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domingo, 26 de enero de 2014

La locomotora de la pelicula de Indiana Jones estuvo en Girona casi 10 años


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Honor entre ladrones

Hace unos días un columnista del Financial Times, no exactamente la voz del proletariado, se preguntaba si quizá había llegado la hora de restaurar “la guillotina de Robespierre” para los grandes banqueros. No hablaba estrictamente en serio, se supone, pero la rabia del columnista hacia aquellos que siguen recibiendo subsidios ciudadanos para poder seguir ganando salvajadas ensangrentaba las páginas rosadas del venerable periódico inglés. Los políticos de los países democráticos, con el beneplácito pasivo de los que les votan, se habían rendido ante el autoproclamado “derecho divino” de los banqueros, denunciaba —derrotado— el escritor.
Pasividad ciudadana es lo que vemos también ante el desprecio y los abusos de la aristocracia que controla el mundo de fútbol. Nada nuevo bajo el sol, pero lo que hemos visto esta semana con el caso de José María del Nido, expresidente del Sevilla, ilumina con inusual nitidez el descaro de esta casta privilegiada. Del Nido, como es bien sabido, fue condenado a siete años y medio de prisión por robar dinero público. Pero como la casta se cree por encima de la ley la mayoría de los presidentes de los clubes de Primera División, además de los de la Liga y la Real Federación Española de Fútbol, hicieron una llamada conjunta a que se le concediera un indulto al susodicho Del Nido.
Hay una frase hecha en inglés para este fenómeno: honor entre ladrones.
El 
Podemos suponer que si a uno de estos señores presidentes les despojaran en la calle de un par de millones de euros no necesariamente se unirían todos para pedir que se perdone al delincuente. Pero cuando son ellos los que roban reina la misericordia. Igual que los grandes banqueros, no consideran que las reglas del juego que se aplican a los comunes mortales son aplicables a todos. Una ley para la vulgar ciudadanía y otra —más flexible, más indulgente— para ellos.
Más sonado esta semana ha sido el caso de Sandro Rosell y las chanchulladas en las que supuestamente cayó como presidente del Barcelona para fichar al jugador brasileño Neymar. Fue noticia, ante todo, porque dimitió, algo extraordinariamente inusual en alguien que ocupa un puesto de poder en España. Pero a nadie se le puede escapar que ni Rosell ni el Barcelona son los únicos que a la hora de fichar jugadores operan en las tinieblas.
Alex Ferguson, exentrenador del Manchester United, denunció en su última autobiografía el parasitismo de los agentes de los jugadores, aquellos que chupan del champán en el que se baña la realeza futbolera. Toda la razón. Los agentes habitan esa zona turbia, gris, donde se llevan a cabo operaciones como la del joven Neymar. Gracias, Sir Alex, por señalarlo. Pero para lo que sirven sus indignados comentarios es más bien para llamar la atención a la espectacular hipocresía de la casta a la que él mismo pertenece. Porque como es bien sabido, y como la BBC denunció con lujo de detalle hace unos años, Sir Alex tiene un hijo, Jason, que llevaba una agencia de futbolistas, seis de los cuales habían sido fichados por… ¿quién? Por el Manchester United. O sea, por su propio padre.
Esta gente está tan embriagada por el poder y el dinero, tan cegada por el lodo en el que está sumergida, que ya ni ve, seguramente, que habita un mundo de rampante amoralidad. Como el de la FIFA, cuyas legendarias barbaridades llegaron a su apogeo con el grotesco caso del Mundial que decidieron celebrar en las arenas de Catar.
Las mentiras, los excesos, el nepotismo son el orden del día pero, como con los banqueros, nos rendimos. Chillaremos un poco, como en esta misma columna, pero al final no cambia nada. Vale, aquel señor que hundió a Rosell vía los tribunales sí se la jugó, ¿pero quién lo reemplaza? Su delfín. El sistema sigue intacto. El gesto solidario de los presidentes con Del Nido demuestra que no han querido recibir ningún mensaje, que la forma de hacer las cosas no cambiará. Seguiremos yendo a los estadios, comprando las camisetas, viendo los partidos por televisión. No habrá protestas. No habrá boicots. ¿Por qué? Porque el fútbol es el opio del pueblo y mientras nos lo sigan suministrando la mayoría prefiere mirar para otro lado. La guillotina tendrá que esperar.

El PSOE aventaja al PP en las europeas

El PSOE está en condiciones de poner fin al ciclo de procesos electorales adversos y el PP se enfrenta al peligro serio y cierto de perder unas elecciones nacionales por primera vez desde 2009.
El ciclo victorioso de Mariano Rajoypuede acabar en las europeas de mayo, según el sondeo de Metroscopia para EL PAÍS, debido al enorme y acelerado desgaste por sus dos años tormentosos en La Moncloa. Si se confirmara el dato en las urnas en mayo, sería el presidente del Gobierno con una caída más acelerada en sus primeros años de mandato. Le sigue beneficiando que el principal partido de la oposición no despega y esa es su baza para intentar darle la vuelta en lo que queda de mandato.
UPyD triplicaría sus votos y pasaría de uno a cinco eurodiputados
La ventaja de los socialistas sería de solo 1,6 puntos que, en la práctica y debido al margen de error es un empate técnico, es decir, ambos partidos están en condiciones de ser el más votado. Sí queda claro que el que gane lo hará por muy poco margen y que la suma de los dos grandes partidos sigue en mínimos históricos. El bipartidismo sigue en cuestión.
El PSOE tendría el 28% de los votos y el PP el 26,4% si las elecciones europeas se celebraran ahora. Los socialistas perderían 10 puntos con respecto a 2009 y los populares, 16. Ambas formaciones estarían por debajo de sus resultados de las generales de 2011. La diferencia en escaños sería de solo uno, con 17 para el PSOE y 16 para el PP.
Hay que hacer una primera salvedad y es que aún no han sido designados los cabezas de lista. El PSOE se inclina por Ramón Jáuregui con Elena Valenciano de dos si Alfredo Pérez Rubalcaba se convence de la compatibilidad del escaño en el Parlamento Europeo y la vicesecretaría general del partido. Y Mariano Rajoy parece dudar entre Miguel Arias Cañete y Jaime Mayor Oreja de nuevo. La presentación de este último sería coherente con los últimos gestos de Rajoy hacia el sector más conservador del PP y le quitaría presión interna en caso de no ganar. Con Cañete al frente de la lista la derrota sería suya y los críticos del PP se desmarcarían, mientras que con Mayor sería compartida. Queda también por saber si los dos grandes partidos van a lograr movilizar finalmente a los electores que les han dado la espalda.
La reforma del aborto da al PSOE una bandera para diferenciarse del PP
En el caso del PP el malestar con su gestión se demuestra en una tendencia a la abstención de muchos de ellos, que apunta a una participación global del 46%, similar a la de 2009. Las europeas sirven para castigar a los gobiernos, sin efectos prácticos inmediatos, y casi siempre en forma de indiferencia ante las urnas.
Los socialistas han visto reforzada su posición con la inopinada decisión de Rajoy de situar en la agenda política la reforma del aborto.
Al PSOE le ha caído en las manos, para sacarle de la zozobra, una bandera política que refuerza sus diferencias con el PP para movilizar a su electorado. Y a los populares les ha distorsionado su mensaje de la recuperación.
Imposible determinar si es consecuencia de esa reforma legal, pero ha coincidido en el tiempo con una caída de 2,5 puntos en su estimación de voto. La polémica seguirá presente en el momento de votar porque la ley no saldrá del Parlamento antes de final de este año.

MÁS I

Rajoy se juega la tranquilidad para el resto de la legislatura, que él había concebido como la etapa del final de los recortes, la recolección de buenos datos económicos y el beneficio del anuncio para 2015 de la reducción de impuestos. Todo ello con la mirada puesta en las autonómicas y municipales de 2015, de ahí el nerviosismo que han mostrado barones regionales del PP, ante el nivel del deterioro.
El presidente del Gobierno carga ahora con un Gobierno desgastado, como consecuencia de su estrategia de utilizar a sus ministros como parapeto y dejarles que asuman el coste de sus decisiones más polémicas.
Para Rubalcaba, las europeas son las primarias de las primarias. Una victoria sería el milagro que espera cada día para poder optar a mantenerse al frente del partido y afectaría a las perspectivas y estrategias de los posibles aspirantes.
Obviamente, también es imposible predecir los acontecimientos futuros de aquí a mayo y, especialmente, si para entonces los ciudadanos percibirán ya signos de la recuperación económica que el Gobierno pregona cada día.
El PSOE perdería 10 puntos respecto a 2009, y el PP bajaría 16
Otra salvedad es que tampoco se han despejado las incógnitas sobre otras posibles candidaturas nuevas, por ejemplo, Equo, el nuevo partido Vox de Santiago Abascal o la plataforma Podemos de Pablo Iglesias, entre otras. Las europeas sirven tradicionalmente para que surjan nuevas opciones, entre otras cosas porque la circunscripción única les favorece en el reparto de escaños.
Por ejemplo, el sondeo incluye la estimación de que si Ciutadans de Albert Rivera se presentara podría dar la sorpresa con hasta el 2% de los votos y un escaño.
Los favorecidos de la caída del bipartidismo siguen siendo IU y UPyD. La federación de izquierdas multiplicaría por cuatro su porcentaje de voto de 2009, hasta llegar al 14,5% y nueve diputados. UPyD triplicaría sus votos de entonces y pasaría de un eurodiputado a cinco.
La abstención global quedaría en un 54%, similar a la de los comicios anteriores
La encuesta muestra un aumento del euroescepticismo en España. Como si los ciudadanos hubieran identificado claramente que las medidas de recorte vienen de Europa. La paradoja es que, precisamente, en estas elecciones se decide un Parlamento en el que se elegirá al presidente de la Comisión y, por tanto, el resultado tendría más efectos para la UE.
Desde 2009, el porcentaje de españoles que se sienten ciudadanos europeos ha caído en 12 puntos; ha bajado 15 puntos el de los aseguran que ha sido positiva para España la permanencia a la UE y se ha multiplicado por tres los que piensan que el sentimiento europeísta en nuestro país ha bajado.
No obstante, los porcentajes siguen estando entre los más altos de Europa, como ha sido siempre desde que se produjo la integración y se vio en Bruselas el camino de la modernidad. Ahora, la crisis ha hecho que se vea desde allí el origen de los sacrificios y los recortes.

Objetivo: salvar a la CHORI-Infanta

La maquinaria del Estado se ha puesto en acción para evitar que, por primera vez en la historia, un miembro de la familia real española se siente en el banquillo de los acusados. La estrategia es discreta pero implacable, no está impresa en documento alguno, afecta a los ministerios de Interior, Justicia y Hacienda, además de la Fiscalía del Estado, y cuenta con el respaldo del principal partido de la oposición. Ha existido una coordinación que ha permitido eliminar obstáculos y respaldar la actuación de un hombre, la llave de la operación, el fiscal Pedro Horrach, personalmente convencido de que no hay pruebas contra la Infanta. El objetivo final era no recusar la decisión del juez José Castro y aceptar que una declaración de la Infanta en sede judicial “colmaba las aspiraciones de la sociedad española”.
Aceptar que la segunda imputación no debía ser recurrida ha sido la hipótesis de trabajo que ha terminado por imponerse. Para ello había que superar la propia resistencia de la Infanta y las dudas del abogado Miguel Roca, en quien la Casa del Rey había depositado la dirección de la defensa jurídica en abril de 2013. Defender a Cristina de Borbón eficazmente significaba aislar sus intereses de los de su marido, Iñaki Urdangarin, y aceptar que ella fue utilizada como una pantalla para ocultar los beneficios obtenidos por Urdangarin y su socio Diego Torres. La estrategia dejaba a un lado a la mujer de Torres, Ana María Tejeiro, cuya imputación, mantenida contra toda lógica por la defensa de Urdangarin, resultó ser el detonante de una guerra de correos que terminó encaminando al juez hacia la Infanta.
La infanta Cristina llega a la sede de La Caixa en Barcelona en abril del año pasado. / G. NACARINO (CORDON PRESS)
El despacho de Roca Junyent & Abogados había cerrado un acuerdo, dos meses antes de recibir el encargo oficial de la defensa de Cristina de Borbón, con el bufete Molins & Silva, un pequeño despacho con 14 abogados penalistas, especializado en aportar una defensa a medida del cliente: denominado en el argot como “boutique”, este tipo de despachos cuentan con pocos clientes y ofrecen un servicio integral, evitan los litigios y saben moverse en las gestiones extrajudiciales, según opiniones recogidas en el sector. La primera parte de la defensa de Cristina de Borbón se saldó con un relativo éxito: la imputación fue revocada por la Audiencia de Palma, pero esta orientó al juez Castro a investigar si la Infanta había cometido delito fiscal. La investigación ha durado ocho meses.
Durante ese tiempo, el caso Urdangarinse convirtió en el caso Cristina de Borbón. Algunos hechos fueron sucediendo por el camino. Sin mediar una explicación convincente, Mari Ángeles Berrocal, la abogada que representaba los intereses del Gobierno balear, personado en el caso como afectado, funcionaria, con experiencia en casos de corrupción y eficaz colaboradora tanto del fiscal como del juez, fue relevada por otra jurista, Antonia Perello, de conocida militancia en el PP. La causa oficial fue así de indescriptible: “Una redistribución de funciones para optimizar recursos”. El hecho se produjo en julio de 2013.
Dos meses antes, Beatriz Viana, directora de la Agencia Tributaria, no atendió la petición expresa del juez Castro de mantener en auxilio judicial a un funcionario de Vigilancia Aduanera que había colaborado estrechamente en las investigaciones del caso Palma Arena y en la parte que derivó en la pieza separada número 25, que era el caso Urdangarin. Hacienda nombró a dos inspectores de su delegación de Barcelona en calidad de peritos, dos profesionales experimentados, de sólida formación, pero que no han llegado a contar con la confianza absoluta del juez por diversas razones. En el mes de julio, Beatriz Viana dimite por el escándalo de las 13 fincas atribuidas erróneamente a la Infanta. En su lugar era nombrado director Santiago Menéndez, hermano de Adolfo Menéndez, secretario general de la Fundación Príncipe de Asturias.
Los peritos han realizado hasta diez informes sobre las sociedades del entramado creado por Urdangarin y Torres y se han mantenido firmes en su tesis de que “eran sociedades pantalla que no tenían verdadera entidad societaria, por lo que las rentas derivadas de las actividades supuestamente delictivas debían de imputarse a las personas físicas que se ocultaban tras ellas y no a las personas jurídicas que utilizaban como pantalla”, reza un documento interno. Una de esas pantallas era Aizoon, una patrimonial formada al 50% por Urdangarin y su mujer. Si Cristina estaba puesta como pantalla [“Les advertí que era peligroso ponerla en una sociedad expuesta a muchas cosas”, dijo ante el juez el notario Carlos Masiá, a quien le respondieron que era “un escudo ante Hacienda”] era para ocultar a los verdaderos defraudadores, Urdangarin y Torres. Esa es la tesis de los peritos y donde discrepa el juez. Este es el punto fundamental de la imputación de la Infanta, que se sitúa en el ejercicio de 2007, que por un año no está prescrito. El propio juez Castro escribe que “no parece probable” y que es “escasamente probable” que la cuota defraudada por la infanta Cristina supere los 120.000 euros, la frontera que determina la existencia de un delito. Hacienda había hecho su trabajo.
El fiscal Horrach viaja con alguna frecuencia a Madrid. También lo hace a Barcelona. A diferencia de otras ocasiones, ahora se le escucha. Tiempo atrás estaba convencido de que un acuerdo con Torres y Urdangarin era posible. El caso habría quedado zanjado y nada habría salpicado a la Infanta. Zarzuela no quería pactos, y eso que las relaciones entre el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, e Iñaki Urdangarin se torcieron varios años atrás. Horrach se reúne con Antonio Salinas, su superior en la Fiscalía Anticorrupción. Informa a Eduardo Torres-Dulce, fiscal general, que sostiene la inocencia de la Infanta en cada acto al que acude. A nadie se le escapa que Spottorno está informado.
La estrategia tuvo su desenlace una vez hecho público el auto de 227 páginas del juez Castro imputando a Cristina de Borbón. Aunque estaba preparada la redacción del recurso, Spottorno se encargó de superar las últimas resistencias. La versión oficial señala una reunión Roca-Infanta en Barcelona, visitas de Roca a Zarzuela, asunción por parte del Rey de que lo correcto es no recurrir y petición del Rey a la Infanta de que acepte la decisión Horrach.
En el entreacto se producen algunas salidas de tono. Roca deja traslucir su opinión favorable al recurso mientras su socio Jesús María Silva se deja llevar por los focos y suelta que la Infanta actuó por amor y de que “amor, matrimonio y desconfianza son incompatibles”, que no sientan muy bien en la Casa del Rey, muy preocupada por el factor mediático. Silva ya había deslizado en alguna entrevista su teoría sobre la “condena de telediario” y una frase poco acertada al calificar al juez Castro como “un magistrado que ejerce el poder judicial en nombre del Rey”.
El fiscal, que había refrendado en sus escritos al juez su teoría de que “no se puede castigar a nadie por ser quien es”, culminaba la estrategia con la petición de una citación a los peritos de Hacienda y a siete empresas. La intención de esta citación, celebrada ayer, era fijar los términos del interrogatorio a la Infanta y llevar al juez a un callejón sin salida. Ese sería el episodio final no escrito de una estrategia de Estado, que le llevó a Rajoy a decir en una entrevista por televisión: “Estoy absolutamente convencido de que a la Infanta le irá bien”.