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miércoles, 16 de marzo de 2011

Un puticlub de Alicante reclama 6.000 euros a Torrente


Torrente dejó de ir al bar de Cañita Brava porque debía 6.000 pesetas en whisky. Ahora tendrá complicado volver a entrar al local de alterne D'Angelo Palace, en Alicante, el que tiene las "señoritas más bellas, amables, elegantes y educadas" de España. Dice su dueño, Mario Gamero, que Torrente le debe 6.000 euros.

Segura, junto al dueño del local.

Segura, junto al dueño del local.

El local ha reclamado esa cantidad a la productora de Torrente 4, Amiguetes Entertainment, por usar sus instalaciones durante el rodaje de la película y no cumplir su parte del contrato. Sin embargo, representantes de esta empresa han rehusado hacer valoraciones.

Según ha explicado Gamero a ELMUNDO.es, la primera intención de Santiago Segura fue rodar parte de la última entrega de Torrente en los platós de la Ciudad de la Luz de Alicante, sin embargo, a falta de subvención, decidió trasladar el set al D'Angelo Palace, donde, por ejemplo, Vicente Aranda ya había filmado 'Canciones de amor en Lolita's Club'.

El compromiso era rodar durante tres días en el local de Alicante, que cuenta con más de 4.000 metros cuadrados, a cambio de 6.000 euros, 2.000 por día. "Cuando ya estaban allí, vinieron de la productora a decirme que no había presupuesto suficiente y que no podían pagarme esa cantidad, pero como son muy liantes me convencieron para cambiar el dinero por publicidad. Hablé con Santiago Segura y se comprometió a nombrar dos veces el nombre del negocio durante la película y a incluir varias escenas en la que se viera la fachada en un plano general y el logo comercial del D'Angelo", explica el gerente.

Al final, ni rastro del club. Por lo visto, Torrente citaba al D'Angelo en las escenas que rodó junto a Juan Bonilla y que se cayeron en el montaje final. "Ni sale el nombre, ni nuestra piscina, ni la fachada, ni nada", lamenta Mario Gamero. Ha dado tres días de plazo a la productora para cobrar su deuda. Si no, llevará el asunto a los tribunales. "Yo paso de las dos pesetas, pero la publicidad del local me habría venido genial", reconoce.

"Cualquiera que lo conozca sabe que Torrente [así insiste en llamar a Santiago Segura] es un usurero, muy agarrado. Es muy difícil negociar con él. No me coge el móvil y pasa de mi porque sabe que si acaba en los juzgados será más publicidad para su película". Dice Gamero que el propio Segura le garantizó durante el rodaje que incluirá la publicidad del local y ahora teme que las escenas que no empleó se reciclen para Torrente 5. "Aquí cobran todos menos yo", insiste el dueño del club.

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