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domingo, 23 de marzo de 2014

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TARTA TATIN

El carrito de la crisis

Mantenimiento o incremento en la demanda de los productos básicos que componen la cesta de la compra; aumento del consumo en los hogares; compras por precio; modificación de los formatos y auge de las marcas baratas de la gran distribución. Estas serían las principales tendencias que está marcando la demanda alimentaria en tiempos de crisis, según los datos manejados por la Administración, consultoras y organizaciones sectoriales.
La crisis no solo ha modificado el volumen de las compras de los consumidores o los productos elegidos. También ha provocado cambios en la política de ventas de la gran distribución. Los datos de Nielsen así lo demuestran. En este momento ya nada se adquiere al azar, indica la consultora. El consumo es muy sensible a los precios y a las promociones. Los folletos han pasado a ser protagonistas a la hora de llevar a los consumidores a los lineales de un gran centro de distribución, donde, generalmente, llegan ya con la lista de la compra hecha.
La gran distribución, además de las políticas de precios acometidas, ha variado otras estrategias, como la colocación de los productos en función de la demanda. Se da por hecho que los artículos frescos son unos de los que mantienen el tirón comprador. Por esta razón, en unos casos se localizan a la entrada del centro para atraer la atención del consumidor y, en otros, al final de las instalaciones para que el comprador recorra todos los lineales en su camino.
Con la crisis a las espaldas sigue, e incluso se incrementa, la demanda de los productos de toda la vida, la llamada alimentación seca como galletas, chocolates, conservas de pescado y vegetales o alimentos para animales, con un incremento mensual del 3,7%, y las galletas en cabeza, con un aumento del 5% en 2013. La caída de la renta obliga a estar más tiempo en casa y ello se ha traducido en un aumento nada menos que del 18% en las compras de aperitivos, del 3% en cervezas o del 40% en bizcochos para la población infantil. El consumo de vino en los hogares creció un 4,9%, según los datos del Observatorio Español de los Mercados del Vino. 
El conjunto de los productos cárnicos no se ha resentido de la situación económica, aunque los efectos han ido por barrios. En 2007 el gasto en ellos suponía el 17,7% de la cesta de la compra y a finales de 2013 era del 17,5%, porcentaje del que un 12% corresponde a productos frescos y algo más del 5% a charcutería. En carnes frescas, el pollo supone hoy el 38% de la ventas, con un aumento del 4,6%; el cerdo se mantiene con el 28% y el vacuno cae al 14% tras un descenso del 5% sobre 2012. En los productos de charcutería, la mortadela se deja un 4,9% del consumo y el chorizo un 4,2%, mientras sube el bacón un 2% y el pavo un 5% por su mayor asociación con alimentación saludable.
De acuerdo con los datos Nielsen, la venta de artículos de conveniencia continúa al alza en 2013, como el café en monodosis incrementando ventas el 25%; las verduras preparadas, el 3%; o los platos de fruta infantiles, el 2%.
El comprador ha optado por formatos más reducidos al precio de uno o dos euros para hacer frente a la crisis. Mientras han aumentado ventas de productos de mayor volumen, como aguas o productos de cocina. La salud sigue siendo un reclamo para los hogares con amos/as de casa con edades superiores a 50 años, que demandan productos naturales o integrales.
Según los datos Nielsen, un 74% de los compradores solo adquiere lo más esencial en cada viaje a los establecimientos de alimentación. Es un 1,8% menos que antes de la crisis. El 90% de los consumidores es sensible al precio, de hecho, un 42% busca solo precios especiales y uno de cada tres responde a los folletos de promoción. El 24% de los compradores ha cambiado a marcas baratas y siete de cada 10 acuden a los centros con la lista de la compra hecha. Porque se visita menos veces el punto de compra. Como consecuencia de ello, se gasta más en cada salida, 40 euros de media por semana en productos de gran consumo.
Nielsen destaca el cambio que se está produciendo en la forma de hacer la compra por la incorporación del comercio electrónico desde un dispositivo móvil en el sector del gran consumo. Este nuevo escenario ha sido el motivo por el que varios grupos de supermercados en Estados Unidos han prohibido en sus establecimientos el uso de teléfonos móviles inteligentes. La razón. Muchos consumidores habían decidido sustituir el carrito por el móvil a la hora de llenar su cesta de la compra para elegir los precios más baratos en diferentes supermercados desde un mismo establecimiento de distribución.

McDonald’s se pierde en el menú

Si las conferencias con analistas son un referente sobre cómo están los ánimos entre la ejecutiva de una compañía, en McDonald’s hay mucha preocupación. Basta con fijarse en la veintena de veces que se repitió el término “relevante” en el último encuentro. Las cifras de ventas más recientes dan dimensión, sobre todo en EE UU. Cayeron un 1,4% en febrero en su mayor mercado tras hacerlo un 3,3% en enero. Van cuatro meses seguidos en negativo. El argumento del mal tiempo puede ser justificable, pero insuficiente.
La multinacional de los Arcos Dorados, una de las compañías que componen el índice bursátil Dow Jones, está considerada como un valor refugio en Wall Street. Por un lado, porque no dio grandes sustos a los inversores durante la última década. Por otro, porque tiene un generoso programa de recompra de acciones que utiliza para devolver dinero a los propietarios y mantenerlos contentos. También es un termómetro sobre la marcha de la economía.
La franquicia sigue siendo la mayor cadena de comida rápida del mundo por ingresos. Sin embargo, los resultados del cierre del ejercicio 2013 muestran vulnerabilidades y pasan factura a su rendimiento en Bolsa. La cotización de McDonald’s arrastra una caída del 0,43% en el año. Bien es verdad que se apreció un 80% desde el fin de la crisis y que en la primera mitad de 2013 sus títulos tantearon de nuevo los 100 dólares, como a final de 2011.
Pero incluso en el caso de la perspectiva anual rinde la mitad que el S&P 500. A los inversores les dolerá aún más ver que las acciones de su rival Wendy’s se apreciaron un 70% solo en el último año y casi un 75% las de Burger King desde su retorno al parqué en junio de 2012, tras someterse a un intenso proceso de ajuste. Chipotle Mexican Grill se apreció entre tanto un 80% en el año y un 1.300% desde que en 2006 se separó de McDonald’s.
La competencia es cada vez mayor y las nuevas ofertas no acaban de funcionar
El problema de McDonald’s está en el menú, o al menos así lo ven sus gestores cuando ponen tanto énfasis en la relevancia. Las nuevas ofertas, como los Mighty Wings, por ejemplo, no están teniendo la respuesta esperada. Pero, además, acosa su gran tamaño y por eso crece menos que sus rivales más pequeñas. Opera más de 35.000 restaurantes en todo el mundo, frente a 13.000 de Burger King, 6.500 de Wendy’s y 1.500 de Chipotle.
Yum! Brands es más grande, con cerca de 40.000 locales. En su caso integra las cadenas Taco Bell, KFC y Pizza Hut, una diversidad que no tiene McDonald’s. Panera y Buffalo Wild Wings no son competidoras directas, pero restan brillo al grupo de los arcos. También le come mercado Jack in the Box y Sonic, y cadenas locales como Five Guys y In-N-Out Burger, muy potentes en California.
Es decir, como coinciden los analistas del negocio de la restauración, el consumidor tiene ante sí multitud de opciones para elegir dónde comer, incluso cuando quieren hacerlo rápido y barato. La situación económica tampoco ayuda. Como indicó su consejero delegado, Don Thompson, el último fue un ejercicio “complicado”. Habló de bifurcación del cliente. Los de baja renta, explicó, no gastan y los de alta van a los restaurantes más caros.
Eso provocó que 2013 fuera un año plano. Los 70 millones de clientes que pasan por sus locales a diario generaron el pasado ejercicio ingresos por valor de 28.105 millones de dólares (20.380 millones de euros), de los que 7.090 millones corresponden al cuarto trimestre. Eso representa un incremento del 2% comparado con 2012. El beneficio rondó los 5.585 millones, en este caso solo un 3% mejor que en el curso precedente.
Triunfan los formatos que dejan al cliente hacerse su propia hamburguesa
No solo fue complicado por el rendimiento de su negocio en Estados Unidos o por el precio de las materias primas, también porque cayeron las ventas en China y otros países emergentes. Las últimas cifras reflejan al mismo tiempo el peso de Europa, que ayuda a compensar. Para el ejercicio que acaba de comenzar, la firma de análisis Thompson augura una mejora aunque señala que será limitada. La clave, dijo, está en encontrar un equilibrio en esa bifurcación del consumidor.
La compañía espera abrir hasta 1.600 nuevos restaurantes, de los que 250 serán en EE UU y 320 en Europa, además de 300 en China. La ampliación se hace en paralelo a la modernización de un número similar de locales. Los analistas proyectan que su beneficio crezca un 8% al año a medio plazo, frente al 16% que dan a Burger King y al 25% de Wendy’s. Pero la caída de las ventas en Estados Unidos le pegará bocado a su beneficio en el primer trimestre.
Las dificultades de McDonald’s contrastan con el empuje de la que fuera su filial Chipotle. Los ejecutivos reconocen que deben hacer algo pronto para revertir el problema que ven en EE UU. Y volviendo al término “experiencia”, la idea pasaría por romper con la rigidez del menú de hamburguesas, para que el cliente pueda combinar los ingredientes como hace con los burritos. No le basta con el café y los desayunos a base de huevos.
La consistencia del menú de McDonald’s funcionaba hasta ahora. Pero la personalización es una tendencia cada vez más común en la industria. Otros referentes son Five Guys, Subway o Which Wich. El concepto de “hacerse la propia hamburguesa” con jalapeños en lugar de cebolla lleva un año en desarrollo en un local en California. Es solo el comienzo. Se espera extenderlo a 100 locales para atraer a clientes más del tipo dinner.
Chipotle es una máquina de hacer dinero. Dobló de tamaño en los últimos cinco años, mientras que McDonald’s lo hizo solo un 16%. En su caso, no es solo que el cliente decide lo que quiere comer. Además, su imagen es de mejor calidad. La cadena de hamburgueserías lleva tiempo incorporando frutas y verduras a sus menús más populares, en sustitución de las patatas fritas.
Los propios ejecutivos admiten que es pronto para saber cómo van a trasladar este nuevo concepto a los 14.200 restaurantes que tiene la cadena en EE UU, porque eso le llevaría además a cambiar la estructura de sus cocinas. Junto a la evolución de sus menús, los inversores tratan de entender el impacto que tendrá en su negocio el alza en el salario mínimo en Estados Unidos.

Gürtel desangra al PP valenciano

Cinco años después, la trama de corrupción masiva dirigida por Francisco Correa, que desparramó sus influencias por varias comunidades y una decena de ayuntamientos del PP, ha colocado a más de una docena de excargos públicos valencianos a los pies del banquillo de los acusados. Serán casi los primeros, pero a ellos les sucederán los implicados en el grueso del caso y otros excargos populares, como los de Madrid, defenestrados políticamente al inicio de la investigación, pero que aún no han rendido cuentas ante la justicia.
A 14 meses de las próximas elecciones municipales y autonómicas, los procesos judiciales colocarán bajo mínimos el prestigio del PP valenciano por sus prácticas presuntamente ilegales. Es probable que las maniobras de sus dirigentes impidan una nueva foto en el banquillo antes de las elecciones europeas, pero no podrán frenar las investigaciones y el remate a un proceso judicial que, día a día, certifica el despliegue de todo un mecanismo de corruptelas que los populares permitieron en la pasada década.
Sobre el horizonte de 2015, el PP valenciano resiste pero como un partido desangrado, sin que su líder, y presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, sea capaz de atajar las líneas rojas que se marcó al inicio de su mandato, heredado tras la dimisión de Francisco Camps.
Muy atrás, y diluido, quedó el compromiso de tolerancia cero hacia la corrupción. En la bancada popular, en las Cortes Valencianas, se han llegado a sentar hasta una decena de imputados. Y la promesa de limpiar sus filas de corruptos se ha transformado en una serie de fórmulas que se aplican de forma individualizada en función del caso y del calendario judicial. El PP mantiene, tras la renuncia el viernes de una imputada, Milagrosa Martínez, a seis diputados pendientes de la acción judicial.
Pero, además, los sumarios judiciales han afectado a las siguientes líneas de poder y, además de los seis exconsejeros de Camps imputados por casos de corrupción, un escalón más abajo, figuran también como imputados casi una decena de secretarios autonómicos y docenas de directores generales y altos funcionarios de la Generalitat en las distintas piezas del caso Gürtel y las otras dos grandes causas que afectan a la Comunidad Valenciana, el caso Cooperación y el caso Nóos.
Las empresas de la trama Gürtel pasaron de ser proveedores únicos de eventos de la dirección regional del PP a lograr todo un elenco de contratos con la Generalitat y dinero de adjudicatarios de la Administración valenciana con los que, según la investigación, se pagaban los actos de los populares valencianos a cambio de suculentas comisiones.
De las seis causas del caso Gürtel que se investigan en Valencia, la conclusión de las dos primeras, las referentes a la financiación ilegal de las campañas de 2007 y 2008, es la que más podría acercarse a la fecha de las próximas elecciones municipales y autonómicas. Las pesquisas han evidenciado hasta ahora cómo el PP valenciano hizo trampas para costear su despliegue en campaña. Será la justicia la que determine si fueron ilegales y quiénes fueron sus autores. Pero, mientras, algunos de los responsables de aquellos desaguisados siguen sentados en sus escaños, aunque la dirección popular cuente con poder decir que en las próximas listas no habrá ningún imputado.
El acelerón que el instructor de la causa principal, Pablo Ruz, ha dado para el grueso del sumario ha impedido, no obstante, que las investigaciones sobre las piezas separadas sufran un frenazo, ante la incapacidad de la policía (por sus limitados recursos) de responder al reclamo de los informes de análisis de la documentación incautada y la información obtenida.
Al margen de Gürtel, el desangrado PP vive también pendiente de laalcaldesa de Alicante y también parlamentaria, Sonia Castedo, imputada por el caso Brugal, acusada de cohecho, tráfico de influencias y revelación de información privilegiada del plan general de ordenación urbana al empresario Enrique Ortiz, también imputado en el caso Gürtel. No es el único edil importante del PP valenciano que está en la cuerda floja. El alcalde de Castellón, Alfonso Bataller, también está imputado en una de las piezas del caso Gürtel que se instruye en el Tribunal Superior de Justicia valenciano por haber contratado con las empresas de la trama en su etapa como alto cargo de la Consejería de Sanidad.
Además, el PP de Alberto Fabra está a la espera de la sentencia, una vez finalizado el juicio, del llamado caso Cooperación, en el que se juzgan las irregularidades en la concesión de subvenciones a una fundación que recibió 1,6 millones de euros para dos proyectos en Nicaragua, de los que solo llegaron a su destino 43.000 euros. Su principal implicado, el exconsejero Rafael Blasco, salió del grupo popular antes de que lo expulsaran pero Fabra no fue capaz de conseguir que abandonara su escaño.
El problema no es solo que el partido que sostiene el Gobierno autonómico esté desangrado, sino que ese estado ha llevado además al mismo Ejecutivo valenciano y a toda la Administración, así como al grupo parlamentario en las Cortes Valencianas a una situación de parálisis.

Una renuncia ‘in extremis’

Milagrosa Martínez, expresidenta de las Cortes valencianas y exconsejera de Turismo con Francisco Camps, renunció a su acta de diputada el viernes pasado. A nueve días de la fecha fijada para el juicio por la adjudicación irregular durante varios años del pabellón de la Comunidad Valenciana en Fitur a la trama de empresas de Francisco Correa, por un montante de cerca de cinco millones de euros. Para ella, que compartirá banquillo con la también exconsejera de Turismo Angélica Such que dimitió como diputada hace tres semanas, la Fiscalía reclama un total de 11 años de cárcel.
Martínez se ha convertido en un ejemplo del irregular criterio que aplica el PP de Alberto Fabra con los implicados en casos de corrupción. Considera que no es válida su permanencia en las Cortes pero permite que siga al frente de la alcaldía de Novelda (Alicante), donde el PP no se plantea ninguna medida de presión.
La renuncia revela además el escaso interés de los dirigentes del PP valenciano porque la justicia haga su trabajo, ya que la pérdida del aforamiento ubica la causa en una encrucijada que, posiblemente, retrase el juicio. Aunque, cuanto más alejen, en el tiempo, el banquillo, más se acercarán las elecciones.

Fuerzas rusas desalojan a tiros una base aérea ucrania en Crimea

A Rusia se le ha acabado la paciencia con los militares ucranios rezagados en Crimea. Cansados de esperar la rendición de unas cuantas unidades numantinas, cercadas desde hace días por tanquetas y decenas de hombres armados, seis blindados rusos entraron ayer por la fuerza en la base aérea de Belbek, cerca de Sebastopol. Los acorazados se abrieron paso con armas automáticas y granadas aturdidoras y los ucranios respondieron con disparos al aire, aunque enseguida depusieron las armas, que acabaron siendo amontonadas en el arsenal de la base. Un soldado ucranio resultó herido y el comandante fue detenido y llevado a un lugar desconocido paranegociarcon los asaltantes.
Moscú aseguró ayer que 54 de los 67 navíos de la Armada ucrania en Crimea han cambiado de bando, que la bandera rusa ondea ya en 147 destacamentos enemigos y que, de los 18.000 militares ucranios desplegados en la península, solo 2.000 volverán al continente, mientras el resto habría aceptado la oferta de integrarse en las Fuerzas Armadas de la Federación. En la mayoría de los casos, la rendición ha sido pacífica, cuando no un tanto grotesca, como la de los efectivos de una unidad de la Armada ucrania en Novofedorivka, que ayer abandonaron el recinto tras la irrupción de un grupo de 200 civiles desarmados que los hostigaron hasta sacarlos a la calle.

V

Hartos del silencio y la inacción de Kiev y rendidos a la evidencia de que sus cuarteles han cambiado de bando, la mayoría de los efectivos ucranios han ido tirando la toalla. El viernes, horas después de expirar el pacto de no agresión firmado hace una semana por Ucrania y Rusia —destinado en teoría a facilitar el desarme y abastecer las bases; en la práctica una prórroga para Kiev— en tres cuarteles de Simferópol aún ondeaba la bandera amarilla y azul ucrania, mientras tropas rusas sin distintivos y autodefensas locales cercaban las instalaciones.
Del interior de la unidad de infantería 82542 salían con cuentagotas oficiales en uniforme, con todas sus pertenencias en bolsas que eran meticulosamente registradas a la puerta por los custodios del recinto. Con cara de circunstancias, todos declinaban hacer comentarios. “Aún hay soldados en el interior, pero no puedo decir cuántos. Ninguno ha usado sus armas, pese a que tienen permiso de Kiev para hacerlo. Pero la mayoría de oficiales ya se han ido. Pueden irse cuando quieran siempre que dejen aquí las armas”, explicaba en la puerta Roman, de 24 años, uno de los civiles que engrosan las variopintas autodefensas de Crimea.
Igual que esta unidad, otras dos ubicadas en Simferópol —una de ellas de la Armada— tenían también izada la bandera ucrania junto a la de Crimea, casi idéntica a la rusa (tres franjas, roja, azul y blanca, pero en distinto orden). “Estamos negociando una salida porque nos hemos cansado de esperar órdenes que no llegan[DE KIEV]. Técnicamente aún estamos movilizados, y ningún soldado podría abandonar, salvo desertando, y mucho menos rendirse, pero esta situación es muy distinta. Un militar cumple órdenes, y en Kiev nadie parece capaz de darlas”, explicaban dos soldados ante otra unidad de infantería que, dijeron, albergaba aún a un centenar de hombres.
“Es un mal trago que celebro no haber tenido que apurar. Hagan lo que hagan, regresen a Ucrania o se queden aquí y se unan a las fuerzas armadas rusas, para el bando contrario serán siempre unos traidores. Traidores que además se habrán rendido de la peor manera posible para un militar: sin luchar. Muchos de ellos son crimeos, viven aquí y van a ser mirados con desdén o con lástima”, explicaba Oleg T., que sirvió en la base como oficial y ha ido a apoyar a sus compañeros. “Espero que la humillación que sienten estos militares quede contrarrestada por la actuación vergonzosa del Gobierno. Alguien debería pagar por esto”.
Tan evidente resulta la desidia —por no decir negligencia— del Gobierno de Kiev que el propio ministro de Defensa ucranio, Igor Teniuj, cargó sobre la cúpula política la responsabilidad de tomar una decisión sobre el futuro de sus tropas en Crimea.
“Para resolver esta situación, que es extremadamente tensa, debe haber una decisión de la dirección política”, dijo, en clara referencia al Gobierno del que forma parte.

Decenas de miles de personas gritan en Madrid contra los recortes

Las ocho marchas por la dignidad confluyeron ayer en Madrid. A unas 2.000 personas que llegaron a pie desde distintas partes de España se les unieron varios miles más (50.000, según la primera versión de la policía, que luego rebajó a 36.000 asistentes) en la capital. Las ocho marchas trataban de ser una metáfora de un malestar que recorre España. Un malestar concreto sepultado bajo números escalofriantes: casi seis millones de parados, decenas de miles de desahucios y miles de millones de recortes en gasto social. La marcha desembocó en manifestación. Todo discurrió de forma pacífica y planificada hasta entrada la noche, cuando elementos radicales y policías antidisturbios entraron en acción. Pasadas las nueve de la noche, ya había 24 detenidos, de los que tres eran menores. Además, los disturbios causaron 88 heridos, de los que 55 eran policías. En total, 15 personas fueron trasladadas a hospitales para una valoración, según Emergencias Madrid.
La convocatoria de la Marcha incluía tres lemas principales (“No al pago de la deuda”, “Ni un recorte más”, “Fuera los Gobiernos de la troika”). Pero de ese programa de mínimos se supo poco ayer. Palideció frente a la diversidad de reivindicaciones de las pancartas. “Si no luchas, pueden contigo”, protestaba Mamen Ruiz, murciana de 32 años con dos hijos y que se unió a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de su ciudad cuando vio cerca el desahucio. Virginia, de 47 años y funcionaria de Justicia se manifestaba “por las tasas, por la ley del aborto y para decirle a Gallardón que se vaya”. Belén Calvo, maestra, de 32 años y en paro desde hace tres, tomó un autobús en Burgos por la mañana vestida con una camiseta con la leyenda “Gamonal. Barrio vivo, barrio combativo”. “He venido porque tengo dignidad”, sentenció. En el remolino de voces decepcionadas se fundieron extrabajadores de Panrico y Coca-cola, barrenderos de Madrid, las mujeres del carbón asturiano, pequeños partidos de izquierda, miembros de las mareas antirrecortes…
Las ocho marchas que llegaron el viernes a las proximidades de Madrid se despertaron temprano ayer. Después de un tentempié de fruta y verdura en el barrio de Vallecas, la procedente de Murcia y Valencia(que durmió en el polideportivo de Rivas Vacíamadrid) fue recibida en el centro con lágrimas, bocadillos, sopa de cocido en vasos de plástico y agua. Desde allí, unas 2.000 personas continuaron hasta Atocha.
El sustrato de la protesta fueron las columnas de caminantes que siguieron el trazado de las seis carreteras nacionales que confluyen en la capital. Pero la verdadera materia prima de la concentración fueron los madrileños y los llegados en trenes, coches y autobuses desde todo el país. En Atocha todas las columnas se unieron en un brazo que avanzó hasta la plaza de Colón, donde se leyó un manifiesto.
A las ocho y media de la tarde se registraron unas cargas en Génova después de que un grupo comenzara a lanzar objetos ante las vallas colocadas por los antidisturbios junto a la sede del PP. Fue la única acción violenta reseñable durante la marcha. La preocupación por episodios de este tipo ha sido constante. Agripa Hervás, organizador de la marcha este y miembro de Esquerra Unida del País Valencià reconocía cierta inquietud: “Tememos que grupos extremistas estropeen una marcha pacifista”. Esta alerta dio pie a un despliegue policial de récord: 1.650 antidisturbios, además de efectivos de la Guardia Civil y la policía municipal.
La manifestación entre Atocha y Colón figuraba en los permisos de la Delegación del Gobierno en Madrid a nombre de un particular. La Marcha de la Dignidad se presenta como un movimiento sin líderes que ha progresado a golpe de asambleas. En gran medida es cierto, pero eso no significa que sus inicios no hayan sido cincelados con esmero. El gran impulsor de la iniciativa ha sido el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) de Diego Cañamero y José Manuel Sánchez Gordillo, pero el germen del movimiento se plantó el año pasado en Extremadura, en los Campamentos Dignidad. Esta semilla ha ido regándose hasta ramificar en una elaborada organización que ofrece cobijo a las reivindicaciones de más de 300 colectivos y miles de ciudadanos sin ninguna adscripción.
Los Campamentos Dignidad nacieron en Mérida con una concentración frente a una oficina de empleo que exigía la creación de 25.000 puestos públicos y una renta básica. Abrazado a estas dos reivindicaciones el movimiento fue trepando con vigor, lo que le permitió entretejerse a colectivos en expansión, como la PAH.
Manuel Cañada, excoordinador general de Izquierda Unida en Extremadura y tres veces candidato a presidir la Junta, se convirtió en cabeza visible del campamento. Cañada, miembro de la vertiente más ortodoxa del Partido Comunista (la que en Extremadura ha rehusado pactar con el PSOE) se propuso demostrar que los parados representaban una fuente de movilización social. “Los Campamentos Dignidad somos el 15-M obrero”, ha sido una de sus consignas, insistiendo en lo fértil que resulta el clima de anarquía y pluralidad para movimientos de contestación.
La estrategia de Cañada es un buen ejemplo de la gordillización de la izquierda del sur: el recurso a acciones de resistencia civil para hacer política fuera de los canales parlamentarios. El extremeño reconoce el ascendiente del alcalde de Marinaleda, ha participado en encierros yasaltos a supermercados, y colabora con los impulsores del modelo de okupación social de la Corrala Utopía, plataforma sevillana próxima al SAT.
Los Campamentos organizaron una primera Marcha Dignidad en Extremadura en septiembre de 2013. En esta fase Cañada también tendió puentes con el Frente Cívico Somos Mayoría de Julio Anguita, que ha terminado oficiando de maestro de ceremonias en los actos de presentación de la Marcha de la Dignidad.
Con estos padrinos, el mismo mes de septiembre se desarrolló una primera reunión en Madrid para planificar una marcha estatal. A partir de este pistoletazo de salida arrancó una frenética actividad marcada por la institución de pequeñas plataformas locales dedicadas a recabar apoyos económicos, difundir el proyecto por Internet y negociar con sus respectivos Ayuntamientos el alojamiento de las columnas de manifestantes.
Las asociaciones que han contado con medios (especialmente sindicatos e IU) han cedido locales e infraestructuras para las reuniones de los comités, pero el movimiento se ha basado en la autofinanciación. Por ejemplo, el viaje en los autobuses que llegaron ayer a la capital le ha costado una media 20 euros a cada viajero. Todos los detalles se han cuidado a pesar de la multicefalia imperante. Un equipo jurídico de 50 letrados voluntarios se ha movilizado para enfrentarse a previsibles problemas legales en las manifestaciones. “Si te detienen, hay que decir ‘equipo jurídico 22m”, reza su cuenta de Twitter.
El colectivo Campamento Amigo 15M, red con experiencia en movilizaciones como las mareas ciudadanas, se ha ocupado de coordinar la búsqueda de domicilios en Madrid. Esta red avisa de que no gestiona la creación de un campamento, asunto peliagudo después de que varios colectivos expresaran su ambición de repetir una instalación como la de los indignados en la puerta del Sol en 2011, algo que la Delegación de Gobierno aseguró que evitaría a toda costa.
A las nueve de la noche se habían producido tímidos intentos de extender tiendas por Recoletos sin demasiado éxito.