Manama, 11 mar (PL)
Bahrein y Omán agradecieron hoy una ayuda de 10 mil millones de dólares, para cada uno, destinada a aplacar las protestas antigubernamentales, mientras en Arabia Saudita la represión contra opositores chiitas dejó al menos tres heridos.
El príncipe heredero y subcomandante supremo de Bahrein, jeque Salman Bin Hamad Al Khalifa, saludó la significativa asistencia financiera acordada por los ministros de Relaciones Exteriores del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG).
La decisión se adoptó el jueves en una reunión sostenida en Riad, la capital saudita, donde se creó un programa de desarrollo y estabilidad mediante el cual se utilizarán 20 mil millones de dólares para mejorar infraestructuras y construir viviendas en 10 años en ambos países.
El CCG, formado por seis países árabes del Golfo Pérsico, mostró preocupación por sus miembros menos prósperos (Bahrein y Omán) y sacudidos por protestas masivas básicamente a favor de reformas democráticas, más derechos políticos y mejores condiciones de vida.
Tanto para Manama como para Muscat, la asistencia quedará bajo la supervisión de los respectivos parlamentos y de los Estados donantes, a saber Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Kuwait.
La familia real de Bahrein, parte de la minoría musulmana sunnita, enfrenta desde el 14 de febrero protestas de ciudadanos chiitas, que son el 70 por ciento de la población, para que dimita el Gobierno, instaure un sistema de monarquía constitucional y genere más empleos.
"Es un programa ambicioso y muestra un fuerte apoyo del CCG", dijo el canciller emiratí, jeque Abdulah Bin Zayed Al Nahyan, al valorar el gesto del bloque de países petroleros, que también prometió enfrentar "decisivamente y sin vacilación" amenazas a su seguridad.
Un fragmento de la declaración del CCG puntualizó, además, que los Gobiernos y pueblos de las seis naciones "rechazan totalmente intentos de interferencia extranjera en sus asuntos y declaran que frenarán firmemente a quienes traten de fomentar rivalidades sectarias".
Sin embargo, el texto -que en otra de sus partes arremetió contra el líder libio, Muammar el Gadafi, y declaró "ilegítimo" su Gobierno- se anunció en momentos en que fuerzas de seguridad sauditas dispararon e hirieron a tres manifestantes chiitas en la ciudad de Qatif.
Testigos denunciaron una fuerte represión policial en esa localidad con predominio de habitantes chiitas y advirtieron del uso de la fuerza para impedir este viernes la realización del "día de la ira" programada por opositores a la conservadora monarquía sunnita wahabita.
Pese a la prohibición de demostraciones públicas en este reino, más de 100 residentes en Qatif marcharon el jueves por esa urbe oriental para exigir a las autoridades la liberación de prisioneros chiitas y denunciar la marginación de esa comunidad en puestos de relevancia.
Bahrein y Omán agradecieron hoy una ayuda de 10 mil millones de dólares, para cada uno, destinada a aplacar las protestas antigubernamentales, mientras en Arabia Saudita la represión contra opositores chiitas dejó al menos tres heridos.
El príncipe heredero y subcomandante supremo de Bahrein, jeque Salman Bin Hamad Al Khalifa, saludó la significativa asistencia financiera acordada por los ministros de Relaciones Exteriores del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG).
La decisión se adoptó el jueves en una reunión sostenida en Riad, la capital saudita, donde se creó un programa de desarrollo y estabilidad mediante el cual se utilizarán 20 mil millones de dólares para mejorar infraestructuras y construir viviendas en 10 años en ambos países.
El CCG, formado por seis países árabes del Golfo Pérsico, mostró preocupación por sus miembros menos prósperos (Bahrein y Omán) y sacudidos por protestas masivas básicamente a favor de reformas democráticas, más derechos políticos y mejores condiciones de vida.
Tanto para Manama como para Muscat, la asistencia quedará bajo la supervisión de los respectivos parlamentos y de los Estados donantes, a saber Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Kuwait.
La familia real de Bahrein, parte de la minoría musulmana sunnita, enfrenta desde el 14 de febrero protestas de ciudadanos chiitas, que son el 70 por ciento de la población, para que dimita el Gobierno, instaure un sistema de monarquía constitucional y genere más empleos.
"Es un programa ambicioso y muestra un fuerte apoyo del CCG", dijo el canciller emiratí, jeque Abdulah Bin Zayed Al Nahyan, al valorar el gesto del bloque de países petroleros, que también prometió enfrentar "decisivamente y sin vacilación" amenazas a su seguridad.
Un fragmento de la declaración del CCG puntualizó, además, que los Gobiernos y pueblos de las seis naciones "rechazan totalmente intentos de interferencia extranjera en sus asuntos y declaran que frenarán firmemente a quienes traten de fomentar rivalidades sectarias".
Sin embargo, el texto -que en otra de sus partes arremetió contra el líder libio, Muammar el Gadafi, y declaró "ilegítimo" su Gobierno- se anunció en momentos en que fuerzas de seguridad sauditas dispararon e hirieron a tres manifestantes chiitas en la ciudad de Qatif.
Testigos denunciaron una fuerte represión policial en esa localidad con predominio de habitantes chiitas y advirtieron del uso de la fuerza para impedir este viernes la realización del "día de la ira" programada por opositores a la conservadora monarquía sunnita wahabita.
Pese a la prohibición de demostraciones públicas en este reino, más de 100 residentes en Qatif marcharon el jueves por esa urbe oriental para exigir a las autoridades la liberación de prisioneros chiitas y denunciar la marginación de esa comunidad en puestos de relevancia.
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