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domingo, 22 de junio de 2014

LA GRANJA DEL DR FRANKENSTEIN


IMPRESIONANTE DOCUMENTAL

¿Por qué es bueno tomar aceite de oliva?

Como seres vivos, tenemos que comer. La comida es la forma que tenemos los animales de obtener la energía que necesitamos para vivir, mientras que las plantas la obtienen directamente del sol, convirtiendo la energía radiante en enlaces químicos que nosotros, los animales, destruimos para sacar esa energía solar almacenada en ellos.
Los seres humanos somos como bombillas de 100 watios: Consumimos, de media, unos 2.4 kwh cada día, 2066 kilocalorías. Hay quien consume más, hay quien menos, pero 2000 kcal es lo normal.
Y ¿en qué las gastamos? Veamos. Subir el Everest exige a una persona de 70 kilos (solo como subida, sin la pérdida de energía por las bajas temperaturas) 1.7 kwh, un 70% de lo que ingerimos diariamente.  Correr una maratón consume más o menos lo mismo: el 70% de nuestra ingesta de energía.  Estas cifras nos dicen que hacer deporte cambia la forma de nuestro cuerpo, tensando los músculos, haciendo bultos en sitios distintos de donde están cuando no lo hacemos, pero de hecho no sirve para adelgazar.
El gasto energético para el cual debemos ingerir diariamente esas 2000 kcal es esencialmente el funcionamiento químico del cuerpo: Los trasvases de cargas eléctricas (iones de sodio y potasio) a través de las vainas de los nervios y de las neuronas en el cerebro, y la síntesis constante de células para reemplazar a las que también constantemente mueren.  
La energía que podemos ingerir adopta tres formas: Azúcares, proteínas y grasas.  Los azúcares son la gasolina del motor corporal. Se ingieren y se gastan sin acumularse como tales. Las proteínas son los elementos estructurales: Constantemente se están cayendo los tornillos y las chapitas de metal del coche y hay que reponerlas. En el cuerpo, esa reposición exige la ingesta de proteínas vegetales y animales.
A lo largo de cerca de un millón de años, la vida de nuestros antepasados fué una vida de escasez. No éramos grandes, no teníamos colmillos ni garras, y habíamos dejado las selvas arbóreas para tratar de sobrevivir en las sabanas, como los papiones y los mandriles. La vida en la sabana es azarosa. Se puede comer, pero se come sólo de vez en cuando. Las grasas, cadenas químicas largas y de difícil rotura, son el último almacén para la supervivencia. Sólo utilizamos las grasas almacenadas en el cuerpo como ultimísimo recurso: El hígado solo empieza a producir las enzimas que las degradan y las convierten en fuente de energía una vez pasados unos cuantos días de hambre de verdad. La historia de los seres humanos, cómo las de los osos que tienen que vivir meses sin comer, es el placer de ingerir grasas.
Y ¿qué tipos de grasa comemos? ¿Son todas buenas, malas, neutras, para la supervivencia y la salud?  Como casi todo en este mundo, si se hace con moderación, casi nada es malo. Ahora bien, la ingesta continua de grasas animales (del cerdo, de la carne y leche de los bóvidos) en cantidades considerables termina por crear un depósito de la misma de difícil digestión, de nula digestión mientras el cuerpo tenga energía suficiente proveniente de los alimentos con sacarosas o glucosas. El peso y la falta de riego sanguíneo a ciertas zonas por acumulación de tejidos es siempre malo, puesto que somos máquinas móviles y no estamos diseñados para prosperar de manera estática como los vegetales.
Ahora, la calificación taxativa de si una sustancia es buena o mala para la salud es enormemente difícil por dos motivos. Uno de ellos es que muchos de los estudios que se han hecho en los últimos 100 años adolecían de faltas graves de metodología: Defectos en el tratamiento estadístico de los datos y defectos mentales en pensar que la naturaleza es determinista y lineal.  El segundo es que no hay nada que por sí sólo sea malo o bueno, siempre debemos considerarlo en relación con todo lo demás. No hay ninguna sustancia que sea radicalmente dañina: Hasta ciertos venenos, tomados en cantidades pequeñas, pueden curar algunas enfermedades.
La biología, como el resto de la naturaleza, es un juego larguísimo en el tiempo en el que casi todo esta relacionado con todo lo demás en ciclos de realimentaciones positivas y negativas. Ingerir una sustancia es bueno si además se ingieren o dejan de ingerir otras y se realizan actividades físicas diversas.
Las poblaciones más longevas, en buena estadística, son las que llevan una vida armónica. Se suele decir que las gentes de Cerdeña, de la Iberia caucásica, y de España somos razonablemente longevos. Pero también lo son los japoneses, que no siguen nuestro esquema de vida.   
Si nos atenemos al nuestro, al Mediterráneo (extendiendo la definición hasta el Cáucaso) nuestra cultura es, en general, moderada. Comemos de todo, vivimos bastante tiempo al aire libre, y recibimos sol en abundancia. El aire ahora no es tan limpio como hace años, pero no llega a las contaminaciones de Los Ángeles, por ejemplo.
Uno de los elementos de la posible salud de una población, la mediterránea,  que es una de las mayores mezclas genéticas del globo, es el aceite de oliva, como fuente de grasa alimenticia. (Por cierto, la dieta mediterránea a que me refiero es la de hoy, hace digamos 200 años no era muy sana, que digamos, y los españoles, por ejemplo, éramos pequeñajos y no muy fuertes, nos faltaban, en general, las proteínas animales, en particular, la leche).  El aceite de oliva se empleó desde hace unos 3.000 años para muy diversos usos: Culinarios, de iluminación y para fabricar jabón. Pero era y es caro, en comparación con otros productos de baja calidad.
El aceite de oliva de alta calidad es el virgen extra, que se produce sencillamente mediante el prensado de las aceitunas sin más tratamiento. Este aceite virgen extra (la semana pasada tuve ocasión de degustar algunos distintos y en particular uno denominado ALBA, de Jaen como casi todos los otros, me encantó) tiene bastantes ventajas como fuente de las grasas que necesitamos para nuestra dieta. Sus beneficios como grasa insaturada frente a las saturadas parece, en los últimos estudios, no demasiado determinante, pero sin embargo sus propiedades antioxidantes sí lo son. El aceite de oliva contiene en dosis altas polifenoles, que eliminan el exceso de oxidantes (oxígeno atómico, peróxido de nitrito y peróxido de hidrógeno, por ejemplo) que queman las células.
El aceite de oliva virgen extra, tomado con moderación (menos de 30 gramos diarios, que equivalen a 270 kcal) es una de las sustancias mejores, en su interacción con otras, que podemos ingerir. El resto de las grasas, sobre todo animales, carecen de muchas de las sustancias que hacen bueno al aceite virgen, aunque no sean tan dañinas para la salud como se pensaba hace, digamos 10 años. Un buen jamón de cerdo criado en libertad comiendo bellotas, leche de vaca o de oveja criada también comiendo hierba, la grasa de los peces que han crecido en libertad, si no tantas ventajas como el aceite de oliva, al menos dañinos no son, y en pequeñas dosis son beneficiosos.
Lo que es del todo rechazable, hasta el punto de que muchos gobiernos mundiales ya lo están prohibiendo, es la adulteración de lo natural mediante la química brutal. La margarina, y las grasas trans, productos estrictamente artificiales creados mediante hidrogenación de otras substancias, las grasas de cerdos, vacas y pollos criados con piensos que no se sabe qué contienen, los pescados de piscifactorías alimentados también con desechos tratados químicamente, deben rechazarse en el mercado y finalmente ser prohibidos por las autoridades.
A veces me escriben lectores sugiriendo que mis opiniones son demagógicas, en el sentido de que no se pueden realizar. No es así. Se dan los argumentos de que los productos artificiales son lo suficientemente ''baratos'' para que alimentos que antes no llegaban a muchas personas sí lo hagan ahora. Eso es mentira, y la afirmación no es demagógica. La carestía o el hecho de que sea barato un producto depende únicamente de la cantidad de investigación que a él se dedique. Si esa investigación se hace bien, el precio que por ella se paga es razonable y se recupera en pocos años. Testigo, la revolución agrícola actual en África.  Ahora bien, si lo que se quiere es conseguir montañas de millones de dólares con destino a un número muy reducido de inversores que no los vuelven a invertir, sino que entran en el esquema de acumulación (las grandes empresas farmacéuticas, por ejemplo), para conseguir eso se alimenta a los cerdos con porquería y se venden grasas químicas como productos deseables: El cociente entre ganancia e inversión se hace obsceno.
El desarrollo de los olivares en España muestra que todos podemos tomar aceite de oliva a precios razonables. La alimentación puede ser tan correcta como la dieta mediterránea, que debe incluir siempre el aceite de oliva virgen, y siendo así, ser barata. Es una cuestión, como en casi todo lo que atañe a la economía, de hacer el análisis correcto, de cambiar la primera frase de los libros de texto: "Decidir entre recursos escasos frente a deseos infinitos", a estudiar cómo se reparte la riqueza impidiendo la acumulación improductiva (los sueldos de Wall Street, por ejemplo) de la misma.
Recuerden: Todos los días, un par de cucharadas de aceite de oliva virgen extra, y se mantendrán más sanos que si no lo hacen.

Los vuelos revolucionarios del TF-X

La conversación con Carl Dietrich para INNOVADORES, tras ser el primer medio que entra en el hangar del coche volador, continúa en su despacho de la dirección de Terrafugia en Woburn, una ciudad a unos 15 kilómetros, justo al Norte de Boston, en el estado de Massachusetts.
Le hablo a Carl el emprendedor, ése que ha decidido hacer algo diferente. «Imagina», le digo, «que soy el famoso inversor Marc Andressen que acabo de llegar de Silicon Valley y dice: Carl, me han hablado muy bien de ti y de tu empresa. Cuéntame tu proyecto Terrafugia. Como tengo poco tiempo, hagamos una conversación de ascensor, un 'elevator pitch', Cuéntame en dos minutos tu proyecto Terrafugia», le digo.
Carl contesta al instante, sin dudarlo: «Terrafugia está convirtiendo el coche volador, que era un sueño de la ciencia-ficción, en una realidad práctica, de una forma que va a revolucionar el transporte personal a lo largo de la siguiente generación. Tenemos un plan estratégico que empieza por un producto que podemos traer al mercado hoy mismo. Un coche volador para pilotos: el Terrafugia Transition y luego, además, añadimos un grado importante de autonomía en la empresa que permitirá que próximamente pongamos en el mercado un coche volador que cualquiera puede manejar de manera segura después de tan sólo cinco horas de formación. Pueden volarlo a más de 200 millas por hora e ir a cualquier lugar que deseen en un radio de 500 millas en menos de dos hora y media. Podemos hacer eso hoy, con la tecnología de hoy y la infraestructura de hoy. Terrafugia dispone de la propiedad intelectual que se necesita para ello y nuestro equipo ha estado trabajando con la FAA y la Administración Nacional de Seguridad en las Carreteras (NHTSA) y todas la autoridades regulatorias de EEUU que influyen en al creación de un coche volador. Hemos estado hablando con ellos desde 2006, así que sabemos cómo hacer que esto funcione. Ahora solo es cuestión de quién va a estar involucrado, quién va a invertir y ser la persona que va a hacer que esto ocurra».
Invito a Carl Dietrich a hablar de una de las claves de su proyecto: la innovación. ¿Qué tipo de innovación aplica en la empresa con su nuevo coche-volador TF-X: la disruptiva o la incremental?
El coche volador de Dietrich es un ordenador: no lo pilotas, interactúas con él y te lleva al destino que eliges
«La idea que tenemos ahora para la nueva generación, el TF-X, es sobre todo disruptiva. Es un producto con potencial para ser disruptivo en el mercado del automóvil, pero no lo voy a negar, hoy en día es una inversión con un riesgo alto. Para entender cómo mitigamos ese riesgo, hay que mirar la historia del transporte. En ella, los cambios importantes no suceden cada par de años, sino a lo largo de una generación. Eso es porque los cambios de comportamiento y en la percepción de la gente de lo que es seguro y lo que no lo es, son más lentos. Lo disruptivo es más fácil, por ejemplo en el software que en el transporte, un mundo en el que todos están preocupados constantemente por la seguridad. Por eso nosotros hacemos una combinación: en Terrafugia necesitamos una visión atrevida y disruptiva combinada con un plan estratégico incremental para poder mantener esa visión tan atrevida».
«Eso es el Transition», explica, «se llama así, no sólo porque es un vehículo de transición entre coche y avión, sino también porque es un producto 'transicional' que además de conducirse se puede volar. El plan incremental es lo que nos permite dar el paso al futuro con el TF-X pero, al tiempo, comprobar el modelo de negocio y el mercado vendiendo desde ya el Transition en un mercado muy conocido y cuantificable. Esto es lo que elimina en gran parte el alto riesgo de la innovación disruptiva».
«Tenemos un enfoque híbrido, sin sorpresas», explica Dietrich, «un camino incremental estratégico para conseguir mantener la visión disruptiva del TF-X, un vehículo híbrido con potencial de uso general que podrías operar sin tener que convertirte en piloto. Es un vehículo que puede despegar verticalmente, con dos motores híbridos eléctricos que pueden levantarlo y acelerarlo hasta la velocidad de vuelo de crucero. Una vez en velocidad de vuelo, se usa un motor de combustión de hidrocarburos que hace girar una hélice Ducted Fan (dentro de un conducto cilíndrico) con lo que se consigue un gran alcance. Después se invierte el proceso para realizar un aterrizaje vertical. Una cosa muy revolucionaria del TF-X es que va a ser un vehículo controlado por ordenador. Eso significa que tú no tendrías que se un piloto tradicional para poder operar, de forma segura, el vehículo. Tendrás que interactuar con el vehículo, decirle donde quieres ir, luego planificará la ruta ya que está conectado a una poderosa Red de datos que comprueba el tiempo, otro trafico aéreo; también, si hay alguna restricción temporal de vuelo que te impide pasar por ciertos espacios aéreos, etc. Comprueba todo eso en la red de datos, planifica el vuelo y luego es capaz de ejecutar el vuelo completamente hasta donde tu quieras llegar. Pero, de toda maneras, tú tienes poder de decisión final de, si es seguro o no, despegar o aterrizar en un sitio específico, porque son las personas y no los ordenadores quienes toman mejor las decisiones de alto nivel de este tipo. Nosotros llamamos al TF-X 'vehículo con alto grado de dirección asistida humana, con autonomía local'. El vehículo puede hacer el despegue o el aterrizar el solo, pero tú eres el que ha de tomar la decisión. No eres un pasajero, eres un operador. Tampoco eres un piloto. Eres un tipo diferente de operador».
Carl Dietrich en la sede de la empresa con las maquetas de sus modelos...
Carl Dietrich en la sede de la empresa con las maquetas de sus modelos de coche volador: el TF-X y el Transition. 
Es realmente impresionante lo que todo esto implica de cara al próximo futuro. «Sí, Terrafugia esta altamente involucrada en los nuevos estándares internacionales de vuelo para vehículos como el TF-X. Estamos participando en las nuevas directivas con reguladores de EEUU, Europa, China y Brasil, etc., para crear un nuevo conjunto de estándares de certificación que permitirá a los vehículos electrónicos aéreos, que tengan un alto grado de esta 'directiva humana con autonomía local' volar lo que llamamos un sistema de vuelo 'por cable', que es un tipo de tecnología que solo existe hoy en vehículos militares. Nosotros queremos traer todo esto a los vehículos personales para que todos nos podamos beneficiar de esta potente tecnología».
Terrafugia surgió dentro del ecosistema del MIT. Desde el principio Dietrich quería formar una empresa y estando cerca de Sloan, la Escuela de Negocios del MIT, en la que tanto profesores como alumnos que son gente muy asertiva para los negocios y suelen abordar a todo tipo de emprendedores que emergen allí, le pregunto si le aconsejaron que se formara con ellos en negocios.
«Hablé con ellos», explica, «me dijeron que debía tener gente 'especializada' o con experiencia en 'negocios' en el equipo. No me reclutaron a mí para que hiciese estudios de Economía o Negocios en Sloan, sino que me dijeron que buscara algún colaborador de los que ellos forman para incluirlo en el equipo. Así que, al principio de todo, encontré dentro de la Escuela de Negocios Sloan algunos candidatos que ya eran pilotos y que entendían las necesidades del mercado de una forma muy personal. Formamos un equipo fundador con tres ingenieros y dos estudiantes de Sloan que fueron los cinco cofundadores iniciales de Terrafugia».
"La mayoría de los ingenieros ortodoxos trabajan en Boeing o Lockheed Corporation, o en la NASA, y están dispuestos a aceptar cambios en el programa o a que les quiten la moqueta bajos sus pies"
El trabajo de la empresa no es precisamente sencillo, necesita soluciones de física, matemáticas, materiales, mecánica, aerodinámica, estética... y, ahora además, energía y ahorro de combustible. «Cuando era un joven estudiante tuve una estancia en una organización aeroespacial muy grande», afirma, «yo era una porción muy pequeña de un equipo muy grande, pero estaba muy emocionado porque entendía que aquel programa podría significar mucho, era algo muy relevante. Después de un mes, el programa fue cancelado y como ingeniero joven que era, no entendía por qué seguíamos trabajando en aquello. La respuesta que me dieron es que todavía habían fondos del presupuesto asignado. A mí aquello me parecía lo más ridículo del mundo, estúpido. Desde ese momento decidí que no quería trabajar ya en grandes contratos del Gobierno donde cada cuatro años podía cambiar la Administración y por ello, ocurrir que las cosas no lleguen a cuajar ni convertirse en realidad, en algo que podría tener un impacto en el resto del mundo».
Dietrich confiesa que «una gran parte de la industria aeroespacial gubernamental no funciona en ese sentido. Solo hay un gran cliente, el Gobierno y puede cambiar su opinión cada cuatro años. Eso no me llama mucho. Yo quería crear una empresa que hiciese un producto, que crease valor para mucha gente, y venderlo directamente a la gente que tuviera un problema, para ayudarles a que llegasen adónde ellos quería llegar. No soy un ingeniero tradicional. La mayoría de los ortodoxos trabajan en Boeing o Lockheed Corporation, o en la NASA y ellos sí están dispuestos a aceptar cambios de programa e incluso a que les quiten, de repente, la moqueta bajo sus pies con frecuencia. Decidí que no estaba dispuesto a aceptar eso».
«Por eso asumí un riesgo más grande, para crear una empresa que tuviera muchos clientes. He decidido hacer algo muy diferente. Hay gente que bromea o hace burlas a menudo sobre lo que hago. Tienes que estar dispuesto a reírte de eso y, a la vez, saber y creer que lo que estas haciendo tiene un potencial muy grande», continúa el fundador de Terrafugia.

El tráfico de marfil se cobró 20.000 elefantes en África en 2013

El pasado 20 de mayo, la Policía senegalesa detenía a Eloi Sokoto Siakou y Modou Sarr en el mercado de Soumbedioune (Dakar). Entre ambos llevaban 380 pulseras de marfil, un total de seis kilos y medio, que tras su venta les podían haber reportado unos 7.600 euros. Ahora están en prisión.
Más o menos por esas fechas, pero en Kenia, en el otro extremo de África, un enorme elefante de 45 años que vivía en el parque nacional Tsavo y al que los guardias conocían con el nombre de Satao era abatido por cazadores furtivos que usaron flechas envenenadas para matarlo. Su cuerpo apareció el 30 de mayo salvajemente mutilado: le habían arrancado sus enormes colmillos. Estas son las dos caras de una misma moneda, el tráfico ilegal de marfil que amenaza seriamente la supervivencia de esta especie (20.000 ejemplares abatidos sólo en 2013), un problema que, sin embargo, los países africanos empiezan a tomarse en serio.
Cadáver mutilado por los traficantes de marfil del efante Satao, encontrado en mayo en Kenia. / WILLYAMS
Satao, un macho adulto con unos colmillos de unos 45 kilos cada uno, era muy conocido por los turistas que visitaban el parque keniano. “Una gran vida perdida para que alguien, en algún lugar lejano, pueda lucir un adorno en la repisa de su chimenea”, según aseguran desde la ONG Tsavo Trust, que lo seguía desde hacía años. La imagen de su triste final ha dado la vuelta al mundo y ha vuelto a poner el foco sobre un problema mucho más grande que el gigante Satao: el tráfico ilegal de marfil, que mueve unos 10.000 millones de dólares cada año. Se calcula que hace un siglo había unos 10 millones de elefantes en África. En la actualidad, quedan tan solo unos 400.000 y en diez años esta cifra podría reducirse en un 20%. La demanda de marfil procede sobre todo del sudeste asiático, de países como China, Tailandia o Vietnam, que transforman este preciado material en objetos decorativos y adornos corporales y luego lo distribuyen en sus mercados internos o lo exportan al resto del mundo.
22 ejemplares fueron masacrados con escopetas desde helicópteros en 2012
Los matan de muchas maneras. Echando cianuro en sus puntos de abastecimiento de agua, con flechas envenenadas o escopetas, e incluso disparándoles desde el aire, como ocurrió en 2012 en la República Democrática del Congo con 22 elefantes masacrados desde helicópteros. En ocasiones ocurre con la connivencia de los propios guardias que debían protegerlos y los protagonistas son cazadores furtivos que proceden de la población local y se ven tentados por grandes sumas de dinero. Además, en ciertos países se trata de un tráfico vinculado a la obtención de fondos para la financiación de grupos armados, como ocurre por ejemplo en Sudán, Etiopía y Uganda. Y normalmente el problema está asociado a la escasez de medios materiales (guardias, vehículos, tecnología) de los propios Gobiernos africanos para hacer frente a esta caza furtiva a gran escala.

MÁS I

Y, aun así, hay lugar para la esperanza. Según el convenio CITES (Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre), la cifra de elefantes abatidos por los furtivos ha descendido ligeramente desde 2011, pasando de 25.000 a 20.000 ejemplares, mientras que el número de decomisos ha aumentado, alcanzándose las 16.000 toneladas en 2013. Ese mismo año, los países africanos decidieron adoptar 14 medidas de urgencia para proteger a los elefantes e incrementar las penas a los cazadores y traficantes. La reunión tuvo lugar en Botsuana, país que meses después de la publicación de la foto del entonces rey Juan Carlos con un elefante abatido en un safari, decidió prohibir esta práctica. Gabón, Zimbabue o Kenia, por citar algunos, están ya imponiendo penas de decenas de miles de euros a quienes son pillados traficando con marfil.
El comandante Abba Sonko es el responsable de la aplicación del convenio CITES en Senegal. “Es una enorme responsabilidad. En este país queda una población muy reducida de elefantes, apenas tres grupos familiares en el parque Niokolo-Kobá, cerca de la frontera con Guinea, pero sabemos que por nuestro puerto entra marfil procedente de otros países. Estamos siendo lo más severos que podemos para proteger a los ejemplares que aún viven en nuestro país, que son importantes para nuestra oferta turística, pero también para mantener el equilibrio ecológico”, asegura. La detención de dos traficantes el pasado mes de mayo es la primera gran acción llevada a cabo por las autoridades de Senegal en colaboración con la ONG francesa proyecto GALF, un ejemplo más de que las cosas empiezan a cambiar.

Xavi Hernández dejará La Roja y el Barcelona tras el Mundial

Xavi Hernández vivió el pasado miércoles la mayor decepción de su carrera deportiva. En Maracaná, La Roja, su Roja, el equipo al que durante seis años el volante catalán le dio estilo y guió conceptualmente desde que Luis Aragonés le dio el mando y la pelota, cayó eliminado del Mundial. Además, no jugó ni un minuto, relegado al banquillo por Del Bosque tras la debacle contra Holanda. Xavi lo encajó mal y aún peor la derrota. Jamas imaginó este final en la selección, un camino que comenzó de niño, empezó a ser de oro en el Mundial sub-20 de Nigeria 99, siguió con la plata en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000 y culminó con dos Eurocopas y el Mundial de Sudáfrica. Hace tiempo que sabe que Brasil es su última estación con España, pero nunca pensó que la hora del adiós fuera tan amarga.
El jueves, desde las instalaciones del Atlético Paranaense en Curitiba, casi de medianoche, mandó un mensaje de whatsapp a un puñado de amigos, exjugadores y periodistas. "Máquina, quiero que sepas que he decidido dejar el club", dicen que decía. Era la confirmación de un adiós esperado que marca un punto de inflexión, un antes y un después en la historia del Barcelona. El paso ha sido doloroso, pero dicen que se siente aliviado. Luis Enrique contaba con él, al menos un año más, de los tres de contrato que le quedan por cumplir. Pero intuye que no tendrá minutos, no al menos los que le deberían permitir sentirse útil y disfrutar y en consecuencia, ha decidido hacer las maletas. De una tacada, rompe con sus dos amores deportivos.
"Máquina, quiero que sepas que dejo el club", comunicó a sus amigos vía whatsapp
Sin Puyol ni Valdés, Xavi entiende que no tiene sentido seguir, que empieza un nuevo ciclo en el Barcelona y es hora de que lo lideren Messi, Iniesta y Busquets. Su historia de amor con el club en el que entró a los 12 años ha terminado después de 784 partidos, siete Ligas, tres Copas de Europa y dos Campeonatos del Mundo de clubes. El Barcelona, como ocurre en la federación española, estudia la manera de rendirle tributo. La grandeza deportiva del tres veces Balón de Bronce, del premio Príncipe de Asturias, lo exige.
"A nosotros no nos ha dicho que deje el Barcelona ni tampoco la selección", dijo Koke, a quien a menudo le han señalado como el nuevo Xavi pero que ha repetido hasta cansarse que "Xavi solo hay uno y no volverá a haber nadie tan grande ni con su velocidad mental en el campo". Ahondó Cazorla en esa idea: "No habrá otro futbolista como él, ha sido parte fundamental de los éxitos de esta selección y gran parte de culpa de lo que hemos conseguido es suya. Hemos tenido la suerte de disfrutarlo mucho tiempo, ojalá podamos seguir disfrutándolo". "Xavi es la bandera de nuestro fútbol en el campo", dijo Del Bosque.
Tiene una extraordinaria oferta del fútbol qatarí, donde jugaría seis meses a cambio de 10 millones de euros y parece dispuesto a aceptarla, aunque el Al-Arabí ha desmentido que ya haya firmado un precontrato. También tiene las puertas abiertas del New York City, donde sería jugador franquicia, como su amigo Villa. Además, podría seguir jugando en Europa porque ofertas no le faltan. La de Qatar, en cualquier caso, por contundente económicamente y menos exigente en lo deportivo, es la más tentadora, pero está por ver que hará. Xavi no ha decidido, lo hará cuando regrese a casa, mucho antes de lo previsto.

Está por ver si Xavi, como le gustaría, podrá despedirse de la camiseta roja, que ha defendido en 134 partidos, con el balón en los pies, sobre el césped. Del Bosque, si no cambian los planes, se plantea dar minutos al carro del pescado, a los futbolistas que no han jugado en lo que va de torneo, o le pasará como en el Barcelona, cuando Martino le sentó en el banquillo en el último partido de Liga, el pasado 17 de mayo, contra el Atlético de Madrid. Jugó 14 minutos. Fue justo ese día cuando empezó a convencerse de que era la hora de decir adiós al Barcelona.Del Bosque justificó la ausencia del catalán contra Chile diciendo que quería "limpiar el centro del campo. El otro día no jugó, pero no tenemos nada contra él, queríamos darle más velocidad y altura. Hicimos unos cálculos y decidimos dejar fuera a Xavi no porque fuera el culpable frente a los holandeses".

Que iba a dejar la selección después del Mundial lo sabe hace meses. Xavi debutó contra Holanda, en Sevilla, en un amistoso el año 2000 con Camacho en el banquillo. Perdió España y Van Gaal era el seleccionador oranje. Curiosamente, contra Holanda, también dirigida por Van Gaal, el hombre que le hizo debutar en el Barcelona, Xavi puede haber jugado su último partido con España.
Nunca imaginó Xavi que la hora del adiós coincidiría con la decepción más grande de su carrera, viendo morir en la derrota a su dos grandes amores deportivos, La Roja y el Barça, con la impotencia de quien no puede dar el último pase.

Nigeria-Bosnia

Bosnia-Herzegovina, la única selección debutante en el Mundial de Brasil, se despidió hoy al cabo de dos partidos en circunstancias crueles pues un gol legal de Edin Dzeko fue anulado por el árbitro Peter O'Leary, que minutos después concedió a Nigeria un tanto gestado a través de una falta evidente.
La derrota por 1-0 dejó sin puntos a los Lirios Dorados, a los que la mala suerte acosó desde su debut en el Mundial pues el defensa Sead Kolasinac marcó en meta propia a los 3 minutos y allanó el camino de la victoria final de Argentina por 2-1 en el Maracaná.
El punta Emmanuel Emenike partió hoy en velocidad por la banda derecha y literalmente se llevó puesto a su custodio con una falta evidente que el árbitro neozelandés Peter O'Leary pasó por alto.
Sin más obstáculos tras pasar por encima de Senad Lulic, Emenike, jugador del Fenerbahce, sirvió el balón al centro del área a Peter Odemwingie, quien con remate seco introdujo el balón en la portería tras filtrarlo entre las piernas de Asmir Begovic.
El gol se produjo nueve minutos después de que el árbitro neozelandés anulara la maniobra que comenzó con una potente arrancada en velocidad de Dzeko y terminó con un latigazo a la puerta sin que nada pudiera hacer Vicent Enyeama.
Tres minutos después, el mismo delantero del Manchester City volvió a dejar en evidencia la lentitud de los zagueros nigerianos pero con el gol concedido, pese a los airados reclamos del banco, los de Safet Susic entraron en un hoyo negro y perdieron el ímpetu.
Los decisivos errores de apreciación de O'Leary ayudaron a las Súper Águilas a completar en sus dos salidas cuatro puntos, que las aproximan a los octavos de final, fase en la que hoy se matriculó Argentina con seis puntos y a falta de una jornada para el cierre del grupo F.
Irán, que sigue con un entero, se jugará la última carta el próximo 25 de junio frente a Bosnia mientras que Nigeria chocará contra Argentina con la obligación de no perder para no comprometer su pase.
El segundo tiempo se jugó sin muchos argumentos tácticos pues Bosnia buscaba un gol para empatar y alargar su agonía hasta la última jornada de la fase de grupos.
Nigeria tuvo innumerables ocasiones para ampliar la ventaja a través de Emenike, toda una pesadilla para los zagueros, pero el guardameta Begovic se encargó de ahogar por lo menos tres oportunidades de gol.