La alerta nuclear no cesa en Japón y la situación en la central nuclear de Fukushima cambia minuto a minuto mientras continúa creciendo el temor a que las explosiones e incendios que han sufrido todos los reactores de la planta desencadenen una fuga radiactiva mayor.
La subida en los niveles de radiactividad en el recinto de la central obligó durante unas horas a evacuar a los últimos 50 trabajadores que permanecían en el recinto al registrarse un importante aumento en los niveles de radiación, según ha confirmado la agencia nuclear japonesa. Las operaciones para enfriar los reactores se paralizaron temporalmente, aunque los que ya se conocen como los 50 'liquidadores' regresaron a sus puestos poco después.
Se cree que las emisiones de radiación pueden proceder de los reactores números 2 y 3 de la planta, según la agencia local Kyodo.
El nivel de ionización llegó a superar brevemente en la planta los 10 milisievert a la hora el miércoles por la mañana, y, debido al alto nivel de radiación, los trabajadores tuvieron que detener las labores de refrigeración.
Parte de la estructura que protege al reactor número 3 puede haber quedado dañada y estar emitiendo un alto nivel de radiación, según ha reconocido el Gobierno nipón.
El portavoz del ejecutivo japonés, Yuko Edano, anunció también que se ha autorizado a elevar a 250 milisievert el límite para los empleados de Fukushima por la situación de emergencia. La medida, aprobada por los ministerios de Sanidad y Trabajo, ha permitido a los operarios volver a las labores de refrigeración de los reactores averiados, aunque no se sabe si habrá un impacto sobre la salud.
Nuevo incendio en el reactor 4
Horas antes de la evacuación (primera hora de la mañana en Japón) se ha registrado un nuevo incendio en el reactor número 4 y la televisión nipona muestraba imágenes de humo saliendo del reactor número 3. Todo indica que la situación está fuera de control, el comisario europeo de Energía, Günther Oettinger, ha calificado incluso de apocalíptica la situación.
Además, tal y cómo ocurrió el martes con el reactor 2, el Gobierno japonés ha admitido que teme que se hayan producido daños en la vasija o muro de contención primario del reactor número 3, tal y como ha informado en su comparecencia diaria el portavoz Yuko Edano. La vasija es la estructura de protección más cercana al núcleo del reactor y está diseñada para prevenir las fugas radiactivas.
El nuevo incendio en el reactor 4 fue descubierto por uno de los trabajadores a las 5.45 hora local (las 21:45 en la península), aunque hacia las 8.15 horas ha sido controlado, según ha confirmado la Agencia de Seguridad Nuclear japonesa.
Hajimi Motujuku, portavoz de Tepco, la empresa eléctrica operadora de la central, ha explicado que el fuego ha sido causado por la combustión de hidrógeno procedente de las varillas, que quedaron expuestas cuando bajó el nivel del agua. La temperatura en la piscina llegó a los 84 grados centígrados, muy por encima de la ideal para mantener estables las barras, el 70% de las cuales han quedado dañadas, según la agencia Kyodo.
Las llamas han afectado a la barrera exterior de la estructura que protege al reactor, de acuerdo con la versión de Motujuku. A los técnicos de la eléctrica les preocupa el aumento de la temperatura cerca del núcleo, y se plantean arrojar desde helicópteros ácido bórico, un retardante del fuego, sobre el reactor 4.
Inicialmente se dijo que los bomberos trataban de extinguir el fuego, pero Tepco ha asegurado que en estos momentos el nivel de radiactividad es demasiado alto como para enviar allí a sus trabajadores.
Por otra parte, las barras de combustible atómico de los reactores 1 y 2 de la accidentada planta han resultado dañadas, tal y como ha informado esta madrugada la televisión japonesa NHK. Las barras de combustible atómico se encuentran en las piscinas de combustible gastado que rodean a cada reactor.
Los daños se produjeron al quedar expuestas a la atmósfera las barras tras la bajada del nivel del agua que las mantiene estables y refrigeradas, debido a los cortes de electricidad causados por el terremoto.
En las últimas horas se ha reducido la cantidad del líquido y aumentado la presión dentro de las estructuras que protegen al núcleo de los reactores, aumentando el riesgo a que las varillas queden sin protección y se pueda producir un proceso de fusión que emitiría radiactividad.
Segundo accidente en dos días
El de esta noche es el segundo incendio que afecta al reactor 4, después del que se registrara el lunes por la noche. Aunque en la primera ocasión las llamas fueron controladas rápidamente, la detonación provocó dos orificios de ocho metros cuadrados en el muro del edificio exterior del reactor, dejando en contacto con el aire la piscina de combustible.
Tras este accidente, Tepco anunció en rueda de prensa que intentarían enfriar este reactor arrojando agua desde helicópteros que trasvasarán el líquido a través de los dos boquetes del edificio. Con ello esperaban enfriar las barras de combustible en el interior.
El reactor 4 estaba parado cuando se produjo el terremoto del viernes, por lo que el combustible del núcleo se había trasladado a la piscina de desechos nucleares. Desde entonces preocupa el calentamiento de estas barras de combustible gastadas.
Al igual que es necesario enfriar el combustible del núcleo en los reactores que sufrieron una súbita parada con el seísmo (lo que ahora intentan los técnicos en los reactores 1, 2 y 3), las barras de combustible gastado necesitan estar cubiertas de agua para enfriarlas. Si no se baja la temperatura de estas varillas, podrían dañarse y emitir sustancias radiactivas.
El 4 es el único de los reactores actualmente con problemas que no puede ser refrigerado con agua de mar desde cerca por motivos técnicos. En medios japoneses se especula con que la excesiva radioactividad en la planta impide que personas trabajen en el lugar, y de ahí la operación desde el aire.
De hecho, sólo continúan en la planta 50 de las más de 800 personas que trabajaban esta mañana, debido a los elevados niveles de radiación. Los 50 expertos siguen intentando bombear agua de mar en los sobrecalentados reactores para refrigerar las barras de combustible y evitar así una posible fusión del núcleo.
Otra alternativa, según las informaciones, sería llevar camiones de bomberos lo más cerca posible a la instalación para inyectar agua a través de los agujeros en las paredes.
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