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lunes, 1 de diciembre de 2014

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Los inmigrantes suponen un impacto fiscal positivo para los países de acogida

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha subrayado este lunes que los inmigrantes tienen unimpacto fiscal positivo en los países receptores, en respuesta a lasmedidas restrictivas del Reino Unido para evitar que otros ciudadanos europeos lleguen para beneficiarse de su sistema social.
"El impacto fiscal de la inmigración es positivo" para la práctica totalidad de los países examinados, y eso es así también para elReino Unido, señaló el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, en la presentación a la prensa del informe anual sobre migraciones de la organización.
Gurría insistió en que "los inmigrantes son un recurso, no un problema", al tiempo que reconoció que su integración es también un reto al que están confrontados los países miembros y que tiene que abordarse en el marco de "un diálogo necesario entre los gobiernos y las poblaciones".
En un sentido similar, el comisario europeo de Interior, Dimitris Avramopoulos, afirmó que "tenemos que cambiar la narrativa de la inmigración", entre otras cosas porque los Estados de la Unión están experimentando un envejecimiento demográfico que va a suponer la pérdida de 15 millones de personas entre 2010 y 2020 al que hay que reaccionar.
Tras señalar que en la UE viven ya 20 millones de inmigrantes de terceros países en situación legal, que suponen el 4 % de la población, hizo notar que no se puede obviar también que existe unaeconomía en negro vinculada a los sin papeles.

Aumento de las entradas

Según los autores del estudio de la OCDE, en 2013 hubo, por primera vez desde 2007 y el estallido de la crisis financiera, un incrementodel número de entradas de inmigrantes permanentes en lo que se conoce como el mundo desarrollado.
En concreto, hubo un ligero incremento del 1,1 % hasta 3.824.000 personas, frente al descenso del 0,8 % que se había constatado en 2012.
Una de las claves de ese cambio de tendencia es Alemania, que en los últimos años se ha convertido en el segundo Estado por el número de inmigrantes que se asientan en su territorio, sólo por detrás de Estados Unidos.
En 2012 (el último ejercicio con cifras estandarizadas), Alemania recibió 399.900 inmigrantes permanentes, y el año siguiente se superó el listón de los 400.000, frente a los 201.500 que habían llegado en 2009.
En términos generales, los movimientos migratorios dentro del espacio de libre circulación europea siguieron subiendo, con un más que significativo salto del 10% en 2012.
El Reino Unido se ha convertido en el tercer receptor de la UE, con un alza del 2% en 2013 respecto al año anterior hasta 291.000 personas, aunque esa cifra continúa siendo inferior a los 343.300 que hubo en 2007, antes del estallido de la crisis.
España e Italia representan el patrón de algunos países del sur de Europa que recibían grandes flujos de inmigrantes a comienzos de este siglo, sobre todo personas de baja cualificación, y que se han visto reducidos drásticamente en los seis últimos años.
España, que ocupaba el segundo lugar de la OCDE con 691.900 en 2007, había pasado a 209.800 en 2012, un bajón del 70 %.
Italia recibió 571.900 inmigrantes permanentes en 2007 y el número disminuyó hasta 258.400 en 2013.
Por su parte, Estados Unidos experimentó una caída del 4% en 2013 con 989.900, tras el descenso del 2% que ya se había registrado en el periodo 2007-2012.
Gurría quiso marcar el apoyo de la OCDE a la reforma de la inmigración que el presidente estadounidense, Barack Obama, anunció en noviembre que va a sacar adelante ante el bloqueo legislativo, y que entre otras cosas debería suponer la legalización de varios millones de irregulares.
En total, los países de la OCDE albergan 115 millones de extranjeros, que globalmente suponen en torno al 10% de la población total.

Los suizos rechazan cerrar las puertas a los nuevos inmigrantes

Los suizos han dicho no de manera contundente a la iniciativa popular que pretendía reducir a un magro 0,2% de la población la entrada anual de nuevos extranjeros. Un 74% de los votantes que han acudido hoy a las urnas para pronunciarse sobre este y otros dos proyectos lo han rechazado, según los resultados definitivos. El rechazo, superior al esperado, supone un alivio para el Gobierno, los empresarios, los sindicatos y para los inmigrantes –en su gran mayoría europeos- que tengan intención de buscar trabajo en Suiza.La economía de este país depende en buena medida de los extranjeros para cubrir sus necesidades. Éstos representan el 23,5% de la población.
Los promotores, un grupo ecologista denominado Ecopop, esgrimía motivos de sostenibilidad medioambiental para pedir un cupo testimonial de entradas, que habría permitido menos de 17.000 trabajadores nuevos al año frente a los 88.000 que accedieron el año pasado. Con un paro del 3% y un crecimiento económico del 2%, Suiza no parece tener problemas de absorción de mano de obra, aunque el aumento del ritmo de entradas y los problemas de infraestructuras que se generan en algunos territorios han elevado el nivel de preocupación de la población.
Solo el 26% de los votantes se han manifestado a favor de este referéndum, frente al 39% que apuntaban los últimos sondeos. La propuesta de Ecopop incluía una segunda pata que rayaba la xenofobia. La organización pedía que Suiza destinara al menos el 10% de su ayuda al desarrollo a financiar proyectos de control de la natalidad en países pobres. El motivo era que el desarrollo sostenible no es posible con un aumento continuo de la población.
Este mensaje en las urnas llega casi 10 meses después de que los suizos obligaran al Gobierno, por una estrecha mayoría del 50,3%, a cambiar las normas que regulan la inmigración para volver a establecer cupos de extranjeros en lugar de la libertad de circulación que rige ahora con la Unión Europea, socio preferencial de Suiza con 120 acuerdos que los ligan.
El Consejo Federal suizo –equivalente al Gobierno central- trata desde entonces de negociar con Bruselas para dar respuesta a las demandas de sus ciudadanos sin romper esa relación beneficiosa para ambos bloques. Berna aún no ha presentado el proyecto con el que pretende dar solución a ese difícil encaje, aunque se había comprometido a hacerlo antes de final de año. Las autoridades suizas habían recomendado rechazar tanto la iniciativa de febrero como la de hoy.
Además de la iniciativa antiinmigración, los suizos han rechazado, con un porcentaje del 59% de los votantes, otro proyecto para eliminar el privilegiado trato fiscal que este país alpino otorga a los extranjeros ricos que fijan su residencia en el país para pagar menos impuestos. Unas 6.000 personas podrán seguir manteniendo ese favorable régimen fiscal.
Los electores votaron igualmente en contra de otra iniciativa para obligar al banco central suizo a mantener el 20% de sus reservas en oro, una cantidad que duplica la actual y que pretende dar mayor estabilidad al sector financiero, aunque a costa de imponerle importantes rigideces. En total, un 49% de los suizos con derecho a voto han acudido a las urnas este domingo.

El izquierdista Tabaré Vázquez será el sucesor de Mujica en Uruguay

El progresista Tabaré Vázquez, de 74 años, sucederá al frente del Gobierno uruguayo a José Mujica, de 79, el mismo hombre que le relevó a él hace cinco años. El candidato de la coalición socialdemócrata Frente Amplio se impuso en las presidenciales de este domingo a su rival del Partido Nacional, Luis Lacalle Pou, de 41 años y de centro derecha por una diferencia de 12,5 puntos  (53,6% de los votos frente al 41,1%). Vázquez logró la victoria más amplia en una segunda vuelta desde que se instauró el actual sistema electoral en 1996. Por primera vez en dos siglos una formación socialdemócrata gobernará el país a lo largo de 15 años y tres elecciones consecutivas.
 Termina así una campaña marcada por el juego limpio, el respeto y la falta de alusiones a la corrupción. Casi todos los mensajes giraron en torno a los grandes retos que esperan al país para afianzarlo en la modernidad. Y tanto Lacalle como Vázquez destacaron ese signo de convivencia en los discursos que pronunciaron tras conocerse los resultados.
En los últimos diez años la riqueza del país casi se triplicó y la pobreza se redujo del 40 al 10,5%
Vázquez asumirá el mando el 1 de marzo, tal como prescribe una Constitución que solo permite repetir el mandato de forma no consecutiva. Este oncólogo, que ya había sido alcalde de Montevideo en 1990, ganó las presidenciales de 2004 en una primera vuelta. En 2009 le cedió el mando a Mujica y ahora lo vuelve a retomar. Esta vez necesitó una segunda vuelta. Pero en las elecciones de hace un mes fue tan grande la distancia que sacó a Lacalle Pou (47,8% de los votos frente al 30,9%), que en realidad los militantes de izquierda llevaban 30 días festejando la victoria. Durante este mes, Tabaré Vázquez se ha limitado a recordar los logros de la “década ganada”. No había que esforzarse mucho en explicarlo.
Hay imágenes que pueden explicar mejor que mil cifras el avance que ha vivido Uruguay en los diez años que gobernó el izquierdista Frente Amplio. Molinos de vientos en las llanuras, miles de albañiles desplazándose cada mañana en sus motos, cuando antes iban en bicis o a pie, cientos de tractores nuevos en los campos de soja, centros comerciales repletos, colas de barcos esperando día y noche para entrar en el puerto de Montevideo, los ferrys llenos a diario de viajeros rumbo a Buenos Aires… El progreso es tan evidente que el candidato de centro derecha planteó su campaña para las presidenciales de este domingo asumiendo los logros de la izquierda y prometiendo mejorarlos. Y Tabaré Vázquez, el candidato del Frente, de 74 años, no necesitó siquiera recalcar que él mismo contribuyó de forma decisiva en esos avances como presidente del país entre 2004 y 2009. Los dos candidatos prometieron siempre que el gran reto de ellos sería ahora consolidar todo lo logrado y dar el gran salto hacia la modernidad.
Uruguay, igual que Argentina, sufrió en 2002 los estragos de la crisis bancaria. Y en los últimos diez años la riqueza casi se triplicó; la pobreza se redujo del 40 al 10,5%, lo que significa que en un país de 3,3 millones de habitantes alrededor de un millón dejaron de ser pobre; el desempleo pasó del 19% al nivel más bajo de su historia, el 6,5%. En 2005 había 278,000 hectáreas de soja sembradas y ahora hay 1,2 millones. La producción de energía renovables no convencionales (exceptuando la hidráulica) pasó del cero en 2004 al 30% de ahora. Y eso hizo que la factura de luz sea más barata y que en 2016 el país aspire a ser el líder de producción de energía eólica en el mundo. Con los Gobiernos de Tabaré Vázquez y de José Mujica el PIB per cápita de Uruguay se ha convertido en el más alto de América Latina (16.834 dólares).
Uruguay sigue siendo demasiado vulnerable a las oscilaciones de mercado de la carne y los cereales
Y por si todo eso no fuera poco, el propio Lacalle reconoció en varias ocasiones que José Mujica puso a Uruguay en el mapa. Y encima, todo ese crecimiento se logró sin apenas escándalos de corrupción. Pero Uruguay no es Finlandia ni Suiza. Sigue siendo demasiado vulnerable a las oscilaciones de mercado de la carne y los cereales, sus principales productos de exportación. Y la imagen de ese puerto donde siempre hay barcos esperando es un motivo de orgullo tanto como de preocupación. El puerto se ha quedado pequeño.
La venezolana Gladis Genua, directora de la Comisión Andina de Fomento (CAF) para Uruguay, coincide con lo que expresaron los dos candidatos presidenciales en sus campañas: para no depender de la agricultura o de los bandazos políticos de Argentina y Brasil, Uruguay debería “convertirse en una plataforma logística del sur, ser el puerto de salida de los productos de Paraguay (que no tiene mar) y un referente en el Atlántico. Ahora el esfuerzo es modernizar las infraestructuras, el puerto y el sector ferroviario.
La senadora Lucía Topolansky, esposa del presidente José Mujica, va más allá: “Tenemos que ser el puerto de salida para muchas zonas del sur de Brasil, de Paraguay y de Bolivia. Tenemos que reflotar todo el ferrocarril, que fue barrido por el periodo neoliberal”. Y para eso, el país necesitará inversión extranjera. En ese terreno, Uruguay goza de una buena baza: “Aquí no se piden coimas -dinero para sobornos-. En los años cuarenta vino una gran empresa a invertir y en sus presupuestos ya traía el dinero destinado para la coima. Cuando les aclararon que eso no era necesario, ellos mismo preguntaron qué podían hacer con ese dinero. Le sugirieron que hicieran una donación a la universidad de la República y con aquella plata se construyeron las calderas de la Facultad de Ingeniería. Las empresas que vienen aquí saben que somos un país serio donde se respetan las instituciones”.
Topolansky cree que en los próximos años va a ser importante la participación de los empresarios argentinos que ayudaron a implantar la tecnología en el cultivo de la soja. Uno de los más destacados entre ellos es Gustavo Grobocopatel. Conocido en Argentina como el ‘Rey de la Soja’. Desde ese país, mediante correo electrónico, Grobocopatel explica que hace diez años los uruguayos del campo se marchaban a Montevideo y de allí al extranjero. “Y ahora están regresando de nuevo al campo”. Pero, Grobocopatel aclara que el país debería mejorar sus infraestructuras y la integración con el sur de Brasil. Recuerda que Uruguay se ha “retrasado muchísimo” en educación y que los sindicatos y el Estado tienen el gran desafío de alcanzar un pacto para remediar ese retraso.
Ése era el primer objetivo de José Mujica en 2009 -“educación, educación, educación. Y otra vez educación” y ése es su gran fracaso asumido. En el último informe de PISA (en inglés, Programa Internacional para Evaluación de Estudiantes), de 2012, Uruguay obtuvo los peores resultados desde que empezaron estas pruebas en 2003. Los Gobiernos del Frente Amplio llevaron ordenadores a las escuelas, pero la calidad de la enseñanza secundaria sigue siendo pésima. El nuevo presidente tiene tareas por delante.