Kuwait, 1 abr (PL) El emir de Kuwait, jeque Sabah Al Ahmad Al Sabah, aceptó hoy la renuncia del gobierno, provocada para evitar una interpelación parlamentaria a tres ministros sobre la postura de este país ante las revueltas de Bahrein.
La agencia oficial de noticias KUNA señaló que la dimisión el jueves del gabinete se debió a "recientes acontecimientos locales" y a las "negativas secuelas en la estabilidad, seguridad y unidad del país", aunque declinó abundar en detalles.
Diputados de la oposición relacionaron la renuncia con un intento de tres ministros del gobierno, miembros de la familia real Al Sabah, de evitar la interpelación sobre porqué Kuwait no contribuyó con tropas a sofocar las protestas chiitas en Bahrein.
Alrededor de mil soldados de Arabia Saudita y 500 policías de los Emiratos Árabes Unidos fueron emplazados en la pequeña isla a mediados de marzo a petición del rey bahrainí Hamad Bin Isa Al Khalifa y por decisión del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) Pérsico.
Fuentes regionales aseguraron que Kuwait había contribuido al patrullaje de las costas de Bahrein con varios barcos militares, pero declinó enviar hombres.
Los ministros presentaron su renuncia al primer ministro, quien a su vez la remitió al emir, explicó una fuente parlamentaria, mientras el periódico Al Watan, propiedad de un integrante de la parentela del emir, opinó que la interpelación podría "provocar sectarismo".
El diputado opositor chiita Saleh Ashour pretendió preguntar a representantes del Ejecutivo sobre la posición respecto a las protestas en Manama, luego de asegurar que había sido insultado durante un debate televisivo en Bahrein por su apoyo a los manifestantes contra el rey.
Kuwait también se unió a las acusaciones de Bahrein a Irán por su supuesta interferencia en asuntos de los gobiernos musulmanes sunnitas en países árabes del Golfo, a favor de las comunidades chiitas, confesión del Islam predominante en la nación persa.
Dentro de las viejas disputas entre árabes y persas en el Golfo, este emirato anunció ayer la expulsión de un grupo de diplomáticos iraníes por presuntos vínculos con una red de espías que data de la invasión estadounidense de Iraq, en 2003, complot negado por Teherán.
Por otro lado, se espera que el emir Al Sabah encargue nuevamente la formación de otro Ejecutivo al primer ministro, jeque Nasser Al Mohammad Al Sabah, quien en enero salió ileso de una sesión de preguntas en la asamblea legislativa de 50 diputados.
La agencia oficial de noticias KUNA señaló que la dimisión el jueves del gabinete se debió a "recientes acontecimientos locales" y a las "negativas secuelas en la estabilidad, seguridad y unidad del país", aunque declinó abundar en detalles.
Diputados de la oposición relacionaron la renuncia con un intento de tres ministros del gobierno, miembros de la familia real Al Sabah, de evitar la interpelación sobre porqué Kuwait no contribuyó con tropas a sofocar las protestas chiitas en Bahrein.
Alrededor de mil soldados de Arabia Saudita y 500 policías de los Emiratos Árabes Unidos fueron emplazados en la pequeña isla a mediados de marzo a petición del rey bahrainí Hamad Bin Isa Al Khalifa y por decisión del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) Pérsico.
Fuentes regionales aseguraron que Kuwait había contribuido al patrullaje de las costas de Bahrein con varios barcos militares, pero declinó enviar hombres.
Los ministros presentaron su renuncia al primer ministro, quien a su vez la remitió al emir, explicó una fuente parlamentaria, mientras el periódico Al Watan, propiedad de un integrante de la parentela del emir, opinó que la interpelación podría "provocar sectarismo".
El diputado opositor chiita Saleh Ashour pretendió preguntar a representantes del Ejecutivo sobre la posición respecto a las protestas en Manama, luego de asegurar que había sido insultado durante un debate televisivo en Bahrein por su apoyo a los manifestantes contra el rey.
Kuwait también se unió a las acusaciones de Bahrein a Irán por su supuesta interferencia en asuntos de los gobiernos musulmanes sunnitas en países árabes del Golfo, a favor de las comunidades chiitas, confesión del Islam predominante en la nación persa.
Dentro de las viejas disputas entre árabes y persas en el Golfo, este emirato anunció ayer la expulsión de un grupo de diplomáticos iraníes por presuntos vínculos con una red de espías que data de la invasión estadounidense de Iraq, en 2003, complot negado por Teherán.
Por otro lado, se espera que el emir Al Sabah encargue nuevamente la formación de otro Ejecutivo al primer ministro, jeque Nasser Al Mohammad Al Sabah, quien en enero salió ileso de una sesión de preguntas en la asamblea legislativa de 50 diputados.
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