Las últimas epidemias de distintas cepas del virus de la gripe han puesto de manifiesto que estos agentes infecciosos pueden saltar con relativa facilidad desde animales, como el cerdo o el pollo, a los humanos. Ahora, algunos expertos han reparado en que una cepa del pasado, olvidada hace décadas, aún permanece en varias especies y podría seguir idéntico itinerario, una circunstancia a la que nuestras actuales vacunas no podrían hacer frente.
Un comentario publicado esta semana en la revista 'Nature', firmado por investigadores de EEUU, pide que se tomen ya medidas para evitar "la próxima pandemia de H2N2", una cepa que causó entre uno y cuatro millones de muertes desde 1958 y durante la mayor parte de la década de los 60. Variantes mutadas de ese virus aún están presentes en aves y cerdos, al igual que las causantes de varias alertas sanitarias en los últimos años.
Además, estos científicos recuerdan que la población menor de 50 años no tiene apenas resistencias contra el H2N2, debido a que se dejaron de administrar vacunas contra esta variante tan pronto como desapareció la pandemia entre humanos, para ser sustituida por la actual gripe común. Por ello, recomiendan que se vuelva a administrar esta vacuna hasta inmunizar a la población, o bien que se vaya preparando desde ahora la respuesta a una eventual pandemia, ya sea apilando existencias para poder distribuirlas con rapidez o, al menos, preparando a la industria por si tuviera que empezar de nuevo a fabricarlas masivamente.
De esta forma, argumentan, podrían salvarse vidas y ahorrar dinero ante un eventual brote de H2N2, en contraste con lo ocurrido en la anterior pandemia de H1N1 o gripe A. "Para cuando las vacunas contra el virus H1N1 de 2009 comenzaron a estar disponibles en la mayoría de países industrializados, el estallido de la gripe ya comenzaba a remitir", recuerdan Gary Nabel y sus colegas del Centro de Investigación en Vacunas de Bethesda (Maryland), adscrito a los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EEUU.
"Una estrategia meditada y racional para la vacunación del H2N2 salvaría vidas y ahorraría al mundo una importante crisis de salud pública", concluyen los autores. La propuesta, aunque firmada por investigadores de prestigio y publicada en una revista de primer nivel, tiene el problema de llegar en un clima de creciente suspicacia respecto a las vacunas de la gripe. Esta misma semana, de hecho, la Eurocámara ha criticado duramente el despilfarro en vacunas durante la anterior pandemia y ha recomendado nuevas directrices éticas para evitar que los asesores gubernamentales respondan a intereses en la industria farmacéutica.
Campaña injustificada
"Si la gente no quería vacunarse de la gripe A y ya la teníamos encima, ¿cómo va a justificarse una campaña como esta?", comenta el doctor Jordi Reina, miembro del Grupo de Estudio de la Gripe y del Servicio de Microbiología Clínica del Hospital Universitario Son Dureta, en Palma de Mallorca. Este experto no cree que la Organización Mundial de la Salud (OMS) o los gobiernos vayan a tomar en consideración esta "amenaza fantasma", entre otras cosas porque "se ha perdido mucha confianza" tras las pasadas campañas de prevención y considerar ahora la cepa H2N2 no haría sino "introducir una nueva incógnita en la población".
"No me parece necesario en estos momentos modificar la vacuna de la gripe, que ya tiene tres componentes. Quizás se podría crear la nueva vacuna por si acaso, pero en estos momentos no creo que los laboratorios estén por la labor de crear vacunas preventivas", explica Reina, aunque matiza que, "como hipótesis académica", un nuevo brote del virus de la generación del 'baby boom' no puede descartarse. "Como también podría resurgir cualquier otra cepa...", apunta.
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