50 ingenieros tienen por delante una misión histórica: intentar refrigerar los reactores de Fukushima afectados por el seísmo. Tras un incendio y una nueva explosión en la central nuclear, las autoridades de Japón se han apresurado a evacuar a los habitantes en un área de 20 kilómetros de Fukushima. En la planta sólo han quedado 50 de sus 800 operarios. Son la última brigada, el último equipo que emprenderá un intento a la desesperada de mantener los núcleos de los tres reactores golpeados a un nivel de refrigeración adecuado mediante el bombeo de agua de mar.
Su figura recuerda a la de los 'liquidadores' de Chernobil, cerca de 800.000 personas, principalmente rusos, ucranianos y bielorrusos, que participaron en la limpieza y en la construcción de una zanja alrededor del reactor accidentado el 26 de abril de 1986. El accidente causó la mayor liberación de radioactividad que se haya registrado jamás. Más de cinco millones de personas fueron clasificadas como "contaminadas".
Los equipos de 'liquidadores' estaban compuestos, sobre todo, por bomberos, científicos y especialistas nucleares, además de tropas terrestres y aéreas e ingenieros y geólogos. Pero también hubo obreros de la construcción o simples funcionarios que trabajaron allí como voluntarios.
Su función fue apagar los incendios y construir el sarcófago que debía contener la radiación y, como era de esperar, sufrieron toda clase de enfermedades por su exposición a la radiación. Muchos de ellos murieron.
El radiobiólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Eduard Rodríguez-Farré ha explicado a Efe que en la zona del sarcófago de Chernobil quedó una cantidad enorme de radioactividad, lo que provocó un gran número de muertos entre los 'liquidadores'". Este experto teme que la historia pueda repetirse en Japón.
Habituados al riesgo
"Los liquidadores son expertos en el manejo de barras de uranio y plutonio. Sellar una central es parte de su trabajo y saben que les puede tocar hacerlo", explica a ELMUNDO.es Antonio Ruiz de Elvira, catedrático de Física Aplicada de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid).
"Es un trabajo inmensamente peligroso", asegura. Los liquidadores son los trabajadores de la central que cada año se meten dentro del reactor para comprobar que todo va bien.
Por seguridad, todas las centrales dejan de funcionar una vez al año durante un mes y medio o dos para comprobar que todo funciona bien. Esta fase se conoce como 'la parada'. "Un grupo de trabajadores se mete en el reactor, en las zonas radiactivas, protegidos con trajes especiales muy resistentes. Saben que la ropa les protege pero también son conscientes de que es un trabajo de mucho riesgo, como muchas otras profesiones". Cerca del núcleo puede haber unos 2000º C de temperatura (para hacernos una idea, en una turbina de avión hay unos 700º). Los trajes que llevan son muy aislantes y les permiten acercarse a cinco o seis metros.
El riesgo para la salud de los trabajadores de Fukushima es mucho mayor ya que habitualmente, antes de entrar en el reactor, se deja que se enfríe. Los 'liquidadores' japoneses se han metido en el reactor con temperaturas muy altas. "Los neutrones son muy pequeños y además, como no están cargados, no hay barreras que los frenen. Uno puede ponerse un traje grueso con la esperanza de que la mayoría de neutrones no pase, pero la física nuclear dice que no hay nada seguro, se trata del principio de incertidumbre. Algunos neutrones pueden pasar", afirma Ruiz de Elvira. "Un poco de polvo radioactivo contiene miles de millones de átomos, y cada uno tiene neutrones que disparan con el riesgo de que choquen contra una molécula de ADN".
El físico compara esta profesión con otras de alto riesgo: "Es un trabajo como el del minero. Se sabe que la vida dura un cierto tiempo y nada más. Hay gente que lo acepta".
La misión de los 'liquidadores' japoneses'
Según detalla el Foro de la Industria Nuclear Española, las personas que se quedan en la central en una situación de emergencia como la de Japón llevan a cabo las siguientes tareas:
1.- Inyectan agua borada a presión dentro de la vasija del reactor para refrigerar y cubrir todo lo posible el núcleo.
2.- Refrigeran externamente la vasija del reactor para ayudar al mismo objetivo de enfriar el interior.
3.- Purgan cuando exceda la presión de los límites aceptables y vigilar la concentración de hidrógeno.
4.- Mantienen la integridad de las contenciones y del toro.
5.- Llevan a cabo turnos para mantenerse dentro de los límites aceptables de exposición de cada uno de ellos.
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