Argentina ya tiene su propia versión nacional del penal 'Abu Ghraib', aquella prisión de Irak tristemente célebre por las torturas que soldados estadounidenses infligían a reclusos iraquíes fotografiando la 'faena', de 2003 a 2006.
En la prisión de San Felipe, provincia de Mendoza, 1.000 kilómetros al oeste de Buenos Aires, se vienen sucediendo tormentos, golpizas y actos de sadismo por parte de los guardias contra los internos, informó la prensa argentina.
Y al observar el telediario 'Visión 7', del canal de televisión provincial, los argentinos se asombraron viendo una parte de aquel 'espectáculo', el lunes último, sentados a la mesa en familia a la hora de la cena.
El guardia Daniel Perón había grabado la 'hazaña' de sus compañeros en su moderno teléfono móvil pero extravió el aparato. Y, de milagro, éste llegó a manos de familiares de un preso, que lo acercaron a la Justicia y a la emisora.
En un tramo del vídeo se observa la golpiza que los penitenciarios propinan al joven William Vargas, condenado a tres años de cárcel por cultivar siete plantas de marihuana. Luego lo encerraron para que nadie advirtiera los hematomas.
Actos de violencia
También aparecen dos agentes carcelarios entrenando con guantes de boxeo. Y en otra imagen un uniformado enciende un soplete tras las rejas para satisfacer a un convicto y su pedido de lumbre en el cigarro. El vídeo se titula "Fuego para un pucho (cigarrillo)".
Otro rodaje muestra a guardias, con guantes blancos de látex y portando palos, mientras 'arrean' a reclusos desnudos, que huyen de la golpiza en las duchas. Tras encerrarlos, festejan y saludan a la cámara. Perón lo tituló "Policías en acción".
Incluso el 'cineasta' Perón se filmó mientras introducía su órgano sexual en la boca abierta de un compañero del penal que se había quedado dormido, según declaró el abogado Diego Lavado al diario 'Página 12'.
A raíz del escándalo, cuatro de los agentes de San Felipe han sido detenidos y quedaron cesantes el jefe provincial de Seguridad Interna, Leonardo Carabajal, y los jefes del penal San Felipe, Ramón Birlonga y Rodolfo Valdez.
Desde 2004 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) viene recibiendo denuncias de trato cruel e inhumano a los presos encerrados en la provincia de Mendoza, gobernada por el peronista Celso Jaque, aliado de la presidenta Cristina Fernández, viuda de Kirchner.
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