Los peores presagios de Fernando Alonso se cumplieron. Mark Webber (1:19.995) y Sebastian Vettel sobrevolaron Montmeló de manera insultante. Con casi un segundo de diferencia sobre el tercer clasificado, el McLaren de Lewis Hamilton. Ninguna sorpresa para el asturiano, que ya había advertido de la superioridad manifiesta de los Red Bull. Su reforzado F10 tuvo que conformarse con una cuarta posición (1:20.937) que le ha dejado "un buen sabor de boca". Una resignada plaza con la que tratará de asaltar el podio durante la carrera. La victoria parece casi sueño. El podio, una lejana posibilidad.
"En condiciones normales serán imbatibles y ganarán la carrera", anunciaba Alonso tras la exhibición galáctica de los Red Bull. Y eso que puso en escena sobre el asfalto todas las armas de las que disponía. Tras la deliberación nocturna y los ensayos matinales, el asturiano se lanzó a la desesperada tras los Red Bull y los McLaren. Sin embargo, fue inútil. En ninguna de las tandas fue capaz de aproximarse al club VIP que los chicos de Christian Horner han creado en este Mundial. Cinco carreras y cinco poles que no dejan lugar a las dudas.
Lo que sí aporta algo de esperanza es el 'F-Duct'. Una novedad para el F10 que parece haberle añadido parte de esa velocidad punta que tanto ha añorado durante las primeras carreras. Eso explica que los dos Ferrari volasen hasta los 311,9 kilómetros por hora. Registros que ni los sobrenaturales Red Bull lograron alcanzar. "Tenemos que estar en el podio y para eso habrá que aprovechar la más mínima ocasión que tengamos. Estoy seguro de que seremos más fuertes en carrera. Aún así, ellos [Red Bull] son los favoritos", confesaba.
"La temporada sólo acaba de empezar y estoy seguro de que pueden ser batidos". El asturiano recordaba el inesperado atracón que los Brawn GP se dieron el curso pasado en el arranque de la temporada. Sensaciones que se repiten esta temporada con la escudería austriaca durante la jornada de clasificación, porque en carrera la situación es bien distinta. Una sola victoria y tres tragos amargos. "Son muy buenos pero lo cierto es que están por detrás en el Mundial". Son la gran preocupación en Ferrari porque la diferencia con McLaren, en palabras de Alonso "es mínima".
Aún así, su compañero Felipe Massa sólo pudo cazar una novena posición, sorprendido por la irrupción de Michael Schumacher (sexto) y Robert Kubica (séptimo). Otro traspié para Ferrari, que aspiraba a cotas mayores en esta sesión de clasficación y que tendrá que enjugar la notoria distancia con los tres de arriba encomendándose a un arrancada casi perfecta.
La clasificación se zanjó con una multa de 20.000 dólares (15.675 euros) para Ferrari por un incidente en boxes, donde Alonso estorbó a Rosberg (Mercedes) haciéndole cambiar de trayectoria. "No vi a Rosberg. Por desgracia el ángulo de visión no es perfecto para ver a alguien proveniente de los boxes, con lo que uno depende de su mecánico", explicó el asturiano.
Mientras, Pedro de la Rosa, extramotivado a las puertas de su casa, llegó a tocar con la punta de los dedos la Q3 pero el sueño se desvaneció con la entrada a última hora de su compañero Kobayashi. Una pequeña desilusión que durante la carrera, tratará de olvidar. "Ha sido una lástima, pero pelearé con todas mis fuerzas por alcanzar algún punto", señalaba De la Rosa. Jaime Alguersuari ni siquiera tuvo la opción de pensar en cotas más altas. Su Toro Rosso, como el de su compañero Buemi, terminaron a cuatro décimas del billete a la tercera ronda.
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