A quienes evocan la libertad de religión o de otras creencias para defender "prácticas medievales", en palabras del liberal flamenco Bart Sommers, les respondió este prominente parlamentario del partido que ha sumido al país en la actual crisis política, que "no tomar clara posición
supone abandonar a las mujeres a mecanismos de regresión religiosa".
El texto aprobado ayer no alude explícitamente al burka o al niqab. Señala que quienes "se presenten en espacios públicos con el rostro cubierto o disimulado, total o parcialmente, de forma que no sean identificables" serán sancionadas con una multa de entre 15 y 25 euros y/o con una pena de reclusión de uno a siete días.
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