Trajes de torero, de sacerdote; sillas de ruedas con un enfermo real; son muchos los trucos que utilizan los narcotraficantes para intentar pasar su mercancía a través del control aduanero del aeropuerto Madrid- Barajas. Son ya tantos que Jesús Casarrubios, portavoz de la Guardia Civil en ese sector, ya ni se sorprende sino que le da lástima. 'No es grato a nivel personal detener a una persona de 75 años procedente de Santo Domingo que podría ser tu madre', comenta tras asistir a una revisión de un ciudadano venezolano que portaba un par de botas sospechoso de tener doble fondo. Resignado, el pasajero contestaba, 'chequearon mal aunque proveniente de Caracas, es normal'.
Y es que el propio Casarrubios no oculta que hay puntos calientes, 'sobretodo los vuelos provenientes de países productores y exportadores de droga', puntualizaba. Obviemente, Caracas y Santo Domingo, llegadas que tuvimos el honor de presenciar, estaban entre ellos. Sin embargo, lo que no hay es un perfil definido del porteador 'no existe el que los altos y rubios llevan cocaína y los bajitos morenos, no', comentaba. Las mafias o cárteles recurren a todo tipo de personas, algunas revelaba Jesús, no saben ni que lo llevan, como una mujer que casi acaba detenida porque no sabía que su marido le había introducido droga en su maleta.
Lo que sí predomina en el control aduanero del aeropuerto de Barajas es la incautación de cocaína. El año pasado se interceptaron 3.200 kilos de esta droga frente a los 3.400 totales. Cifras que no parecen tan altas teniendo en cuenta que Barajas, cuarto aeropuerto europeo, soporta un tráfico de 50 millones de pasajeros anuales y más de 300 millones de kilos de carga. De parte de esos kilos de carga se ocupan los 12 perros antidroga con que cuenta la Guardia Civil. Perros que se tarda de seis a siete meses en adiestrar y cuya motivación en esta vigilancia no es otra que jugar y divertirse con su guía.
'Estos perros no son drogadictos ni mucho menos' cuenta Jacobo uno de los miembros de la unidad canina antidroga y añade, 'ellos sólo quieren jugar, la droga les da igual, lo que pasa es que tienen asociados esos olores a su juguete por eso lo buscan'. La señal que espera Jacobo son arañazos constantes en la maleta. Cuando se producen, Jacobo entrega al perro su juguete y a continuar el juego con el resto del equipaje. Realmente, ese es el inicio del operativo (sin contar con posibles investigaciones previas) del control aduanero de la Guardia Civil. Los rayos X y una revisión manual de las maletas, incluso del individuo, son los pasos que completan la labor de los más de 700 agentes que integran el destacamento de Barajas.
Un total de 625 personas ha caído en 2010 en las manos de unos hombres que no descansan. Personas que se enfrentan a penas que pueden suponer tres o más años de cárcel. Un serio correctivo por intentar conseguir dinero fácil. Cuatro han caído recientemente en varios vuelos, uno, precisamente, procedente de Santo Domingo. Esta labor de control aduanero se comparte también con la Agencia Tributaria y la Policía. Esta última detuvo a 435 personas en 2010 y se incautó de 1.600 kilos de cocaína. La mayor aprehensión del año pasado se produjo en un vuelo de Aeroméxico donde se interceptaron más de 140 kilos de esta droga.
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