El Cairo, 10 mar (PL) El activista opositor Mohamed ElBaradei confirmó su intención de convertirse en presidente de Egipto, y prometió restablecer vínculos diplomáticos con Irán si alcanza ese puesto, pero apostó por redactar antes una nueva Constitución.
En una extensa entrevista concedida anoche al canal televisivo egipcio ONTV, el Premio Nobel de la Paz despejó dudas sobre sus ambiciones presidenciales en la nueva coyuntura que vive el país tras el derrocamiento del Gobierno de Hosni Mubarak, el 11 de febrero.
Señaló que "cuando se abra la puerta a las nominaciones presidenciales, me postularé yo mismo" y destacó que Egipto pasa por un "período decisivo de su historia" en el que "no debemos apresurarnos. Todo debe estar sobre una base sólida".
"Trabajaré por restaurar las relaciones con Irán, si soy electo presidente de Egipto", dijo en alusión a un país con el que El Cairo no tiene nexos desde 1979 y al que él prestó atención especial mientras dirigió el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
El político que encabeza la llamada Asociación Nacional para el Cambio (ANC), promotora de reformas democráticas en este país árabe, rechazó igualmente la convocatoria a un referendo el 19 de marzo para votar enmiendas constitucionales que valoró de "superficiales".
"No votaré por esas enmiendas constitucionales, votaré en contra", dijo categóricamente en el diálogo trasmitido en vivo por el canal privado, en el cual explicó que la actual Carta Magna egipcia "murió" a la luz de los acontecimientos recientes.
"Sería un insulto a la revolución (como llaman los egipcios a la revuelta popular que defenestró a Mubarak) si decidimos rescatar esta Constitución", indicó ElBaradei, quien tendrá como contrincante en la lid presidencial al secretario general de la Liga Árabe, Amr Moussa.
En ese sentido, instó al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas que gobierna Egipto a "desechar" la Ley Primera, aplazar el referendo de este mes y favorecer -como en Túnez- la redacción de una nueva Carta Magna, para luego llamar a elecciones presidenciales y legislativas.
Aunque el texto modificado limita a dos el mandato presidencial y permite postularse a candidatos independientes y opositores -algo casi imposible con Mubarak-, dejó invariable las leyes que regulan la formación de partidos políticos.
Esto último, opinó el ex director general del OIEA, es un remanente del régimen anterior y facilitaría al Partido Nacional Democrático, con el que gobernó Mubarak, y a la ilegalizada Hermandad Musulmana, el único grupo opositor bien organizado, dominar el próximo parlamento.
En una extensa entrevista concedida anoche al canal televisivo egipcio ONTV, el Premio Nobel de la Paz despejó dudas sobre sus ambiciones presidenciales en la nueva coyuntura que vive el país tras el derrocamiento del Gobierno de Hosni Mubarak, el 11 de febrero.
Señaló que "cuando se abra la puerta a las nominaciones presidenciales, me postularé yo mismo" y destacó que Egipto pasa por un "período decisivo de su historia" en el que "no debemos apresurarnos. Todo debe estar sobre una base sólida".
"Trabajaré por restaurar las relaciones con Irán, si soy electo presidente de Egipto", dijo en alusión a un país con el que El Cairo no tiene nexos desde 1979 y al que él prestó atención especial mientras dirigió el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
El político que encabeza la llamada Asociación Nacional para el Cambio (ANC), promotora de reformas democráticas en este país árabe, rechazó igualmente la convocatoria a un referendo el 19 de marzo para votar enmiendas constitucionales que valoró de "superficiales".
"No votaré por esas enmiendas constitucionales, votaré en contra", dijo categóricamente en el diálogo trasmitido en vivo por el canal privado, en el cual explicó que la actual Carta Magna egipcia "murió" a la luz de los acontecimientos recientes.
"Sería un insulto a la revolución (como llaman los egipcios a la revuelta popular que defenestró a Mubarak) si decidimos rescatar esta Constitución", indicó ElBaradei, quien tendrá como contrincante en la lid presidencial al secretario general de la Liga Árabe, Amr Moussa.
En ese sentido, instó al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas que gobierna Egipto a "desechar" la Ley Primera, aplazar el referendo de este mes y favorecer -como en Túnez- la redacción de una nueva Carta Magna, para luego llamar a elecciones presidenciales y legislativas.
Aunque el texto modificado limita a dos el mandato presidencial y permite postularse a candidatos independientes y opositores -algo casi imposible con Mubarak-, dejó invariable las leyes que regulan la formación de partidos políticos.
Esto último, opinó el ex director general del OIEA, es un remanente del régimen anterior y facilitaría al Partido Nacional Democrático, con el que gobernó Mubarak, y a la ilegalizada Hermandad Musulmana, el único grupo opositor bien organizado, dominar el próximo parlamento.
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