, cientos de uruguayos llegarán a Buenos Aires aún sin tener asegurada su entrada para el partido en el Monumental e intentarán conseguirlas por estas horas, seguramente a través de la reventa.

Igualmente, como se constató desde ayer, el problema no es solo de entradas, sino también de poder llegar a tiempo. El movimiento es constante y desde la mañana las filas superaron el puesto de control de Prefectura y se extendieron más allá del puente, hacia la ruta nacional N° 2.

Esta madrugada no menos de 150 ómnibus llegaron al puente San Martín, por lo que algunos automovilistas decidieron cruzar por Paysandú-Colón, porque si bien tienen que hacer 220 kilómetros más, se evitan las horas de espera en el puesto fronterizo.

Ayer, el intendente de Río Negro, Omar Lafluf, quedó "atrapado" en la fila de autos junto a su hijo. Se acercó a los funcionarios para charlar del funcionamiento del operativo y, ante el ofrecimiento de pasar por otra vía, optó por esperar como el resto.

El más lindo Día del Padre: con la Celeste




Están todos, o casi todos. Llegaron desde todas partes del mundo y se instalaron en Buenos Aires. Todos con una finalidad, con la misma finalidad. Ver a sus hijos (o a sus padres) jugar la final de la Copa América. En los ratos libres, se los ve charlar, caminar, jugar o simplemente matear con los suyos.

Ahí está el padre de Sebastián "Loco" Abreu, el del "Ruso" Diego Pérez, el del "Mota" Walter Gargano, el de Diego Lugano, pero también están sus hijos, sus señoras, sus madres, sus hermanos y hermanas.

Vinieron todos, o casi todos, y nada mejor que pasar un día domingo en familia, con los más cercanos -como se debe- pero con la mesa servida dentro en la cancha, viéndolos jugar, admirándolos cuando se paran ante todos con la frente erguida y la mirada fija.

Allí están, padres, hijos, abuelos, todos juntos viviendo y vibrando con la Celeste.

Los padres de los futbolistas, los hijos de los jugadores, todos lejos de casa, a cientos o miles de quilómetros, pero juntos, unidos, abrazados a la misma bandera, aferrados a la misma ilusión, acunando el mismo sueño.

Acá o allá, no importa dónde ni cómo. Todos están viviendo su día... el Día del Padre. Adentro, o afuera de la cancha. Da igual.

Ajedrez táctico por un jaque al Rey


No sueltan prenda. No dan el equipo. Ni dejan ver los entrenamientos. Son técnicos con trayectoria, que encabezan dos proyectos y que, a su manera, los han llevado a buen puerto. Óscar Washington Tabárez en Uruguay y "Tata" Martino en Paraguay. Los dos son entrenadores elegidos por los periodistas de América como los mejores del continente (en 2007 y 2010) en la encuesta anual de El País.

No habrá tregua, ni empate. Este juego de ajedrez que ambos proponen, sacando, corriendo, y moviendo piezas, no terminará en tablas, uno de los dos hará caer al Rey -de América- en el tablero verde de Núñez.

Mueve Martino: "Con esta dignidad alcanza para ganar la Copa América, la entrega de los jugadores ha sido admirable, estoy muy conforme con lo que han dado, tuvieron una gran actitud", dijo el entrenador argentino a cargo de la selección paraguaya.

Mueve Tabárez: "Nos preparamos como si Paraguay fuera a dar el máximo de su potencial. Después, si no lo da, mejor para nosotros, pero no nos va a tomar de sorpresa", dijo el entrenador celeste en su conferencia de prensa del viernes.

Ahora mueve Martino: "Uruguay llega de menos a más y Paraguay al revés, pero si hay algo que caracteriza al equipo es que nunca baja los brazos, y así ha sido hasta ahora. No todo ha sido tan malo, por algo estamos acá", dijo el Tata ante los medios.

Es el turno del maestro: "Por respeto y por forma de trabajo eso es lo que debemos esperar de Paraguay, un equipo que lucha, que pelea, que es duro", agregó Tabárez.

Vuelve a mover Martino: "No hace falta que nos recuerden que jugamos mal, nosotros somos los primeros en analizar y en ver los partidos; pero así y todo, hemos podido sortear rivales difíciles, que llegaban como favoritos", señaló el técnico de Paraguay.

Mueve Tabárez: "Es una final, y como tal hay que encararla. Nos preparamos para esto; entrenamos, trabajamos para esto, ahora hay que jugarla, ojalá podamos lograr el objetivo que nos propusimos, pero nunca vamos a dar un partido ganado antes de jugarlo", indicó el orientador celeste antes de la final.

Turno de Martino: "Yo termino mi vinculación con la selección de Paraguay el domingo... no puedo decir si sigo o no... veremos qué pasa, hoy me debo a esta selección y no me permito hablar de otra cosa", señaló el técnico guaraní, al que muchos sitúan como candidato para "la Argentina".

Tres peones, dos alfiles, dos torres por el camino. El juego de ajedrez que montaron Tabárez y Martino se verá hoy. Cuidando y guardando piezas, recorriendo el tablero de la Copa. Pensando cada jugada y cada palabra. Trabajando en silencio, lejos de todo y de todos. Hoy no habrá tablas. Los dos fueron "reyes" en la encuesta de El País y saben que uno de los dos deberá tirar al Rey; el otro dirá Jaque Mate.

Sacaron la misma ventaja: dos votos

Tabárez es actualmente el mejor técnico de América, según la encuesta de El País. Ganó el premio con 55 votos, superando en dos al argentino Marcelo Bielsa. En 2007 el mejor entrenador del continente fue Gerardo Martino, por su trabajo en la selección de Paraguay, con 40 votos y superando por dos a su compatriota

La hora de ser "inolvidable"


Que Forlán hizo una gran Copa América nadie lo puede discutir. Es un referente del equipo y sólo le faltó el último toque. Un poco de fortuna. Su sequía goleadora ha llenado ríos de tinta en todo el mundo, pero él sigue sin estar preocupado.

"Ya lo dije, estoy tranquilo. He tenido oportunidades, no entraron, pero lo más importante es que el equipo está logrando los resultados", dijo una vez más Forlán, que explicó que tal vez el tema pase por la función que debe cumplir con la selección, un poco más retrasado. Además, señaló que disfruta tanto de hacer los goles como de darlos.

"La verdad que me agarra más grande, con experiencia. Hoy en día no es algo que me quite el sueño. Obviamente que como delantero me gusta hacer goles y lo disfruto, pero hoy en la selección juego un poco más retrasado. Disfruto haciendo goles y dándolos", explicó.

Sobre el partido de esta tarde, dijo que el equipo llega tranquilo, pero consciente que es la primera final que se disputa desde la nueva "era Tabárez".

"Estamos contentos de estar en esta final. Es la primera vez que tenemos esta oportunidad. Estamos muy tranquilos, descansando y pensando en el partido. Sabemos que va a ser complicado", advirtió.

En ese sentido, señaló que Paraguay es un equipo duro y que los choques con los guaraníes siempre fueron difíciles.

"Todos los partidos con Paraguay son duros, siempre son difíciles. Sabemos que va a ser complicado como todos en la copa y este no va a ser la excepción. Veremos como hacemos para hacer un buen partido y sacar un buen resultado", comentó.

Pese a que Paraguay no llega de la mejor manera, sin ganar un solo partido, el hombre del Atlético de Madrid destacó que todo eso queda atrás ya que las finales son partidos aparte.

"Cada uno lo analiza a su manera y hay tantos medios que todo el mundo habla y uno respeta lo que dicen. Sabemos que es un partido aparte, es un final y los dos tienen merecido estar donde están. Sabemos que va a ser complicado, lo tenemos muy claro".

Para Diego, la posibilidad de hoy es "importante" y aseguró que sería algo "inolvidable" quedarse con la Copa.

"Ganar un titulo siempre es importante, más con la selección. De chicos tuvimos la suerte de ver a Uruguay campeón y ahora tenemos esta oportunidad. Sería algo inolvidable para todos nosotros", expresó el delantero.

Consultado sobre la ausencia de Argentina y Brasil de la definición, dijo que eso no quita que sean las dos grandes potencias del continente y se "desmarcó" rápidamente cuando quisieron poner a Uruguay en la cima del concierto continental.

"Son dos potencias, por más que hayan quedado abajo nuestro en el Mundial y en la Copa. Eso no significa que estemos por arriba de ellos. Son resultados, circunstancias. Ellos no dejan de ser potencias, siguen siendo la referencia de muchos países y para nosotros siguen teniendo el mismo lugar que ocuparon siempre", opinó.

Finalmente, al ser consultado sobre qué debe mejorar Uruguay de cara al gran choque, dijo que el gran problema del equipo ha venido siendo la posesión de pelota, aunque no lo valoró como algo tan determinante ya que la selección tiene su propio estilo de juego.

"Lo que uno quisiera mejorar es obviamente la posesión de la pelota pero eso algo que nunca hicimos, ni siquiera en el Mundial. Nosotros tenemos nuestro estilo de juego y lo tratamos de hacer de la mejor manera para lograr los objetivos que nos planteamos", explicó.

Uruguay va por su 15ª Copa América frente a Paraguay


Ya está. No hay más espera, más viajes, no se sacan más cuentas, no se piensa en la primera fase, ni en la segunda, ni en el rival de cuartos, ni con quién se va a jugar la semifinal. Ya está. Uruguay llegó al final del camino en la Copa América sorteando todos y cada uno de los obstáculos que tuvo en ese sendero que recorrió entre empates y victorias. No habrá mañana, no habrá un después, hoy se llegó a lo más alto y queda un paso nada más. Puede ser el paso de la victoria o de la derrota, pero todo se resolverá en 90 minutos, en un solo partido, quizás en un alargue o en la serie de penales, pero esta tarde se le pone punto final a la Copa, una Copa que tuvo a la Celeste como protagonista.

Y fue, si se quiere, hasta una "remake" de la Copa del Mundo 2010, porque Uruguay llegó sin estar en la consideración de muchos y en base a triunfos fue abriéndole los ojos a todos, transitando un sendero espinoso por el cual otros favoritos iban quedando por el camino. Así fue como llegó hasta el final. Y lo hizo como en Sudáfrica, yendo de menos a más.

Lo hizo con la mística que marca la historia: como contra Argentina, con todo en contra y con diez jugadores desde los 40` del primer tiempo. A partir de ese momento, Uruguay volvió a ser Uruguay, el que todos esperábamos, el de la ilusión, los sueños, la entrega y la lucha sin cuartel. El del despliegue solidario, el del juego colectivo, el de la defensa firme, el medio batallador y la ofensiva letal. Ese que logró la admiración de todos, ese mismo que hoy genera sana envidia y emoción.

Ya está. No hay nada más que recorrer, apenas 90 minutos, poco, demasiado poco después de tanto camino recorrido. De San Juan a Mendoza, de Mendoza a La Plata, de La Plata a Santa Fe y otra vez a La Plata. Y hoy a Buenos Aires, a ese Monumental que todavía llora el descenso de River, que conserva en sus paredes el dolor de sus hinchas, pero que abre sus brazos para ser testigo de otra fiesta.

Ya está. Ni siquiera se puede elegir el rival, porque el que estará enfrente es Paraguay. Un equipo batallador, aguerrido, con jugadores de experiencia y fogueados en estas lides; un conjunto trabajado, que conservó el plantel mundialista y a su entrenador.

Ya está. Se terminaron las especulaciones, las cuentas y las apuestas. La cátedra perdió por goleada. Esta final, preparada para argentinos y brasileños, tendrá otros protagonistas, esos que no estaban en los cálculos. Uruguay y Paraguay van a pelear por la Copa. Por un triunfo, por el título. Ya está. No hay que dar más vueltas ni armar más valijas. Hoy se termina todo. Habrá un campeón y el mundo entenderá, de una vez por todas, que Uruguay y Paraguay son países distintos que persiguen un mismo objetivo: la gloria.

ATENCIÓN A ....

Diego Forlán

Símbolo de esta exitosa generación, "Cachavacha" tendrá, una vez más, todas las cámaras sobre sí. El goleador del Atlético de Madrid ha hecho de todo en la Copa menos anotar. Su movilidad y entendimiento con Suárez volverá a ser clave.

Justo Villar

El arquero es candidato a ser el mejor jugador del torneo. Su seguridad bajo los tres palos son el principal motivo de la presencia de la selección paraguaya en la final. Lleva 240` invicto y crece en las tandas de penales.

Con pito norteño

El brasileño Salvio Fagundes se encargará de conducir la final en el Monumental de Núñez, repitiendo el trabajo de su compatriota Romualdo Arpi Filho en 1987, quien fue el juez principal del triunfo 1-0 de Uruguay sobre Chile. Aquel juego terminó con dos expulsados por bando.

Revancha el 11/10

El fútbol da la revancha y las eliminatorias sudamericanas, que comienzan en octubre, serán el escenario donde Uruguay y Paraguay se volverán a ver las caras. El duelo, parte de la segunda fecha, ocurrirá el 11 de octubre en Asunción pero en juego ya no habrá un título.

Furia guaraní

La página de Facebook de Fox Sports se vio inundada por los hinchas paraguayos que insultaron a la cadena por el supuesto favoritismo hacia la selección uruguaya y la falta de cobertura de la final. La situación fue tal que un periodista pidió al aire calma a los hinchas.

Y los mexicanos

No sólo con Fox Sports están peleados los paraguayos. El periodista mexicano Gerardo Velázquez de León también es persona non grata en Asunción luego de escribir que la selección albirroja es una "vergüenza internacional" dado que "implora" para llegar a los penales.

Por necesidad

Hércules le busca una nueva casa a Nelson Haedo Valdez, dado que considera que la venta del delantero guaraní le permitiría al equipo "respirar" para poder rearmar su plantilla en la Liga Adelante. El equipo pide cinco millones de euros. El Wigan inglés ha ofertado cuatro.

Sigan al "profe"

Las últimas dos finales continentales que terminaron consagrando campeón a Uruguay tienen un denominador común: el gol de Pablo Bengoechea. El "Profesor" aprovechó un rebote para anotar el tanto del triunfo en 1987 y, en 1995, clavó un tiro libre al ángulo para poner el 1-1.

Ficha del partido

Uruguay: Fernando Muslera; Maximiliano Pereira, Diego Lugano, Sebastián Coates, Martín Cáceres; Álvaro González, Diego Pérez, Egidio Arévalo Ríos, Álvaro Pereira; Diego Forlán y Luis Suárez. DT: Oscar Tabárez.

Paraguay: Justo Villar; Darío Verón, Paulo Da Silva, Antolín Alcaraz, Iván Piris; Edgar Barreto, Néstor Ortigoza, Cristian Riveros, Marcelo Estigarribia; Nelson Haedo Valdez y Lucas Barrios. DT: Gerardo Martino.

Estadio: Monumental.

Hora: 16:00.

Arbitro: Salvio Fagundes (Brasil).

Televisa: AUGIRONA

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FORLAN: "He aprendido a disfrutar del fútbol sin el gol"


Los hijos de los jugadores de Uruguay han dejado de corretear por los salones del hotel. Los familiares han desaparecido y solo quedan unos pocos periodistas. Asoma por el bar Diego Forlán (Montevideo, 1979), entrega unas entradas a unos amigos y da la vez para las cuatro entrevistas que le esperan: "Ceno y bajo". Media hora después atiende a los enviados especiales de Canal + España, ESPN, de un canal uruguayo y EL PAÍS. La última vez que Uruguay ganó la Copa América, en 1995, Forlán tenía 16 años, lo vio en casa y lo festejó, como todo el país, en las calles.

Pregunta. Su abuelo materno y su padre ya fueron campeones de América. ¿Qué consejo le ha dado su padre?

Respuesta. Con mi abuelo, que ya falleció, no hablé mucho. Sería algo espectacular ser la tercera generación en conseguirlo. No lo digo por mi padre, pero sentimos que cuando defendemos la celeste rendimos homenaje a muchos jugadores. Mi padre solo me ha dicho: "Sacrificio y trabajo".

P. ¿Ha descubierto que hay fútbol más allá del gol?

R. No me voy a volver loco por no hacer goles, lo llevo bien porque por ahí estoy en una fase de madurez, no tengo ansiedad, al contrario, estoy disfrutando mucho. Me toca jugar en una posición diferente, estoy cómodo. Es cierto, he aprendido a disfrutar del fútbol más allá del gol. Disfruto de dar pases, de un rol diferente. Ya lo dice la camiseta, soy un número 10 y me siento cómodo.

P. ¿El gol se olvida?

R. No, el gol se tiene o no se tiene, pero es siempre producto de un cúmulo de circunstancias y por ahí se han de dar todas juntas. A mí me faltó alguna, porque tuve las ocasiones, pero la mandé al palo, alta, la atajó el portero. No, no me he olvidado de cómo se grita un gol. Lo importante es qué goles vamos a tener.

P. ¿Es fácil jugar con Luis Suárez?

R. Es un jugador enorme, muy buen pibe, humilde, trabajador, peleón. Da mucho al equipo, es impresionante su capacidad para sacar ventaja de cada balón. Tenemos buena onda, fuera y en el campo, porque llevamos mucho jugando juntos.

P. No hay más que verles para entender que ese es el secreto de la celeste, la buena onda, los años.

R. Ese es el secreto de cualquier equipo: si vos ves a España, es lo mismo. Las semifinales en el Mundial, esta final, son el fruto del trabajo, de una actitud.

P. Como dijo Iker Casillas antes de la final de Johanesburgo, ¿a veces los sueños se cumplen?

R. No lo sé, yo llevo desde chico soñando con una final como esta. He jugado algunas con clubes, pero esto es especial. Sabes que juegas por tu país, por los niños que, como tú soñaste, fabulan ahora en las calles que juegan esta final. Yo no soy distinto. He salido campeón, he ganado reconocimientos, he marcado muchos goles... Se me han hecho realidad muchos sueños, pero me queda uno y vamos a luchar por él.

P. Es partido para el corazón, para la garra charrúa...

R. Hay que estar tranquilo y jugar como se ha de jugar. No hay que dejarse llevar por la emoción porque eso te juega una mala pasada. Hay que disfrutarlo como lo que es, pero no dejarse llevar por la emoción. Hay que pelearlo, jugarlo y disfrutarlo, y pelearlo porque no va a ser fácil.

P. ¿Qué es la garra charrúa?

R. Un mito. Obviamente se da por los partidos épicos, como el otro día con 10 contra Argentina. Esa entrega la tienen muchas selecciones, no solo nosotros.

P. Uruguay ya piensa en festejos, ¿le preocupa?

R. Podemos perder. Paraguay es muy peligrosa. Hemos jugado de juveniles, de mayores, sabemos que somos un equipo parejo: les hemos ganado, nos ganaron, empatamos... Paraguay es finalista porque lo ha ganado y habrá tenido suerte, pero eso también juega. Sabemos que va a ser difícil. Yo no me he imaginado levantando la Copa, me imagino peleando por conseguirla, eso sí.

P. ¿Cómo explica que un país tan pequeño como el suyo genere tanto talento?

R. Impresionante. ¡Con las carencias que hay! No crea que tenemos unas estructuras sólidas, que los niños trabajan en las mejores condiciones... No. Somos tres millones y pico y competimos con Brasil, Argentina, con las potencias europeas...

P. ¿Ha jugado contra Justo Villar?

R. Es un gran arquero que está jugando sensacional. Su rendimiento con Paraguay aumenta nuestro desafío. Le hice dos goles, uno en Liga y otro con Uruguay.

P. ¿Dónde jugará la próxima temporada?

R. En el Atlético. Tengo contrato y mi intención es cumplirlo, siempre fue así. Yo nunca he dicho que me quiera ir. Solo dije que no podía ser un falso y descartar que un día me vaya. No solo por mí, también el club puede recibir una oferta. ¿Y entonces? No soy un falso, que salga a decir "no me iré nunca", y luego de un cachetazo por la espalda y haga las maletas. Esto es fútbol y nunca sabes. Pero ni negocio ni busco equipo. Ya tengo un equipo.

P. ¿Se sintió solo en el vestuario del Atlético la pasada temporada?

R. No, no... Tuve compañeros que me ayudaron muchísimo: Simão, Tiago, Paulo [Assunção], Juanfran.... Fuera del vestuario probablemente sí. Yo creo que, cuando tienes un jugador, debes protegerlo, no hablo solo de directivos. Y ahí afuera estaba solo.

P. ¿Qué le parece cómo lo ha llevado El Kun?

R. Es su decisión, yo no me voy a meter. Soy muy respetuoso con las decisiones de los demás.


¿Vuelve el Porsche de James Dean?

"Estoy fascinado con la idea de recuperar esa leyenda técnica". La frase es de Matthias Muller, máximo responsable de Porsche, y la leyenda a la que se refiere es el Porsche 550 Spyder, un pequeño deportivo biplaza de propulsion trasera, sin ningún tipo de techo, y que gracias a su extrema ligereza, le bastaban 110 caballos de potencia para lanzarse hasta los 240 km/h.

Pero no fueron estas virtudes técnicas las que más fama le dieron, sino que fuese el coche a cuyos mandos se mató el actor James Dean, que vivió y murió como el 550 Spyder: rápido, muy rápido.

De llegar a buen puerto, su sucesor se denominaría Spyder 551 y mantendría el mismo esquema técnico, aunque Porsche buscaría colocarlo justo en el extremo opuesto al que ocupaba el original: como su modelo de acceso, orientado a un público más joven y también más propenso a dejarse influir por la leyenda de Dean. Hoy, ese honor le corresponde al Boxster, también un descapotable biplaza con 255 caballos y un precio de 54.000 euros.

El 'pequeño bastardo', un coche maldito

Esa cifra es apenas la cuarta parte de lo que habría que pagar hoy si trasladásemos en el tiempo los 7.000 dólares que costó el 550 Spyder adquirido por un prometedor actor de Hollywood y aficionado a correr con coches, James Dean. Una auténtica promesa que convertía en éxito todo lo que tocaba y tenía una gran pasión por los automóviles. Su gusto por el mundo del motor le llevó a cambiar su 'obsoleto' Porsche 356 Speedster por el que bautizó como el 'pequeño bastardo', el modelo 550 Spyder de la marca de lujo, una adquisición momentánea hasta que estuviera acabado su gran sueño, el Lotus Mk X, que no iba a estar finalizado antes de que comenzara la carrera de Salinas, en California, y en la que el gran Dean iba a dar lo mejor de sí mismo.

Sin embargo, la fatalidad del destino quiso que el actor y piloto jamás llegara, de hecho, fueron numerosas las personas que le advirtieron la temeridad de conducir un vehículo tan potente en aquel entonces. Incluso, él mismo fue un visionario de su propia muerte tal como relató poco después del accidente su gran amiga, Elisabeth Taylor. Era la tarde del 30 de septiembre de 1955 cuando Dean se encontraba en la intersección de la Route 466 con la 41, donde el estudiante Donald Turnspeed, que según relatan los atestados policiales conducía a gran velocidad su Ford Custom Tudor Coupé se empotró frontolateralmente contra el también conocido como el coche maldito, falleciendo el afamado actor durante su traslado al hospital.

Una leyenda negra que acababa de comenzar, el coche que quedó en manos de la compañía aseguradora fue adquirido por 2.500 dólares por el empresario George Barris, nada más llegar a su taller y mientras era descargado de la grúa los cables que lo sostenían se partieron y los 550 kilogramos del coche cayeron sobre uno de los mecánicos al que fracturó las dos piernas. Por ello, decidieron vender el motor al piloto Troy McHenry y la caja de cambios a su colega de carreras William Eschrid, con los que también se cebó la tragedia. Cuando se encontraban en plena competición McHenry no pudo controlar su bólido y se golpeó contra un árbol lo que le provocó la muerte en el acto, mientras que su compañero resultó gravemente herido tras sufrir un fallo mecánico.

Una historia que no queda ahí, las ruedas que también fueron vendidas en el despiece del automóvil se entregaron a otro piloto que sufrió un accidente y quedó en coma, a lo que se une las hazañas de unos ladrones que trataron de robar el volante del 'pequeño bastardo' resultaron gravemente heridos en su intento. El misterioso incendio del garaje en el que se encontraba guardado el mítico Porsche 550 Spyder o el fallecimiento por aplastamiento de un conductor que chocó contra el camión que transportaba sus restos es otro de los hechos que forman parte de su triste existencia.

No sabemos si, a pesar de las numerosas evidencias, son todo casualidades o es que el destino se ha cebado con el coche que un día condujo el prestigio James Dean, lo que sí esperamos es que la historia no se vuelva a repetir nunca.