Manama, 9 mar (PL) El Gobierno de Bahrein destinará 5,32 mil millones de dólares para construir unas 50 mil residencias, anunciaron hoy fuentes oficiales que presentaron el proyecto como un gesto hacia la reconciliación, pese a crecientes protestas opositoras chiitas.
La iniciativa ordenada por el rey Hamad Bin Isa Al Khalifa la ejecutará en un período de cinco años el Ministerio de Vivienda en distintas regiones de esta isla del Golfo Pérsico, en coordinación con sectores públicos y privados, según la agencia estatal de noticias BNA.
El ministro bahrainí de Vivienda, Majid Al Alawi, había informado el lunes que los hogares beneficiarán básicamente a la comunidad chiita, que pese a constituir el 70 por ciento de la población del reino, se queja de marginación, discriminación y negación de derechos.
Durante una comparecencia ante periodistas, Al Alawi dijo esperar que "esta orden (en alusión al plan habitacional) contribuya a impulsar el diálogo nacional" propuesto a la oposición por el monarca y encargado al príncipe heredero, jeque Salman bin Hamad Al Khalifa.
Según BNA, el ministro citó estimados oficiales que indican hay más de 46 mil personas aguardando por un hogar, pero aseguró que su cartera prevé "reducir el tiempo de espera a un máximo de cinco años en 2016".
La ola de protestas encabezadas por chiitas, que se inició aquí hace hoy 24 días y ha dejado al menos siete muertos, obligó a la familia real Al Khalifa a adoptar varias medidas económicas y políticas, como la contratación de 20 mil personas por el Ministerio del Interior.
Dicha iniciativa para paliar el alto índice de desempleo del país fue imitada por otras dependencias estatales y privadas, mientras el rey ordenó liberar e indultar a los prisioneros políticos, en su mayoría chiitas, y remodeló el gabinete con cinco nuevos ministros.
Los chiitas liderados por el partido Al-Wefaq exigen básicamente la dimisión del Gobierno y la instauración de un sistema de monarquía constitucional para poder elegir al primer ministro, pero tres partidos de esa misma confesión decidieron formar una alianza mucho más radical.
Las agrupaciones Al-Wafa y Al-Haq, dos de las más pequeñas pero de línea más dura, y el Movimiento Libertad para Bahrein, con base en Gran Bretaña, crearon la "coalición para una república bahrainí" que llama a acabar con los 200 años de la monarquía Al Khalifa por vía pacífica.
Entretanto, Al-Wefaq, el mayor y predominante partido chiita, y el laico Waad integrado principalmente por sunnitas, defendieron el sistema vigente, pero con menos poderes para la monarquía, un parlamento reformado y un gobierno electo por voto popular.
Hace una semana, musulmanes sunnitas de Bahrein constituyeron la denominada Asamblea de Unidad Nacional (NUA, por sus siglas en inglés) que suscitó temores de que la política local se vea más afectada por el sectarismo.
Aunque el líder de NUA, Abdullatif Al-Mahmood, no consideró al grupo parte de la oposición, negó que sean un engendro del Gobierno, pero confirmó su lealtad a la familia real y rechazó las condiciones de los chiitas para participar en el diálogo con el príncipe heredero.
La iniciativa ordenada por el rey Hamad Bin Isa Al Khalifa la ejecutará en un período de cinco años el Ministerio de Vivienda en distintas regiones de esta isla del Golfo Pérsico, en coordinación con sectores públicos y privados, según la agencia estatal de noticias BNA.
El ministro bahrainí de Vivienda, Majid Al Alawi, había informado el lunes que los hogares beneficiarán básicamente a la comunidad chiita, que pese a constituir el 70 por ciento de la población del reino, se queja de marginación, discriminación y negación de derechos.
Durante una comparecencia ante periodistas, Al Alawi dijo esperar que "esta orden (en alusión al plan habitacional) contribuya a impulsar el diálogo nacional" propuesto a la oposición por el monarca y encargado al príncipe heredero, jeque Salman bin Hamad Al Khalifa.
Según BNA, el ministro citó estimados oficiales que indican hay más de 46 mil personas aguardando por un hogar, pero aseguró que su cartera prevé "reducir el tiempo de espera a un máximo de cinco años en 2016".
La ola de protestas encabezadas por chiitas, que se inició aquí hace hoy 24 días y ha dejado al menos siete muertos, obligó a la familia real Al Khalifa a adoptar varias medidas económicas y políticas, como la contratación de 20 mil personas por el Ministerio del Interior.
Dicha iniciativa para paliar el alto índice de desempleo del país fue imitada por otras dependencias estatales y privadas, mientras el rey ordenó liberar e indultar a los prisioneros políticos, en su mayoría chiitas, y remodeló el gabinete con cinco nuevos ministros.
Los chiitas liderados por el partido Al-Wefaq exigen básicamente la dimisión del Gobierno y la instauración de un sistema de monarquía constitucional para poder elegir al primer ministro, pero tres partidos de esa misma confesión decidieron formar una alianza mucho más radical.
Las agrupaciones Al-Wafa y Al-Haq, dos de las más pequeñas pero de línea más dura, y el Movimiento Libertad para Bahrein, con base en Gran Bretaña, crearon la "coalición para una república bahrainí" que llama a acabar con los 200 años de la monarquía Al Khalifa por vía pacífica.
Entretanto, Al-Wefaq, el mayor y predominante partido chiita, y el laico Waad integrado principalmente por sunnitas, defendieron el sistema vigente, pero con menos poderes para la monarquía, un parlamento reformado y un gobierno electo por voto popular.
Hace una semana, musulmanes sunnitas de Bahrein constituyeron la denominada Asamblea de Unidad Nacional (NUA, por sus siglas en inglés) que suscitó temores de que la política local se vea más afectada por el sectarismo.
Aunque el líder de NUA, Abdullatif Al-Mahmood, no consideró al grupo parte de la oposición, negó que sean un engendro del Gobierno, pero confirmó su lealtad a la familia real y rechazó las condiciones de los chiitas para participar en el diálogo con el príncipe heredero.
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