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viernes, 16 de mayo de 2014

Sudán condena a una mujer a la horca por convertirse al cristianismo

Meriam Yehya Ibrahim deberá pagar con su vida haber roto un compromiso que nunca firmó. Un tribunal sudanésha condenado a muerte a esta mujer cristiana de 27 años por renunciar a la fe musulmana que estaba obligada a abrazar de nacimiento. Ibrahim permanece detenida con su hijo de año y medio y está embarazada de ocho meses, informa la ONG Amnistía Internacional. “Le hemos dado tres días para que se retractara, pero como usted insiste en no volver al islam la condeno a morir en la horca”, ha concluido el juez Al-Khalifa ante la mirada impasible de la acusada en un tribunal de Jartum, la capital de Sudán, informa la agencia de noticias AFP. Este país africano cuenta con una amplia mayoría musulmana, fundamentalmente afincada en el norte, y una minoría cristiana que tradicionalmente ha vivido en el sur.
Ibrahim fue criada como cristiana ortodoxa, la religión de su madre. Su padre, musulmán, no estuvo presente durante su infancia. Las autoridades le consideran musulmana por su origen paterno, pero ella se define como cristiana, por lo que su matrimonio con un hombre cristiano no supone una renuncia al islam, pues nunca se habría abrazado a él. Aunque Sudán introdujo la sharía —ley islámica— en 1983, la suya es la primera condena a muerte por este motivo en el país, informa la agencia Reuters. Aunque las embajadas de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Holanda pidieron al Gobierno que respetara “la libertad religiosa, incluido el derecho a que una persona cambie sus creencias”, al tribunal no le tembló el pulso cuando la mujer ratificó por última vez su fe ante un tribunal que se dirigía a ella por su supuesto nombre islámico. “No soy apóstata, soy cristiana”.
Amnistía Internacional cuenta que Ibrahim fue arrestada en agosto de 2013. Un familiar le había acusado de haberse casado con un hombre cristiano —Sudán considera adulterio que un musulmán contraiga matrimonio con una persona de otra religión—. El tribunal también le imputó por apostatar al islam después de declararse cristiana el pasado febrero y las autoridades sudanesas han considerado inválido su matrimonio. “Esto no ocurre solo en Sudán. En Arabia Saudí, como en todos los países islámicos, no está permitido que un musulmán cambie su religión”, ha declarado el ministro sudanés de Información, Ahmed Bilal Osman. La mujer ha sido condenada a recibir 100 latigazos antes de ser ejecutada.
En las últimas semanas, varios grupos de estudiantes universitarios han dirigido una serie de protestas junto a la Universidad de Jartum pidiendo el fin de los abusos contra derechos humanos en el país. Cerca de 50 personas esperaban esta mañana a la entrada del juzgado con pancartas en defensa de la libertad religiosa. “Los detalles del caso sacan a la luz la descarada interferencia del régimen en la vida privada de los ciudadanos”, critica el movimiento juvenil Sudan Change Now. Mientras, varios islamistas celebraban el veredicto: “Alá es el más grande”.
Amnistía Internacional denuncia que dos sudanesas de 23 años fueron condenadas a morir lapidadas por adulterio en 2013. Ambas confesarontras sufrir coacciones y fueron liberadas. Ibrahim, víctima de un pecadocon el que vino al mundo, aún suspira para que un halo de justicia ilumine un futuro cubierto de prejuicios.

Las protestas contra el Mundial de Brasil se extienden por todo el país

La amenaza de la llegada de nuevas protestas en las vísperas delMundial se confirmó este jueves. Aunque los actos no son comparables a las manifestaciones de junio de 2013, que revolucionaron las principales ciudades del país, los movimientos sociales y algunas categorías profesionales han aprovechado el momento de indignación contra el campeonato y la atención del mundo hacia Brasil para gritar sus reivindicaciones.
La cantidad de protestas dejó clara la intención de rescatar el espíritu del año pasado. Cerca de 50 ciudades brasileñas convocaron manifestaciones anti-Mundial. En algunas capitales ganaron cuerpo con la adhesión de diversas categorías profesionales que están en huelga para reivindicar aumentos salariales. Además, partidos políticos de izquierda, como el Partido Socialismo y Libertad (PSOL) y el Partido Socialista de los Trabajadores Unificado (PSTU), nutrieron el coro de las marchas.
La capital económica de Brasil, São Paulo, comenzó la jornada de protestas a las cinco y media de la mañana. Las primeras manifestaciones fueron las impulsadas por los integrantes del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST), que exigen más viviendas, y por los metalúrgicos, que querían un aumento de sus salarios. No hubo que lamentar más incidentes que la quema de neumáticos y la interrupción de algunas avenidas.
La tensión se elevó a partir de las siete y media de la tarde (hora local) cuando, tras horas de protestas aisladas en diversos puntos de la ciudad, aumentaron las marchas. Los activistas contrarios a la organización y los gastos del Mundial se aglomeraron en la avenida Paulista, escenario principal de las manifestaciones de junio. Durante esa concentración se registraron choques entre manifestantes y policías. La policía lanzó bombas de humo, mientras algunos manifestantes prendían barricadas hechas con bolsas de basura y destrozaban tiendas y concesionarios de automóviles. Los comercios, que estaban abiertos hasta entonces, comenzaron a cerrar, lo que acabó generando carreras y confusión entre los asistentes. 
En São Paulo y en Río de Janeiro, los profesores protagonizaron paros que reunieron a varios centenares de personas y bloquearon vías importantes de ambas ciudades. En la capital paulista, los docentes aprovecharon un evento anti-Copa para comenzar una marcha en la zona sur de la ciudad. Unas mil personas bloquearon la avenida Paulista, una de las principales vías financieras de la ciudad, donde el tráfico se volvió caótico.
En Río de Janeiro, se unieron varios colectivos profesionales en una marcha de cerca de 3.000 personas. La movilización fue creciendo a lo largo de la tarde. Lo que al principio parecía un pequeño grupo de jóvenes manifestándose contra la celebración del Mundial acabó tomando forma de protesta multitudinaria. A los grupos de estudiantes se sumaron conductores y cobradores de autobuses y profesores de las escuelas públicas en huelga. Todos marcharon al grito de “No va a haber Mundial” ("Não vai ter Copa") y a favor de una mayor inversión en salud, educación y transporte público.
Poco a poco, los manifestantes se dispersaron tras verse cercados por un imponente dispositivo policial. "La represión policial fue enorme y brutal durante las manifestaciones del año pasado. Por eso teníamos miedo de salir a manifestarnos hoy. Pero no somos pocos y veremos como este movimiento crece a lo largo de las próximas semanas y durante el Mundial", decía el presidente del Partido Socialista dos Trabalhadores Unificado (PSTU), Cyro Garcia, informa Francho Barón
En la región metropolitana de Recife, en Pernambuco, en el noreste del país, una huelga de los policías militares culminó con saqueos en tiendas y disturbios en las calles, lo que llevó al cierre de los comercios. Varios saqueadores fueron detenidos por policías y por militares que patrullaron las principales vías de la ciudad.
A 28 días del Mundial, estas no serán las últimas protestas contra el mayor evento futbolístico del mundo. Los servicios de Inteligencia de la Policía ya esperan que las manifestaciones se intensifiquen durante las próximas semanas, principalmente en las 12 ciudades que acogerán el torneo.

Multa millonaria a General Motors por el escándalo de las revisiones

El Departamento de Transporte y la agencia que en EE UU regula la seguridad en carretera sancionan a General Motors con 35 millones de dólares, por la manera en la que gestionó un defecto técnico en el sistema de encendido de varios modelos que provocó una treintena de accidentes y más de una decena de muertes. Es la reprimenda financiera más alta apliacada a un fabricante, pero es en todo caso el máximo con el que se le podía multar.
Anthony Foxx, secretario de Transporte, dejó claro que la seguridad es la prioridad de su departamento. Por eso dice que con esta sanción pretende poner a los fabricantes sobre aviso. “Serán responsables si no comunican y solucionan rápido los defectos”, afirmó. “No hay excusas”, añadió David Friedman, de la NHTSA, “las compañías deben cumplir con sus obligaciones”.
GM tardó más de una década en reaccionar. Los ingenieros detectaron el problema en 2001, tras algunos propietarios avisar de que el coche se le había apagado de golpe. Pero hasta el pasado mes de febrero no se emitió una orden de revisión. Mary Barra, recién estrenada como consejera delegada, inició un examen de los procedimientos internos y se extendieron las revisiones.
Foxx fue contundente. "El silencio mata", advirtió en rueda de prensa, por este motivo aseguró que no habrá tolerancia con los que oculten información que puede poner a riesgo la vida de los conductores. Además, aprovechó el caso de GM para pedir al Congreso de EE UU que eleve el límite con el que puede sancionar este tipo de omisiones, de 35 millones a 300 millones.
El anuncio de la sanción se produjo justo un día después de que GM alertara a los inversores de que va a cargar 200 millones de dólares a los resultados del segundo trimestre, por el coste de las revisiones. Se suman de momento a los 1.300 millones del primer trimestre. Tambiéncomunicó que otros 2,7 millones de vehículos deben pasar por el talle, para solucionar una serie de defectos.
En lo que va de año, GM emitió ya una veintena de llamadas a revisión que afectó a 12,8 millones de vehículos. La investigación interna y de los reguladores sigue adelante, porque hay aún puntos pendientes que aclarar. La compañía cayó un 2% al anunciarse la rueda de prensa. Inversores como Warren Buffett y George Soros vendieron parte de sus acciones en el primer trimestre.
El caso concreto del sistema de arranque afecta a 2,6 millones de coches y provocó 13 muertes por accidente. El margen que tiene en todo caso el Departamento de Transporte para sancionar a una compañía es limitado. La multa es, además, insignificante cuando se compara con los 37.400 millones que registró el fabricante de Detroit en ventas al arrancar el año.
Horas antes de anunciarse el pacto con los reguladores del transporte, GM emitió un comunicado en el que garantizó que para octubre tendrá las piezas de recambio que necesita para reparar la mayoría de los vehículos afectados, de los modelos Saturn Ion y Sky, Chevrolet Cobalt y HHR y Pontiac G5 y Solstice. El sistema en cuestión lo fabrica Delphi. Esos coches ya no se venden.
A la investigación interna de GM, que debería concluir en dos semanas, y del Departamento de Transporte hay que sumar las del Congreso de EE UU, el Departamento de Justicia y la del regulador bursátil. También hay fiscales de varios Estados realizando su propio examen. La compañía encargó en paralelo a Kenneth Feinberg que determine cómo compensar a las víctimas.