Las autoridades de Rusia anularon el visado e impidieron la entrada al país del corresponsal del diario británico 'The Guardian' Luke Harding, acreditado en Moscú desde 2007, según han informaron los medios locales.
Al periodista le cancelaron el visado en un puesto de control de pasaportes cuando regresaba el pasado fin de semana a Moscú tras dos meses de ausencia, después de haber estado trabajando en Londres con los cables diplomáticos secretos estadounidenses filtrados a WikiLeaks.
"Para usted Rusia está cerrada", fue única explicación que recibió Harding, como él mismo narró a su periódico, del oficial del Servicio Federal Fronterizo que le comunicó que su visado y, por ende, su acreditación, habían sido anulados.
Según 'The Guardian', el periodista fue recluido en una celda, donde permaneció 45 minutos, tras lo cual fue subido en el primer avión con destino a Londres y sólo cuando se encontraba en la aeronave le fue devuelto su pasaporte.
Moscú no había expulsado a un corresponsal británico desde 1989, desde tiempos de la Unión Soviética, cuando la medida fue aplicada al corresponsal de 'The Sunday Times' Angus Roxburgh en represalia por la expulsión por Londres de once presuntos espías soviéticos.
"Mi expulsión sigue siendo un misterio. Parece que la gente del Kremlin me teme a mí más que yo a ellos", escribió hoy Harding en Twitter.
"Rusia es una cleptocracia autócrata y corrupta, centrada en el liderazgo de (el ex presidente y primer ministro) Vladímir Putin, en la cual funcionarios, oligarcas y crimen organizado están unidos para crear un 'estado prácticamente mafioso'", escribió en diciembre pasado Harding, al citar los cables secretos de Wilileaks.
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