Trípoli, 6 abr (PL) Un diplomático estadounidense sostuvo hoy en Benghazi contactos con opositores a Muamar el Gadafi para discutir sus necesidades logísticas y financieras, mientras los alzados criticaron la que consideraron insuficiente campaña militar de la OTAN.
La reunión del exvicejefe de misión en la embajada de Estados Unidos en Trípoli Christopher Stevens con dirigentes del Consejo Nacional de Transición (CNT) confirmó la acción norteamericana sobre el terreno para tratar de acelerar la caída del líder libio.
Fuentes del CNT, la estructura creada por los insubordinados a El Gadafi con sede en Benghazi, señalaron a periodistas que Stevens se interesó por el tipo de sistema político que prevén instaurar en este país, en un escenario hipotético de victoria sobre el Ejército regular.
Sin embargo, mientras tuvo lugar el contacto "de primera mano" para comprometer ayudas monetarias y de armamento, militares libios desertores y otros extranjeros continúan el adiestramiento de civiles en técnicas de guerra y el manejo de arsenales.
La presencia del emisario norteamericano en Benghazi, a donde según distintas fuentes entró desde Egipto, insufló optimismo a los alzados en lo relativo a recibir lo que Washington llama apoyo "no letal", pese a que estudia vías para sortear el embargo de armas a Libia.
Sin embargo, el jefe militar de la rebelión, Abdel Fattah Younes, expresó ayer su insatisfacción con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) luego que los irregulares perdieron el control de Brega (este) y siguen en desventaja en Misratah (oeste).
"La OTAN no nos está dando lo que queremos", se lamentó el exministro del Interior del Gobierno de El Gadafi en rueda de prensa, al considerar que "si (la alianza occidental) quisiera liberar Misratah lo habría hecho antes" con bombardeos más intensos sobre esa ciudad.
La aparente acritud del jefe militar insurrecto hacia la OTAN obedeció a la reciente intercepción de dos embarcaciones rebeldes cargadas con armas y supuesta ayuda humanitaria que navegaban de Benghazi a Misratah, violando el embargo impuesto por la ONU.
Aunque insinuó que podría pedir al Consejo de Seguridad de la ONU que suspenda la misión de la alianza atlántica, Younes reclamó ayuda tras reconocer el repliegue de los rebeldes de Brega hasta unos 20 kilómetros en dirección a Ajdabiya.
Los enfrentamientos en torno al enclave petrolero de Brega prosiguen y los insurgentes aseguraron tener preparada artillería pesada para arrebatar a los leales a El Gadafi la mencionada localidad, que ha cambiado de manos en varias ocasiones en el último mes y medio.
Por otro lado se confirmó el inicio de operaciones marítimas en Tobrouk, próximo a la frontera egipcia, para la exportación de petróleo con posible asistencia de Qatar, luego que el propio Younes afirmó que los rebeldes tenían legitimidad y apoyo foráneo para esa transacción.
La reunión del exvicejefe de misión en la embajada de Estados Unidos en Trípoli Christopher Stevens con dirigentes del Consejo Nacional de Transición (CNT) confirmó la acción norteamericana sobre el terreno para tratar de acelerar la caída del líder libio.
Fuentes del CNT, la estructura creada por los insubordinados a El Gadafi con sede en Benghazi, señalaron a periodistas que Stevens se interesó por el tipo de sistema político que prevén instaurar en este país, en un escenario hipotético de victoria sobre el Ejército regular.
Sin embargo, mientras tuvo lugar el contacto "de primera mano" para comprometer ayudas monetarias y de armamento, militares libios desertores y otros extranjeros continúan el adiestramiento de civiles en técnicas de guerra y el manejo de arsenales.
La presencia del emisario norteamericano en Benghazi, a donde según distintas fuentes entró desde Egipto, insufló optimismo a los alzados en lo relativo a recibir lo que Washington llama apoyo "no letal", pese a que estudia vías para sortear el embargo de armas a Libia.
Sin embargo, el jefe militar de la rebelión, Abdel Fattah Younes, expresó ayer su insatisfacción con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) luego que los irregulares perdieron el control de Brega (este) y siguen en desventaja en Misratah (oeste).
"La OTAN no nos está dando lo que queremos", se lamentó el exministro del Interior del Gobierno de El Gadafi en rueda de prensa, al considerar que "si (la alianza occidental) quisiera liberar Misratah lo habría hecho antes" con bombardeos más intensos sobre esa ciudad.
La aparente acritud del jefe militar insurrecto hacia la OTAN obedeció a la reciente intercepción de dos embarcaciones rebeldes cargadas con armas y supuesta ayuda humanitaria que navegaban de Benghazi a Misratah, violando el embargo impuesto por la ONU.
Aunque insinuó que podría pedir al Consejo de Seguridad de la ONU que suspenda la misión de la alianza atlántica, Younes reclamó ayuda tras reconocer el repliegue de los rebeldes de Brega hasta unos 20 kilómetros en dirección a Ajdabiya.
Los enfrentamientos en torno al enclave petrolero de Brega prosiguen y los insurgentes aseguraron tener preparada artillería pesada para arrebatar a los leales a El Gadafi la mencionada localidad, que ha cambiado de manos en varias ocasiones en el último mes y medio.
Por otro lado se confirmó el inicio de operaciones marítimas en Tobrouk, próximo a la frontera egipcia, para la exportación de petróleo con posible asistencia de Qatar, luego que el propio Younes afirmó que los rebeldes tenían legitimidad y apoyo foráneo para esa transacción.
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