Ha llovido mucho desde que, en 1998, una famosa palabra con más de 50 millones de referencias en Google revolucionara el mundo médico y científico y lo que es más importante, la calidad de vida de millones de pacientes en todo el mundo. Años después, los dos primeros "hermanos de Viagra" vieron la luz, el Vardenafilo (Levitra) y el Tadalafilo (Viagra).
Lógicamente, a medida que los grupos de medicamentos van aumentando en número, dentro de cada categoría se empiezan a diferenciar entre ellos, en función de sus resultados, efectos secundarios, contraindicaciones y características propias de cada uno.
En los últimos años, vamos teniendo datos cada vez más prometedores respecto a los nuevos "inhibidores de la enzima 5-fosfodiesterasa", que es como se llama la "familia" de medicamentos a la que pertenecen Viagra y sus hermanos actuales. Esta nueva generación de "los hijos de Viagra" está formada especialmente por: el udenafilo, el avanafilo y el mirodenafilo. Hay algunos más, pero por ahora son los que se están desarrollando más.
Obviamente, las grandes empresas farmacéuticas intentan que cada producto nuevo que sale al mercado para tratar una enfermedad que ya tiene tratamiento efectivo, trate de aportar "algo nuevo", algún "valor añadido".
En el caso de estos nuevos medicamentos, podemos decir que aún nos los tenemos disponibles y por lo tanto carecemos de experiencia en la práctica diaria real, pero sí tenemos datos de ensayos clínicos.
El avanafilo parece tener una mayor rapidez de acción, más que ninguno de sus predecesores, se calcula unos 15 minutos. Este dato podría favorecer mucho la espontaneidad de las relaciones. Además, parece tener una alta afinidad por su receptor y una absorción intestinal muy rápida, sin perder eficacia cuando se toma con alcohol o con comidas copiosas.
El udenafilo es un fármaco de acción larga, al igual que el tadalafilo (CIALIS). Esto le confiere propiedades interesantes para el tratamiento de enfermedades crónicas que causan la disfunción eréctil, como el daño endotelial, etc.
Por último, un reciente estudio demuestra la eficacia y la seguridad del mirodenafilo en pacientes que tienen problemas de erección de origen múltiple (diabéticos, insuficiencia renal, etc.), incluso en aquellos que toman al mismo tiempo pastillas para la hipertensión arterial.
En fin, que el campo de la Medicina Sexual está en plena evolución. Ojalá los esfuerzos no cesen por parte de los investigadores básicos, la industria farmacéutica, los organismos oficiales y los médicos clínicos, por disponer cada vez de fármacos más eficaces y que se adapten a las necesidades individuales de nuestros pacientes.
No podemos olvidar que la disfunción eréctil como enfermedad es "una", pero los pacientes y sus parejas que la padecen son "miles... Millones" y cada uno de ellos tiene una situación única en cuanto al tipo, momento y preferencias de las relaciones sexuales. Obviamente, hay unos patrones comunes, pero cuanto más tratamientos tengamos mayor será la flexibilidad y eficacia de nuestras pautas y mejor la satisfacción del paciente.
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