Desde principios de marzo, cerca de un centenar de cristianos, en su gran mayoría protestantes, han sido expulsados de Marruecos. Nunca desde la independencia del país, en 1956, se había desatado una oleada represiva de tal envergadura contra una confesión religiosa.
El Ministerio del Interior marroquí sólo ha reconocido 16 expulsiones ordenadas a principios de marzo durante la primera cumbre entre Marruecos y la Unión Europea celebrada en Granada. A todos ellos les acusó de proselitismo y de quebrantar la fe de los musulmanes, delitos recogidos en el código penal. Un comunicado firmado en abril por 7.000 ulemas (estudiosos del Corán) tachó el proselitismo de "violación moral" y de "terrorismo religioso".
Patón recibió el jueves la orden de salir del país, pero recurrió a un abogado y consiguió diferir su salida hasta el fin de semana. La orden no precisa los motivos. Hasta ahora los expulsados eran, en su mayoría, estadounidenses, latinoamericanos y europeos. Patón es el primer español. Las autoridades de EE UU y de Países Bajos han protestado por las expulsiones, pero no así las españolas. España ejerce hasta finales de junio la presidencia de la UE.
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