Damasco, 27 abr (PL) El gobierno sirio desplegó hoy más soldados en el suburbio capitalino de Douma con el argumento de garantizar la seguridad, mientras rechazó acusaciones de represión a manifestantes y difundió confesiones de detenidos sobre alegados complots subversivos.
Consejo de Seguridad continúa análisis sobre Siria
Cientos de uniformados con armamento y material antimotines ingresaron a la localidad esta madrugada a bordo de autobuses blancos con la misión de unirse a otros dos mil desplegados el martes para impedir que agitadores alteren la estabilidad.
Las autoridades indicaron que se establecieron puestos de vigilancia y retenes para verificar documentos de identidad en los accesos de Douma, pero los opositores al presidente Bashar Al-Assad denunciaron actos de intimidación y arrestos masivos allí y en la sureña Deraa.
Los medios oficiales reiteraron que el despliegue de policías apoyados por el Ejército responde a pedidos de los habitantes de Douma y de Deraa, en la frontera con Jordania, para impedir ataques de "bandas criminales armadas".
Un comunicado del Ejército sirio difundido por la agencia oficial de noticias SANA y la televisión estatal aseguró que continuó la captura de "grupos armados y extremistas en Deraa que habían atacado posiciones militares, cortado carreteras e intimidado a transeúntes".
Ambos medios señalaron tres soldados murieron y otros 15 resultaron heridos en esas acciones, y SANA reportó en las últimas horas funerales de 15 soldados y policías cuyos cadáveres fueron trasladados desde el hospital militar de Tishreen en procesiones de respaldo al gobierno.
Igualmente se informó que en Dera perecieron o resultaron lesionados varios elementos tildados de "terroristas fundamentalistas", a la vez que se capturó a miembros de cédulas radicales a quienes se les incautó gran cantidad de armas y municiones.
La televisión oficial siria trasmitió anoche las confesiones de Mustafa Ben Youssef Khalifa Ayash, identificado como integrante de una célula islamista en Deraa, a quien algunos religiosos convencieron de que "quienes nos atacan son sionistas y quienes mueren son mártires".
Añadió que le pagaron 50 mil libras sirias como adelanto de un millón de libras (unos 21 mil dólares) prometido para que alentara a la "jihad" (guerra santa) contra el gobierno, según la trasmisión que mostró numerosas armas y municiones confiscadas.
Las autoridades indicaron que se establecieron puestos de vigilancia y retenes para verificar documentos de identidad en los accesos de Douma, pero los opositores al presidente Bashar Al-Assad denunciaron actos de intimidación y arrestos masivos allí y en la sureña Deraa.
Los medios oficiales reiteraron que el despliegue de policías apoyados por el Ejército responde a pedidos de los habitantes de Douma y de Deraa, en la frontera con Jordania, para impedir ataques de "bandas criminales armadas".
Un comunicado del Ejército sirio difundido por la agencia oficial de noticias SANA y la televisión estatal aseguró que continuó la captura de "grupos armados y extremistas en Deraa que habían atacado posiciones militares, cortado carreteras e intimidado a transeúntes".
Ambos medios señalaron tres soldados murieron y otros 15 resultaron heridos en esas acciones, y SANA reportó en las últimas horas funerales de 15 soldados y policías cuyos cadáveres fueron trasladados desde el hospital militar de Tishreen en procesiones de respaldo al gobierno.
Igualmente se informó que en Dera perecieron o resultaron lesionados varios elementos tildados de "terroristas fundamentalistas", a la vez que se capturó a miembros de cédulas radicales a quienes se les incautó gran cantidad de armas y municiones.
La televisión oficial siria trasmitió anoche las confesiones de Mustafa Ben Youssef Khalifa Ayash, identificado como integrante de una célula islamista en Deraa, a quien algunos religiosos convencieron de que "quienes nos atacan son sionistas y quienes mueren son mártires".
Añadió que le pagaron 50 mil libras sirias como adelanto de un millón de libras (unos 21 mil dólares) prometido para que alentara a la "jihad" (guerra santa) contra el gobierno, según la trasmisión que mostró numerosas armas y municiones confiscadas.
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