La empresa Tepco ha informado de que en aguas marinas próximas a la central nuclear de Fukushima se ha detectado un nivel de yodo radiactivo 7,5 millones de veces superior al límite legal (un primer análisis apuntó a 5 millones), , mientras el cesio-137 lo excede en 1,1 millones de veces.
Una muestra recogida a primera del lunes 4 de abril en un área marina próxima al reactor 2 de Fukushima reveló una concentración de yodo-131 de 200.000 becquerelios por centímetro cúbico.
Los análisis también mostraron una presencia de cesio-137 que superaba el límite legal en 1,1 millones de veces, según fuentes de Tepco citadas por la televisión pública NHK.
Mientras el yodo-131 tiene una vida media relativamente breve, de ocho días, el periodo de semidesintegración del cesio-137 es de 30 años.
Verter agua radiactiva para almacenar más
Los resultados de estos análisis llegan horas después de que la empresa anunciara el vertido de 11.500 toneladas de agua contaminada al mar.
El objetivo es evacuar el agua con niveles de radiación relativamente baja (procedentes de las unidades 5 y 6 de la central) al océano para dejar espacio libre y que los contenedores de la central puedan albergar agua más contaminada que anega las unidades 1, 2 y 3.
El estado de los reactores y de las piscinas es lamentable, como se ha demostrado en las imágenes difundidas por las agencias japonesas.
Tepco ha informado que hasta el momento ha vertido al Pacífico unas 3.430 toneladas de agua contaminada, del volumen total previsto de 11.500 toneladas.
Las autoridades calculan que ya se han acumulado en el sótano de la central y en canales subterráneos 60.000 toneladas de agua radiactiva, cuya presencia obstaculiza la labor de los técnicos para estabilizar la planta, gravemente dañada por el terremoto y posterior tsunami del 11 de marzo.
¿Qué se hará con el agua más radiactiva?
El portavoz del gobierno nipón, Yukio Enano, ha vuelto a defender esta actuación, iniciada el lunes, con el argumento de que esta medida es necesaria para evitar males mayores.
Una vez drenada, el agua más radiactiva será almacenada en tanques y depósitos para basura nuclear en la propia planta, además de en buques de EEUU y una plataforma flotante que será llevada a Fukushima a finales de este mes, según la agencia local Kyodo.
El ministro japonés de Agricultura y Pesca, Michihiko Kano, ha asegurado que se estrecharán los controles sobre los productos marinos de la zona de Fukushima y las provincias colindantes ante la continua filtración de agua radiactiva al mar.
Las inspecciones se reforzarán en la región de Ibaraki y también en la costa cercana a la ciudad de Choshi, en la provincia de Chiba y al este de Tokio, dijo el ministro, citado por Kyodo.
Radiactividad en productos del mar
En su afán por tranquilizar a la ciudadanía, el Gobierno japonés ha decidido este martes, además, fijar un límite de radiactividad en los productos procedentes del mar.
"Aplicaremos provisionalmente las tasas establecidas a las hortalizas, peces y marisco", ha señalado el portavoz del Ejecutivo nipón, Yukio Edano.
El límite ha quedado establecido en 2.000 becquerelios/kg para el yodo-131, que puede provocar cáncer, y en 500 becquerelios/kg para el cesio-137. Los peces han sido considerados no aptos para el consumo.
La decisión ha sido adoptada tras el descubrimiento, en los últimos días, de niveles anormalmente altos de radiactividad en las anguilas de arena pequeñas capturadas frente a la prefectura de Ibaraki, al sur de Fukushima y al norte de Tokio. El resto de pescado analizado no ha mostrado niveles elevados de radiactividad, han especificado las autoridades.
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