Naciones Unidas, 2 abr (PL) Naciones Unidas está pendiente del impacto que la asunción de un nuevo gobierno en Haití tendrá sobre el futuro de su misión de cascos azules (Minustah), según un informe que circula hoy en la organización mundial.
La preocupación obedece a que los dos candidatos en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del pasado 20 de marzo propusieron en sus campañas el restablecimiento de una fuerza militar haitiana.
Se trata de Mirlande Manigat y Michel Martelly, de los partidos Reunión de Demócratas Progresistas Nacionalistas y Respuesta Campesina, respectivamente, pues uno de ellos será declarado presidente electo el próximo 16 de abril.
La incertidumbre de la ONU fue reconocida por su secretario general, Ban Ki-moon, en un reporte elaborado para el Consejo de Seguridad.
El texto sostiene la necesidad de aclarar "esa postura política" (la creación de una fuerza militar nacional) en los próximos meses, "especialmente en el contexto de su efecto sobre la presencia, el futuro y el mandato de la Minustah ".
No obstante, el titular de la ONU asegura que ese contingente continuará sus esfuerzos por "fortalecer a la Policía Nacional de Haití y aumentar su tamaño de conformidad con el mandato del Consejo de Seguridad".
El destacamento de la Minustah aumentó en tres mil 500 nuevos efectivos militares y policiales hasta un total de 12 mil en febrero del año pasado por decisión del Consejo de Seguridad luego del terremoto que asoló al país caribeño el 12 de enero de 2010.
Ban Ki-moon admite que la imagen de esa misión fue afectada de manera negativa por "la percepción pública" de que los casos azules de la ONU fueron responsables de la epidemia de cólera que estalló en octubre pasado.
Desde la aparición del virus, casi todas las miradas recayeron sobre un grupo de soldados nepaleses de ese contingente como causantes de la contaminación de las aguas del río Artibonite, donde apareció la cepa del Vibrio Cholerae.
La enfermedad ha provocado hasta ahora más de cuatro mil 700 muertos y afectado a casi 262 mil personas, según cifras del ministerio de Salud de Haití.
No obstante, el titular de la ONU insiste en que hasta ahora no se ha podido determinar la causa precisa del brote y recuerda que un equipo de expertos trabaja para establecer el origen de la epidemia.
En otro sentido, alerta que el nuevo gobierno haitiano heredará una serie de enormes problemas, agravados, entre otros factores, por una creciente desilusión de la población sobre la actual clase y liderazgo políticos y el orden económico y social de larga data.
Dentro de ese panorama, señala que el retorno del ex dictador Jean-Claude Duvalier llevó a primer plano "la turbulenta historia de violencia del país, patrocinada por el Estado" y anota la importancia de enjuiciar a los responsables de crímenes contra su propio pueblo.
Para Ban Ki-moon, el nuevo liderazgo debe tratar de curar las heridas de una sociedad profundamente polarizada y proporcionar empleo, educación y servicios a una población económicamente empobrecida.
El informe no entra en detalles sobre el cumplimiento de las promesas de ayuda por cinco mil 300 millones de dólares en dos años, y de nueve mil 900 millones en el decenio, hechas hace 12 meses en la ONU para la reconstrucción Haití.
La preocupación obedece a que los dos candidatos en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del pasado 20 de marzo propusieron en sus campañas el restablecimiento de una fuerza militar haitiana.
Se trata de Mirlande Manigat y Michel Martelly, de los partidos Reunión de Demócratas Progresistas Nacionalistas y Respuesta Campesina, respectivamente, pues uno de ellos será declarado presidente electo el próximo 16 de abril.
La incertidumbre de la ONU fue reconocida por su secretario general, Ban Ki-moon, en un reporte elaborado para el Consejo de Seguridad.
El texto sostiene la necesidad de aclarar "esa postura política" (la creación de una fuerza militar nacional) en los próximos meses, "especialmente en el contexto de su efecto sobre la presencia, el futuro y el mandato de la Minustah ".
No obstante, el titular de la ONU asegura que ese contingente continuará sus esfuerzos por "fortalecer a la Policía Nacional de Haití y aumentar su tamaño de conformidad con el mandato del Consejo de Seguridad".
El destacamento de la Minustah aumentó en tres mil 500 nuevos efectivos militares y policiales hasta un total de 12 mil en febrero del año pasado por decisión del Consejo de Seguridad luego del terremoto que asoló al país caribeño el 12 de enero de 2010.
Ban Ki-moon admite que la imagen de esa misión fue afectada de manera negativa por "la percepción pública" de que los casos azules de la ONU fueron responsables de la epidemia de cólera que estalló en octubre pasado.
Desde la aparición del virus, casi todas las miradas recayeron sobre un grupo de soldados nepaleses de ese contingente como causantes de la contaminación de las aguas del río Artibonite, donde apareció la cepa del Vibrio Cholerae.
La enfermedad ha provocado hasta ahora más de cuatro mil 700 muertos y afectado a casi 262 mil personas, según cifras del ministerio de Salud de Haití.
No obstante, el titular de la ONU insiste en que hasta ahora no se ha podido determinar la causa precisa del brote y recuerda que un equipo de expertos trabaja para establecer el origen de la epidemia.
En otro sentido, alerta que el nuevo gobierno haitiano heredará una serie de enormes problemas, agravados, entre otros factores, por una creciente desilusión de la población sobre la actual clase y liderazgo políticos y el orden económico y social de larga data.
Dentro de ese panorama, señala que el retorno del ex dictador Jean-Claude Duvalier llevó a primer plano "la turbulenta historia de violencia del país, patrocinada por el Estado" y anota la importancia de enjuiciar a los responsables de crímenes contra su propio pueblo.
Para Ban Ki-moon, el nuevo liderazgo debe tratar de curar las heridas de una sociedad profundamente polarizada y proporcionar empleo, educación y servicios a una población económicamente empobrecida.
El informe no entra en detalles sobre el cumplimiento de las promesas de ayuda por cinco mil 300 millones de dólares en dos años, y de nueve mil 900 millones en el decenio, hechas hace 12 meses en la ONU para la reconstrucción Haití.
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