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jueves, 6 de febrero de 2014

El temporal generó una ola de casi 21 metros en la costa asturiana

Una boya oceanográfica de la Universidad de Oviedo registró la noche del sábado una ola de casi 21 metros de altura a cuatro kilómetros de Cudillero y se quedó a pocos centímetros de que fuera calificada como "gigante".
En concreto, la boya está situada a unos cuatro kilómetros al noreste del puerto de Cudillero y entre las 23:00 y las 24:00 horas del pasado sábado, 1 de febrero, registró una ola de 20,87 metros de altura.
En ese mismo periodo de tiempo la altura significativa de la ola -un parámetro que da una idea de la altura aparente del oleaje- fue de 10,54 metros, informa la Universidad de Oviedo.
A pesar de su proximidad a la costa, donde las olas suelen perder altura, esta ola ha sido tan sólo seis metros inferior a la gran ola de 26,13 metros registrada por la boya Augusto González de Linares del Instituto Español de Oceanografía a 40 kilómetros al norte de Santander el 24 de enero de 2009.
El viento más intenso en esta franja de la costa en lo que va de temporal se produjo el 4 de febrero entre las 16:00 y las 17:00 horas, con una velocidad media de 63 kilómetros/hora y ráfagas de 85 kilómetros a nivel del mar.
La boya oceanográfica instalada en la costa de Cudillero es un equipamiento universitario que dispone de un conjunto de sensores meteorológicos y oceanográficos que proporcionan información a tiempo real sobre los nutrientes, el plancton y las corrientes marinas.
El temporal sigue haciendo estragos en diversos puntos de España. Meteorología avisa de que la llegada continuada de frentes desde el oeste peninsular mantendrán a la mitad más occidental del país bajo lainfluencia de precipitaciones y fuertes vientos durante el resto de la semana.
En concreto, la Dirección General de Emergencias de Galicia ha alertado de un temporal de nivel naranja por viento en tierra que afectará a partir de la madrugada a las cuatro provincias gallegas.

Stop Desahucios pide que se anulen las multas a los participantes en escraches

La plataforma Stop Desahucios ha reclamado hoy a la delegada de Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, que anule las multas impuestas a los ciudadanos que han participado en escraches, en virtud del auto por el que la Audiencia Provincial de Madrid avala la legalidad de la protesta llevada a cabo en la vivienda de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.
Daniel Lozano, miembro de Stop Desahucios Madrid, explicó a Servimedia que sólo en Madrid la Delegación de Gobierno ha impuestomultas que suman 40.000 euros por no comunicar previamente la protesta. Hay sanciones, explicó que la mayoría de esas sanciones son por un valor de 1.500 euros por persona.
Argumentó que el citado auto de la Audiencia Provincial de Madrid establece que no se puede multar a la gente por participar en una manifestación por el hecho de que ésta no haya sido previamente comunicada. En concreto, la resolución señala que una manifestaciónno puede ser calificada de "alegal o ilegítima" por haberse convocado "sin comunicación administrativa previa".
Además, el auto afirma que el hecho de que el derecho de manifestación se ejerza "desatendiendo un requisito procedimental" no basta para considerar dicha conducta "subsumible o constitutiva de infracción penal".
Por otra parte, manifestó que la citada resolución judicial establece que el escrache es una forma "totalmente pacífica y legítima" que tienen los ciudadanos para expresarse ante determinadas decisiones políticas.
En otro orden de cosas, este miembro de Stop Desahucios criticó que continúen los desahucios, pese a los beneficios con los que la banca española cerró 2013. En este sentido, reclamó que la creación de un parque público de viviendas de alquiler social con las casas que se encuentran en poder del Sareb, en lugar de "malvenderlas".

Los arbitrajes de las preferentes dejan fuera a 150.000 afectados

El escándalo de las participaciones preferentes mal comercializadas por las entidades nacionalizadas seguirá vivo mucho tiempo, a tenor de las cifras que ha hecho públicas este miércoles Fernando Restoy, subgobernador del Banco de España y presidente del FROB. Un total de 534.150 inversores adquirieron preferentes o deuda subordinada. De ellos, 427.952 han acudido al arbitraje y a 269.379 (el 63%) se le ha dado la razón. Se desconoce cuántos han acudido directamente a los tribunales, pero a 158.573 se les ha denegado el arbitraje.
Restoy ha recordado que este proceso no ha terminado y que puede haber más personas que sean admitidas en el arbitraje. Preguntado por si esta situación augura una oleada de reclamaciones judiciales, ha comentado que “algunos han desistido de acudir a los tribunales. Solo hay sentencias sobre el 14% de las demandas y una mayoría es a favor de los inversores, aunque también ha habido muchos acuerdos extrajudiciales”.
Restoy ha ofrecido estos datos en la Comisión de Economía del Congreso, que por primera vez ha sido abierta tras retirar su veto las PP. Los diputados de todos los grupos, menos el PP, han pedido que que se atendian las reclamaciones de los preferentistas, que han protagonizado numerosas protestas. “Soy consciente de que tras cada caso hay un drama. La intervención del FROB ha ayudado a mitigar el coste social de la mala comercialización”. Y ha añadido: “Los movimientos sociales alertaron a las autoridades públicas, que han reaccionado. No está resuelto, pero hemos avanzado”, ha concluído.

Los arbitrajes de Bankia, Novagalicia y Catalunya Caixa han devuelto 1.890 millones, según el FROB. Esta cifra aumentará en otros 1.189 millones cuando Bankia concluya los procedimientos. No obstante, de este montante, Bankia pagará 1.000 millones en acciones.
En paralelo, la Audiencia investiga por estafa a los máximos ejecutivos de Caja Madrid y Bancaja por la venta de preferentes. Este caso podría influir en las demandas civiles de los preferentistas. Según fuentes de Bankia, los que compraron preferentes de Caja Madrid en 2009, recuperarían su dinero si la acción de Bankia llega a 1,86, ya que recibieron parte de su inversión en títulos. Este miércoles ha cerrado a 1,33. Estas fuentes dicen que “ahora su pérdida está por debajo del 25%”.
Todos los parlamentarios, excepto el PP, han preguntado a Restoy por el coste de la crisis. Valeriano Gómez, del PSOE, se ha aventurado a que podría estar “entre 150.000 y 200.000 millones”. La respuesta oficial ha sido que aun no es posible calcularlo porque se desconoce el importe de ventas pendientes y el coste de los esquemas de protección de activos (EPA), que hasta 2013 suponían 7.000 millones en ayudas públicas, tras descontar provisiones, de los cuales unos 2.700 millones corresponden a la CAM. Esta cifra augura una factura más baja que la que adelantó el ministro, Luis de Guindos, cuando dijo que la CAM costaría 15.000 millones. Sobre la posibilidad de que Bankia esté privatizada en dos años, Restoy ha dicho: “Ojalá, porque eso supondría que hay ofertas buenas”. También aseguró que el FROB está “absolutamente empeñado en esclarecer a los responsables” de la mala gestión que han generado perjuicios a la hacienda pública.

Un carguero español se parte en dos en la costa vascofrancesa

El carguero español Luno, de 100 metros de eslora, se partió ayer en dos tras quedar a merced del fuerte oleaje y empotrarse contra el dique de la playa vascofrancesa de La Barre, en Anglet, muy cerca del puerto de Bayona, al que se dirigía el buque tripulado en ese momento por 11 marineros y el práctico de esta dársena. Tres horas después del naufragio, todos los tripulantes fueron rescatados y puestos a salvo por helicópteros de la Gendarmería y la Armada francesas.
El barco navegaba sin carga en el momento del siniestro y llevaba para su combustible 127 metros cúbicos de gasóleo (127.000 litros) y 12 toneladas de aceite. El ministro francés de Transportes, Frédéric Cuvillier, que acudió al lugar del naufragio, descartó una contaminación masiva, dado que el vertido de carburante fue “extremadamente limitado”. De las 80 toneladas que almacenaba, entre 60 y 70 quedaron en la proa, varada en la playa. El resto, entre 10 y 20 toneladas, se encontraban en la parte trasera, encallada en el espigón. El alcalde de Anglet, Jean Espilondo, aseguró que el barco desalojó “15 de las 100 toneladas de gasoil”.
El Luno envió una señal de alerta a las 10.00 porque tenía “dificultades” para acceder al puerto de Bayona tras sufrir una avería eléctrica “total”. Dos remolcadores y un práctico salieron en su auxilio para tratar de controlar el rumbo y dirigirlo a la dársena. Aunque el práctico francés logró subir a bordo, las fuertes rachas de viento y los embates de las olas hicieron imposible estas maniobras y empujaron el barco contra el dique.
En la zona se vivieron momentos de tensión e incertidumbre durante la mañana, al desconocerse en qué estado se encontraba la tripulación y si había riesgo de un vertido contaminante en la costa. Solo uno de los marineros resultó ligeramente herido en la cara.
El buque siniestrado, construido en 1994 por Astilleros Murueta y propiedad de la empresa vizcaína Naviera Murueta, zarpó el pasado martes por la tarde desde el Puerto de Pasaia (Gipuzkoa) tras permanecer en esta dársena durante casi un mes para reparar una avería y someterse a una revisión general, según fuentes de la citada Autoridad Portuaria. Es un buque diseñado para cargar sustancias peligrosas y contenedores.

El PP cancela una exposición con un cuadro de Rajoy con heces en la cabeza

El pasado lunes colgó sus cuadros. Y el martes se los quitaron. Ausín Sáinz, de 45 años, no podrá inaugurar el próximo viernes, como tenía previsto, su exposición en el edificio Julián Sánchez El Charro, del Ayuntamiento de Salamanca. El equipo de Gobierno local, encabezado por el alcalde Alfonso Fernández Mañueco (PP), ha decidido suspender la muestra por contener "imágenes inadecuadas para el público". Entre sus obras se encontraban dos cuadros en los que aparecía el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; y la infanta Cristina. Ambos, con heces en la cabeza.

El gobierno local, en un comunicado, ha subrayado que el técnico municipal propuso la suspensión de la exhibición porque el autor "no le mostró" el contenido de determinadas obras. En una, Rajoy —con excrementos sobre la cabeza— y el extesorero del PP, Luis Bárcenas, sostienen una patata entre sus frentes. En otra, la Infanta aparece engalonada con mantilla, joyas y una banda con los colores de España. Sobre su pelo, al igual que con el presidente, se observan heces.
"Antes de montar la exposición les mandé folletos, información de mis creaciones y mi dossier. Conocían perfectamente cómo es mi obra de denuncia social", explica el artista, que acusa de "censura" al director de la sala, Lorenzo Bernáldez, y al Consistorio. "La decisión se ha tomado tras comprobar el contenido íntegro de la exhibición, inadecuadas para el público, eminentemente familiar, que acude a este espacio", se ha justificado la administración salmantina, que ha remachado que Sáinz ya había expuesto en el Espacio Jovén del Ayuntamiento en 2004.

El artist
El autor, vecino de Salamana y natural de Burgos, relata que en la tarde del martes acudió al edificio para "ultimar los detalles" de la muestra. Cuando estaba trabajando, insiste Sáinz, se acercó el director de la sala y le exigió que desmontara la exposición. El artista se negó. Y entonces, añade el pintor, llegaron dos policías locales que lo retuvieron e identificaron.
"No me dejaban moverme por el lugar. Mientras tanto, estaban quitando las obras y sacándolas a la calle, donde permanecieron bajo la lluvia", explica Ausín Sáinz. "Encima, me van a pasar la factura de los trabajadores que las desmontaron", excalama, antes de recalcar que son los cuadros delpresidente del Gobierno y la Infanta los que disgustan al Ayuntamiento. La exhibición, titulada No apta para todos los públicos, también incluía pinturas con hombres en ropa interior y pechos de mujer. "Sabían lo que había. Yo he actuado correctamente. Si hubiera mala fe, habría colocado los dos cuadros el mismo viernes", concluye el artista.

Los fieles se alejan de Roma

En un gesto sin precedentes, el papa Francisco decidió en noviembre pasado pulsar la opinión de los católicos del mundo entero sobre asuntos corrientes, como los niños nacidos fuera del matrimonio, la contracepción, las parejas de hecho, los divorciados que se han vuelto a casar, las uniones homosexuales o el aborto; y lanzó una consulta universal a través de las parroquias sobre 38 cuestiones que para algunos sectores de la Iglesia son delicados o directamente tabú.
La idea de Jorge Mario Bergoglio era conocer de primera mano cuáles son los principales desafíos para las familias, tema central del consistorio que se celebrará en el Vaticano los días 20 y 21 de febrero y del sínodo del próximo otoño, para averiguar si los católicos comparten o no la doctrina oficial de la Iglesia.
El 90% de suizos pide que se bendiga al divorciado que se vuelve a casar
Las respuestas a las 38 cuestiones que envió el Vaticano a los obispos han empezado a llegar a Roma, y los primeros datos sugieren que el sondeo puede convertirse en un bumerán para el Papa, o tal vez en combustible para la renovación emprendida por el jesuita argentino.
Muchos fieles europeos, algunos de los cuales han respondido a las preguntas a través de Internet, se muestran especial y mayoritariamente críticos con las enseñanzas de la Iglesia sobre la contracepción y el divorcio, por ejemplo.
Alemania y Suiza, dos países muy secularizados, recomiendan con nitidez al Vaticano que abandone su doctrina sobre los divorciados que se vuelven a casar y sobre las parejas homosexuales.
La encuesta realizada por los obispos suizos entre 23.636 feligreses revela que el 90% de los preguntados espera que la Iglesia reconozca y bendiga a los divorciados casados por segunda vez, y que el 60% reconozca y acoja a las parejas gais. Al mismo tiempo, un 80% de los católicos suizos considera que el matrimonio religioso es importante. Los obispos helvéticos afirman, además, que las respuestas son convergentes entre las distintas generaciones y sexos.

En Francia, el vicepresidente de la Conferencia Episcopal, Pierre-Marie Carré, ha afirmado que los católicos piden a la Iglesia más apertura a la vida, menos oposición a los anticonceptivos y la abolición de la prohibición de la comunión a los divorciados unidos en una segunda boda. Sobre la sexualidad, la mayoría de los encuestados cree que la Iglesia debería dar algunas orientaciones y dejar el resto a la conciencia de cada cual. Y se oponen a que la Iglesia legisle sobre el deseo de las parejas a tener hijos.En Alemania, lo más destacado es que los jóvenes católicos reconocen abiertamente que no siguen las enseñanzas de la Iglesia sobre la convivencia prematrimonial, que es casi universal en el país, y recuerdan a la jerarquía católica que es irresponsable casarse sin haber probado antes la solidez de la relación. Además, los fieles alemanes creen que el protocolo de anulación de las bodas en el Tribunal de la Rota puede ser “deshonesto”, y muchos divorciados admiten que se alejan de la Iglesia porque les trata “sin misericordia”.

El sondeo ha suscitado mucho interés en las comunidades cristianas de los países desarrollados, y una recepción más tibia en lugares como África, donde muchos asuntos planteados se consideran un tabú. El papa Francisco, que ha afirmado que la Iglesia debe acoger a quienes “no están en regla”, mantiene de momento una posición más conservadora sobre temas doctrinales, especialmente sobre el matrimonio gay.

Derecha a la derecha de la derecha

Es la primera ruptura que se produce tras un largo proceso de concentración de sectores conservadores, liberales y centristas en una misma fuerza política. El lanzamiento del partido Vox por disidentes del PP y el alejamiento entre Jaime Mayor Oreja y Mariano Rajoy sacuden la frontera derecha del partido gobernante en coincidencia con el auge espectacular en Europa de movimientos populistas y de extrema derecha. Las razones que mueven a unos y otros son distintas, pero el elemento común es el conflicto con los partidos conservadores o democristianos clásicos.
Por eso importa hacerse una idea de cual es el potencial de la nueva derecha: es decir, cuántas personas podrían estar interesadas en una oferta autónoma a la derecha del PP. Los antecedentes son lejanos, pero si el partido de Blas Piñar (recientemente fallecido) alcanzó casi 400.000 votos en las elecciones de 1979 —su único momento de esplendor—, esa fuerza no puede haberse volatilizado totalmente, ni siquiera por razones biológicas. De los estudios recientes del CIS y de Metroscopia sobre el posicionamiento ideológico de los españoles, José Pablo Ferrándiz, vicepresidente de Metroscopia, deduce un número entre medio millón y 700.000, situado actualmente en ese extremo del abanico político.
El voto populista se alimenta del sentimiento de contestación a las élites y se presenta como una reacción de “los de abajo” contra el sistema político de los “instalados”. Tanto puede ocurrir que se abstenga como que vote a opciones preexistentes, ya sean grupos identificados con la mitología y símbolos del falangismo o movimientos antiinmigración, al estilo de la Plataforma per Catalunya (que ya consiguió 67 concejales en 2011); o a los escindidos del PP. El peligro populista es la facilidad con que puede aprovechar una crisis en los partidos centrales del sistema para convertirse en verdadera fuerza política, siempre que cuente con financiación y un intenso apoyo mediático, como demostró Silvio Berlusconi en Italia.
Por el momento, el peso de todo ese magma en España es limitado. Para que se produjera una alteración sustancial tendría que surgir un potente liderato. “La pregunta clave aquí es si Aznar, a quien corresponde el logro de haber unificado la derecha en España, con el éxito conocido, se va a convertir ahora en su dinamitador”, reflexiona el sociólogo Fernando Vallespín, exresponsable del CIS. “Creo que no”, se responde a sí mismo. “Primero, porque no hay espacio para una derecha a la derecha del PP mientras este siga conservando la marca y mantenga un discurso ideológico que ya está, de hecho, demasiado inclinado en esa dirección”.
“Lo que está ocurriendo parece más bien un intento por desplazar a Rajoy del poder, más que por crear una nueva formación”, añade Vallespín. “En el fondo pienso que late una insatisfacción profunda de un sector del PP con los casos de Cataluña y el fin del terrorismo, y una presión insoportable del lado de un sector de los medios de comunicación que eran su apoyo público tradicional”. Tampoco cree que el auge de los extremismos europeos favorezca las disidencias en el PP: “Es una respuesta a puras cuestiones internas, en las que la cuestión europea o la xenofobia no cuentan”.
Fuente: Metroscopia.
Lo cierto es que los asuntos que movilizan al radicalismo español de derechas están desconectados de los extremismos antieuropeístas y contra los extranjeros en Francia, Holanda, Finlandia o Reino Unido. El independentismo catalán, la gestión del final de ETA o el juego político de la izquierda abertzale son algunos de los caballos de batalla de los disidentes del PP y remiten a cuestiones políticas siempre ulceradas en la política española. Otra vez aparece el tema de la unidad nacional frente a los soberanismos catalán y vasco, incluida la recentralización del Estado, como propone Vox, que propugna un solo Gobierno y un solo Parlamento nacionales, limitándose a aceptar una “descentralización administrativa”.
Pero ese impulso, sobre fondo de crisis económica y de nacionalismo español, tampoco representa vuelta alguna al fascismo, ni continuidad con el ultraderechismo neofranquista de la Transición, que jugó las cartas de la coacción callejera y del apoyo militar a un golpe de fuerza contra la democracia —aunque no le hiciera ascos a presentarse también a elecciones.
El historiador Santos Juliá afirma que ni él ni quienes han trabajado a fondo sobre la extrema derecha en España (José Luis Rodríguez Jiménez, Ferran Gallego, Xavier Casals) han visto una continuidad entre aquella y la que pueda existir en la actualidad. “La extrema derecha del final del franquismo y el principio de la Transición”, explica Santos Juliá, “disfrutaba aún de fuertes apoyos institucionales —en los sindicatos verticales, en las Fuerzas Armadas— que perdieron por completo tras la fracasada intentona golpista del 23-F, su canto del cisne. El lugar que dejaron vacío no fue ocupado por nada similar al MSI italiano, el partido de Le Pen en Francia o movimientos parecidos de Austria o Bélgica, que eran nuevos, no vinculados orgánicamente al fascismo”.
El par
“No sé lo que saldrá de las disidencias del PP”, agrega Santos Juliá. “Pero, en todo caso, nada que pueda decirse continuación de la extrema derecha de la Transición, que acabó en la fragmentación y la irrelevancia”.
La situación ha evolucionado en España de modo muy distinto al resto de Europa, precisamente porque un partido de poder ha logrado ocupar todo el espacio político y electoral de derechas. El proceso de construcción de esa fuerza se inició a partir del momento en que la Unión de Centro Democrático (UCD), instrumento creado por Adolfo Suárez y gran protagonista de la Transición, tuvo que disolverse tras sufrir una catástrofe electoral en 1982, cuando su fundador ya se había marchado del partido. Del 34,4% de los votos obtenidos en 1977, UCD cayó al 6,7% en solo cinco años, tras la división de sus dirigentes. Los electores se fugaron masivamente, bien hacia el PSOE de Felipe González, bien hacia la Alianza Popular de Manuel Fraga. Un resto de centristas permaneció fiel a Suárez bajo otras siglas, durante algunos años; pero a finales de los noventa, José María Aznar culminó la operación de absorber todo el voto de centro y otros restos en el PP. El proceso continuó en 2011, ya con Mariano Rajoy al frente, cuando ese partido atrajo a antiguos electores del PSOE.
Lo llamativo de las últimas disidencias del Partido Popular es la ruptura de ese proceso de concentración. Hay quien cree que no llegará lejos, porque el sistema electoral, fuertemente bipartidista, frena a los nuevos partidos. Personas relevantes del PP se dicen convencidas de que sus votantes dubitativos o críticos volverán a respaldar las candidaturas del partido frente al “caos” que, a su juicio, representaría una conjunción futura de fuerzas de izquierda y nacionalistas.
Pero no conviene dejarse engañar: cuando los proyectos políticos son persistentes, terminan superando las barreras levantadas por las reglas electorales. Para darse cuenta de ello es interesante el caso de Francia, un país cuyo sistema de escrutinio (mayoritario a dos vueltas) ha enmascarado durante decenios la verdadera potencia del Frente Nacional. Ha necesitado 38 años para pasar de un escaso 1% de votos en las presidenciales de 1974 (ganadas por Giscard) al 18% en las presidenciales de 2012 (ganadas por Hollande). Ahora acaricia la posibilidad de encaramarse al primer puesto en las europeas.
Vallespín no cree que Aznar dinamite la unidad de los conservadores
El Frente Nacional francés, conforme se han ido sucediendo los procesos electorales, “ha conseguido ampliar su electorado desde la burguesía hacia las clases trabajadoras; incluso ha terminado arrebatando al Partido Comunista el papel de refugio de los desesperados”, según Antonio Fernández García y José Luis Rodríguez Jiménez, especialistas académicos en la extrema derecha. La familia Le Pen ha construido su peana electoral en las zonas urbanas en crisis económica, donde hay mayores concentraciones de población inmigrante y que sufren más delincuencia. A esto ha añadido recientemente la agitación nacionalista contra la Unión Europea y contra la moneda común.
Condicionar la línea ideológica del PP o acusar de “tibio” al presidente del Gobierno por permitir las excarcelaciones de etarras decididas por la justicia son catalizadores de actitudes emocionales y de reflejos crispados en la política española. Los que se van del PP puede que sean políticos amortizados, pero la cuestión de interés, cara al futuro, es la potencialidad del populismo para abrirse paso cuando se trata de recoger y agrandar el desencanto hacia las corrientes centrales de la política. Esto sí que es un fenómeno visible en muchas partes de Europa. Y no hay razón para pensar que España va a quedar al margen.