La mitad de los casos de Alzheimer en todo el mundo están asociados a siete factores de riesgo que podrían prevenirse: tabaco, sedentarismo, escasa actividad mental, hipertensión, diabetes, obesidad y depresión. Según una revisión de estudios publicada en 'Lancet Neurology', reducir esta lista en torno a un 25% podría evitar unos tres millones de afectados.
Los resultados que se desprenden de este trabajo "sugieren que simples cambios en el estilo de vida, tales como dejar de fumar y practicar más deporte, podrían tener un tremendo impacto en la prevención del Alzheimer y otras demencias", afirma Deborah Barnes, principal autora de este documento y profesora de Psiquiatría en la Universidad de California (San Francisco, EEUU).
Como refleja el artículo, en la actualidad hay 33,9 millones de personas con Alzheimer y se calcula que en los próximos 40 años, esta prevalencia se va a triplicar. Dadas las cifras y la ausencia de tratamientos preventivos y curativos, argumenta Barnes, "cada vez hay más interés por encontrar estrategias que puedan ser útiles en la prevención".
Después de repasar varios estudios y meta-análisis de la 'Library Cochrane', la investigadora Barnes y su compañera Kristine Yaffe, confirmaron un total de siete factores de riesgo modificables relacionados con el 51% de los casos de Alzheimer. Teniendo en cuenta su repercusión, esta lista podría ser una propuesta interesante, aunque para que realmente fuera útil, la población tendría que estar debidamente informada. Para ello, es decir, para reducir dichos factores de riesgo y, por lo tanto, disminuir los casos de Alzheimer, "tendrían que ponerse en marcha campañas para dejar de fumar y otras iniciativas de salud pública para incrementar la actividad física y mental a lo largo de la vida".
Una teoría dudosa
A pesar de tratarse de una revisión a gran escala, los autores reconocen que sus conclusiones están basadas en la asunción de una relación causal entre cada factor de riesgo y la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, "habría que confirmar si esta asunción es correcta".
Jacques Selmés, secretario de la Fundación Alzheimer España (FAE) y ex presidente de Alzheimer Europe, lo explica así: "Hay muchas publicaciones en revistas científicas sobre estos y otros factores de riesgo. Unos confirman la asociación con el Alzheimer y otros no encuentran significación estadística. Por esta razón, para aclarar este asunto, en 2010, la Agencia Nacional de Salud de EEUU hizo un análisis retrospectivo de unos 2.000 trabajos. Al final, concluyeron que no había evidencia científica certera para determinar los factores de riesgo de esta enfermedad neurodegenerativa".
En este punto, reflexiona el especialista, "¿vale la pena desarrollar una estrategia de prevención teniendo en cuenta información que aún no tiene base científica?".
20 años antes de los síntomas
Mientras tanto, también otros estudios, presentados en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer en París que se está celebrando estos días, revelan más datos relacionados con la prevención. Los científicos recuerdan que el Alzheimer heredado podría detectarse hasta 20 años antes de que la enfermedad se manifieste.
Detectar este problema con tanta antelación es una prioridad para los investigadores, ya que en fases más avanzadas, "los daños cerebrales están más extendidos y resultaría difícil o imposible reparar la memoria u otras habilidades mentales", señala Randall Bateman, de la facultad de Medicina de la Universidad de Washington (EEUU) y uno de los principales autores de una investigación internacional que se está desarrollando sobre las formas heredadas de Alzheimer.
Los primeros resultados (el estudio continúa en marcha) confirman lo que ya apuntaban las investigaciones realizadas con la forma esporádica de la enfermedad (factores de riesgo), es decir, que se observan cambios en los niveles de los marcadores biológicos (en el líquido cefalorraquídeo) años antes de que la demencia se haga evidente.
"Con los marcadores biológicos (fiables en el 80%-85% de los casos) y la resonancia magnética nuclear se puede predecir la enfermedad años antes de desarrollar Alzheimer, pero en la práctica clínica esto no sirve de nada si no tenemos tratamiento curativo o preventivo", aclara el investigador Selmés. "De momento, estas pruebas sólo se utilizan en ensayos clínicos".
Hasta el momento, añade Selmés, "la mayoría de los estudios se centran en personas con la forma esporádica de Alzheimer (que suponen el 99% de los casos)". Aquí está la novedad: el equipo de Randall Bateman está trabajando con afectados de Alzheimer hereditario (1%). "Se sabe que estas formas de la enfermedad modifican los genes. Quizás encuentren algo sobre el mecanismo de acción que ayude a avanzar en la prevención del Alzheimer 'esporádico'", concluye Selmés.
Este es el objetivo de Randall y su grupo de investigadores. "Puede que nuestra investigación sea útil para el Alzheimer más común".
No hay comentarios:
Publicar un comentario