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martes, 1 de julio de 2014

El Tribunal de Estrasburgo avala la prohibición francesa del burka

La ley francesa que a finales de 2010 prohibió el velo integral en los espacios públicos no contraviene los derechos humanos. Así se ha pronunciado esta mañana el Tribunal Europeo de Derechos Humanos con sede en Estrasburgo, en respuesta al proceso abierto a petición de una joven francesa que defiende el uso del burka y del niqab (velos ambos que cubren la cara salvo los ojos) y que considera que el hecho de que las mujeres deban descubrir el rostro a petición de la policía es un atentado a la vida privada y la libertad religiosa.
Francia es, junto a Bélgica, Luxemburgo, Reino Unido, Holanda y, en parte, España, uno de los pocos países que ha legislado en los últimos años contra el velo integral que suele utilizar una parte muy reducida de las creyentes musulmanas. En Francia, donde se estima que hay una población musulmana de más de seis millones de personas, apenas unas 2.000 mujeres lo utilizan. En el primer año íntegro de aplicación de la ley (2013) unas 400 mujeres han sido interpeladas por la policía por utilizar esta prenda que cubre prácticamente todo el rostro y el cuerpo de la mujer.

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El argumento del tribunal europeo es interesante por cuanto estima que es un objetivo legítimo el de Francia de “preservar las condiciones de vida en común” y que, en concordancia, las autoridades deben disfrutar de un “amplio margen de apreciación”. En realidad, la ley, que fue aprobada en su momento por aplastante mayoría en el parlamento francés (tanto en la Asamblea como en el Senado), lo que prohíbe es toda prenda que cubra el rostro en el espacio público, incluida la calle.
Se desconoce la identidad de la mujer, de origen pakistaní, que puso la demanda ante la corte europea. Ella ni siquiera ha comparecido en Estrasburgo. Lo ha hecho a través de sus abogados, británicos, dado que esta iniciativa ha sido favorecida por el entorno familiar de la demandante, que vive en Birmingham, si bien los mismos letrados aseguran que la mujer es una ciudadana francesa de nivel educativo universitario que habla con pasión de la República y se siente “una patriota”.
Su demanda, sin embargo, es contraria al sentir mayoritario francés. La sociedad se ha expresado en el pasado totalmente contraria al velo integral, batalla que inició en su momento el expresidente de la República Nicolas Sarkozy proclamando que “el burka no es bienvenido en Francia”.
España renunció en pleno debate sobre el burka, en 2010, a legislar a nivel nacional sobre el velo integral. Media docena de ayuntamientos catalanes, sin embargo, incluyeron la prohibición en sus ordenanzas municipales, lo que el Tribunal Supremo no estimó pertinente. Para el alto tribunal, prohibir el velo integral limita el derecho a la libertad religiosa, lo que debe ser competencia exclusiva del parlamento, que sí estaría legitimado para dictar una ley en este sentido.
Es la segunda vez en pocos días que Francia obtiene dos victorias importantes en su batalla contra el velo integral. La semana pasada, el Tribunal Supremo galo avaló el despido de una empleada de una guardería infantil pública por utilizar esta prenda. La razón de tal despido fue que el personal está obligado a respetar escrupulosamente la neutralidad religiosa. Se ponía fin, así, a seis años de procedimiento judicial durante los cuales ha habido sentencias contradictorias.