.

.

viernes, 23 de abril de 2010

Las rosas y los libros ya están en la calle


El primer termómetro para saber cómo le sienta el año al sector editorial llega hoy con la Diada de Sant Jordi. Epicentro del primer cuatrimestre del año, junto con las campañas de la Feria del Libro de Madrid y la de Navidad (con el paréntesis de los libros de texto), esta jornada es crucial para el sector en lo económico (sólo en Cataluña se prevé facturar 20 millones de euros, el 7,6% del total anual de la caja de los libreros). Una mirada a los primeros números y a lo que ofrecen hoy los tenderetes catalanes da una idea de por dónde se mueve el sector editorial, que en una primera estimación factura en toda España entre el 1% y el 1,5% menos que en 2009 por estas fechas.

- Refuerzos de casa. Arturo Pérez-Reverte (El asedio), Julia Navarro (Dime quién soy), la sorprendente María Dueñas (El tiempo entre costuras) y Matilde Asensi (Venganza en Sevilla) son las puntas de lanza para intentar revertir la situación. Cosecha nacional provocada, por un lado, por el ciclo lógico (el año pasado imperaron los Larsson, Le Carré, la Neville...) y porque algunos editores decidieron guardarse el as para un año que se preveía difícil. Venden mucho, cierto, pero también cuestan mucho (de 400.000 euros para arriba). Y eso explica dos tendencias: la búsqueda de nuevos autores autóctonos -de caché más bajo y que puedan engrosar nuevas corrientes- y un lento pero inexorable trasvase de la inversión de derechos de autor: hace tres años los escritores españoles acaparaban el 65,6% de las inversiones; en dos años han perdido cinco puntos y medio.

- Edición de bajo coste. Apostar por jóvenes o desconocidos puede ser más económico para una editorial, pero no están los tiempos para vender primeras obras. La gente gasta lo justo y quiere valor seguro. Y eso explica la proliferación de supuestas novedades que no son más que antiguos títulos de éxito retapados (sólo las cubiertas son nuevas) o la edición de grandes clásicos, antiguos o modernos: cuestan poco en derechos, nadie los discute y aportan pedigrí. De ese filón tiran las nuevas editoriales pequeñas que proliferan en los últimos años.

- Novela negra ¿o aventuras?Sí, la novela negra sigue su marcha triunfal. A rebufo del fenómeno Larsson, no hay editorial que se precie que no tenga su autor de novela negra nórdico o, en su defecto, policiaco. Traducción: incremento de títulos del género en España de un 117% en un año (de 2007 a 2008). ¿Consecuencia? Todos facturan, pero menos de lo que hubieran podido. Que de los 10 libros más vendidos hoy sólo esté Lorenzo Silva como autor noir y que copen la lista novelas de aventuras, ¿es síntoma de saturación de lo policiaco e inicio de cambio de ciclo?

- Vampiros y zombies. Primero fueron los vampiros y, tras estos y los derivados de las tinieblas de la saga Crepúsculo (1,5 millones de libros vendidos en España), llegaron todo tipo de zombies, quizá triste metáfora de la sociedad actual. La implantación del subgénero ha sido fulgurante en el sector juvenil. Y aquí se abre otra ventana para el sector: las redes sociales, en particular Facebook, son la versión moderna del boca-oreja, pero para un sector, el adolescente, muy reticente a la lectura. Así, el pack amigos-Internet conforma, tras la familia, la segunda gran fuente de prescripción lectora, 18 puntos más que hace cuatro años en adolescentes catalanes, según el Consejo Catalán del Libro Infantil y Juvenil.

- Más libros electrónicos. Sant Jordi contará este año por vez primera con dos notables plataformas para libro digital en catalán. Edi.cat, que repite Diada, asegura que ha incrementado un 300% las descargas en un año, aunque siempre en dígitos de miles pequeños. Su competidor, Leqtor, habla ya de 6.000 aparatos lectores vendidos. En menos de ocho meses, con el desembarco previsto, ahora para junio, de la plataforma formada por Planeta, Random House y Santillana (a las que se podrían unir Anagrama, Tusquets y Salamandra), el panorama empezará a moverse más en serio.

Mientras, se confía en el tirón de los autores (unos 250 presentes sólo en Barcelona) y en que no llueva. Poco tecnológico.


No hay comentarios: