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viernes, 30 de abril de 2010

La Sanidad cubana resiste tras medio siglo de embargo

Las pretendidas bondades de la sanidad cubana han hecho correr ríos de tinta a lo largo de los años. Esta semana, dos especialistas de la universidad de Stanford (EEUU) le echan un capote al régimen castrista desde las páginas de la revista 'Science' y defienden cómo el sistema ha sido capaz de ofrecer un buen servicio a los ciudadanos a pesar de los 50 años de embargo estadounidense.

Paul Drain y Michele Barry repasan, en apenas un folio, cómo la sanidad cubana ha sido capaz de obtener indicadores "comparables con los de países desarrollados a pesar del impacto que han tenido las sanciones en el suministro de medicinas y dispositivos médicos". Aún es más; ambos especialistas, estadounidenses, concluyen además que en estos momentos en que EEUU planea la reforma de su sanidad debería aprender algunas lecciones de la isla.

"En estos momentos puede haber oportunidades que aprender de Cuba sobre el desarrollo de una verdadera sanidad universal que priorice la atención primaria. Adoptar algunas de las políticas sanitarias que han tenido éxito en Cuba podría ser una buena manera de empezar a normalizar las relaciones", apuntan sin tapujos ambos especialistas, miembros de un grupo de colaboración socio-sanitario entre la isla caribeña y EEUU.

De hecho, rematan su repaso por los indicadores sanitarios cubanos recomendando al Instituto de Medicina estadounidense "que elabore un estudio sobre el éxito cubano y la mejor forma de establecer una nueva era de cooperación entre los científicos de ambos países".

A juicio de Drain y Barry, a pesar del fuerte impacto que los 50 años de embargo han tenido en el suministro de material médico, las autoridades han sabido paliar las consecuencias reforzando otros puntos fuertes, que le han permitido colocar sus indicadores "al nivel de otros países desarrollados". Sólo algunos datos, Cuba tiene la mejor esperanza de vida, la mayor densidad de médicos per capita, el índice de vacunación más elevado y las tasas más bajas de mortalidad infantil de todos los países de América Latina y el Caribe. Y eso que su inversión en sanidad es muy inferior si se compara con cualquier país europeo, por no hablar de EEUU (355 dólares per capita frente a más de 6.700).

Como explica a ELMUNDO.es Joan Carles March, especialista de la Escuela Andaluza de Salud Pública (un centro colaborador de la Organización Panamericana de la Salud), en los encuentros con profesionales sanitarios cubanos ("incluso los que son críticos con el régimen"), destaca siempre que se trata de "gente muy activa, con unas enormes ganas de innovar, saber y estar en contacto con otros profesionales".

A juicio de March, participante en la Red Latinoamericana de Marketing Social en Salud, este impulso, sumado a la importancia que se ha dado a la formación de sus sanitarios, han permitido suplir las limitaciones materiales. "Todo eso, junto con el apoyo de ciertos sectores muy de izquierdas, ha favorecido que puedan mantener una cierta línea, poniendo su sanidad en valor como un elemento destacable". A juicio de los científicos de Stanford, el éxito del modelo cubano (aún con estrecheces) radica en el énfasis que han puesto las autoridades en la prevención de enfermedades y en una amplia red de atención primaria. "Educando a la población en la prevención de enfermedades, [han logrado] una menor dependencia del suministro de fármacos, al contrario que los estadounidenses, muy dependientes de fármacos y alta tecnología para mantener una población sana, a un coste muy elevado", rematan.

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