Gran parte de las aguas del Golfo de México afectadas por el vertido de BP  están aparentemente limpias pero los efectos en los ecosistemas  tardarán muchos años en desaparecer. Así lo asegura Xavier Pastor, que  dirige una expedición en la zona para analizar los efectos del petróleo  de BP. El oceanógrafo afirma que el impacto ambiental de los cinco  millones de barriles de petróleo puede "dejarse notar entre los próximos  veinte y cien años".
 Mientras tanto, la compañía británica intenta recomponer su dañada imagen mundial y ha renunciado a perforar en la costa de Groenlandia,  una zona virgen muy rica en recursos energéticos que en breve comenzará  a ser explotada por las empresas petroleras. "No participaremos en la  licitación", dijo un portavoz de la empresa, sin mencionar los motivos  específicos de la retirada en la puja por extraer petróleo en esta zona  ecológicamente sensible.
 Pesca en zona prohibida
 Xavier Pastor, director de la organización Oceana en Europa, ha  explicado que, además del impacto directo del crudo en el hábitat marino  del Golfo de México, las especies sufren la adherencia del petróleo en su piel, la inhalación de compuestos químicos y la obstrucción de las vías respiratorias.
 Las más afectadas han sido los cetáceos, las tortugas y las aves, debido a que se acercan a la superficie marina para poder respirar y alimentarse.
 Pastor, que llegó al Golfo a principios de agosto junto con otros  once científicos de Oceana, visita esta semana la desembocadura del  Mississipi, frente a las costas de Lousiana, donde han visto cientos de  plataformas petroleras y también barcos arrastreros de pesca de gamba en  una zona prohibida para esta actividad.
 El oceanógrafo ha añadido que el vertido ya no se detecta a simple vista humana, excepto en ciertas zonas y marismas del delta del Mississipi.
 En este sentido, ha recordado que un estudio de la Universidad de  Georgia calcula en un 75% el crudo que podría estar en los fondos  marinos.
 Ha destacado, asimismo, que hay una corriente de petróleo submarino de 40 kilómetros de longitud,  que se inicia en el lugar de la catástrofe y que se dirige hacia el  suroeste, a una profundidad de casi un kilómetro bajo la superficie.
 "A esas profundidades, la temperatura es de alrededor de cuatro  grados, lo que hace que el petróleo se degrade a velocidades diez veces  menores que si estuviese en la superficie", ha explicado Pastor.
 Dada la cantidad de petróleo derramado -unos cinco millones de  barriles- y la profundidad de 1.500 metros en la que ocurrió el  accidente, los expertos de Oceana calculan que los efectos del vertido se notarán entre los próximos 20 y 100 años.
 Problemas pulmonares
 "Aunque cada vertido tiene características distintas, un estudio  publicado recientemente ha revelado que los marineros que limpiaron  parte del vertido del 'Prestige' sufrieron cambios genéticos y problemas  pulmonares años después de la catástrofe".
 Además, ha advertido, la presencia de un centenar de plataformas  petroleras en el Golfo de México incrementa notablemente el riesgo de  que vuelva a suceder un derrame.
 "El peligro se extiende a otras zonas del mundo, como Alaska y la  costa este de Estados Unidos, las del Mediterráneo, concretamente las  del mar de Alborán y de la Comunidad Valenciana, donde existen proyecto  de plataformas petrolíferas, igualmente vulnerables a accidentes", ha  afirmado Pastor.
 Los integrantes de la expedición de Oceana han utilizado un robot submarino que puede llegar hasta 300 ó 400 metros y que ha permitido documentar la existencia de plataformas petroleras abandonadas y cubiertas por sedimentos.
 El robot también ha ayudado a que los expertos registren la presencia  de campos de rodolitos de maërl (algas calcáreas de mucho valor  ecológico) en colinas submarinas al oeste del delta del Misisipi, en una  zona de alimentación de tiburones ballena. La próxima semana está  prevista la llegada de un segundo robot, con el que pretenden alcanzar  los mil metros de profundidad.
 BP no perforará en Groenlandia
 Tras el desastre ambiental en el Golfo de México, la petrolera BP  renunció a participar en el concurso para perforar frente a la costa de  Groenlandia
 Cairn Energy, competidor de BP, había informado el martes a sus  inversores del hallazgo de grandes reservas petrolíferas frente a la  costa de Groenlandia.
 Tras las protestas de la organización ecologista Greenpeace,  un día después la compañía de Edimburgo, que ya realizó perforaciones  de prueba a pedido del gobierno danés, matizó que las reservas no son  tan significativas.
 Los ecologistas afirman que las perforaciones en agua  profunda de Cairn Energy al oeste de la isla Disko son demasiado  peligrosas. Si hubiera, como en el Golfo de México, una fuga en  el pozo de extracción, una gruesa capa de hielo impediría en invierno  cualquier posibilidad de contener la marea negra.
 El gobierno danés alertó a Greenpeace que se mantenga alejada de la  zona de seguridad alrededor de la plataforma de Carien Energy.