Los técnicos de la Conselleria de Medio Ambiente y de l'Oceanogràfic han avistado frente al litoral de Sagunto un ejemplar de Yubarta (Megaptera novaengliae), también conocida como ballena jorobada, y seis ejemplares de rorcual común.
Este hallazgo se produjo de manera ocasional tras el aviso de un pescador de la Cofradía de Burriana, que localizó un ejemplar de rorcual común enredado en una red de trasmallo a 8 millas de la costa de Sagunto, lo que activó el protocolo de varamientos de la Comunitat, informa la Generalitat .
En el operativo participó, además de la Conselleria de Medio Ambiente, l'Oceanográfic y el Servicio Marítimo de la Guardia Civil de Valencia, con el grupo especial de actividades subacuáticas (GEAS).
Una vez alcanzadas las coordenadas facilitadas por el pescador, los técnicos observaron el soplido de un gran cetáceo y comprobaron que se trataba de una ballena yubarta o jorobada, una especie muy extraña en aguas del Mediterráneo.
15 avistamientos en 200 años
El animal se comportaba con normalidad, lo que hizo suponer que no se trataba de la ballena avistada por el patrón, y se prosiguió la búsqueda hasta que, a 3 millas, se divisó una nueva ballena aislada y un grupo de otras tres, esta vez de rorcual común, al que se unieron otros dos ejemplares más tarde.
El avistamiento de ballena Yubarta es una observación muy rara, ya que en los últimos 200 años sólo se han registrado 15 en todo el Mediterráneo.
En España, esta especie ha sido observada en Baleares, Cataluña, Málaga y en la Bahía de Algeciras, donde hace poco más de un mes se pudo ver una hembra adulta con su cría.
En verano de 2010 se avistó por primera vez dos ejemplares en la reserva marina del cabo de San Antonio, en Dénia, que se dirigían nadando activamente rumbo al sur.
La toma de fotografías de las aletas caudales en Cabrera y en Tarragona permitió concluir que se podía tratar del mismo animal que iba siguiendo una ruta paralela a la costa en dirección al Estrecho.
Incursiones en el Mediterráneo
La Yubarta es una especie protegida que habita en todos los océanos del mundo, pero que rara vez se adentra en la cuenca mediterránea.
A partir de los años 90 se ha incrementado el número de avistamientos, posiblemente debido al aumento de la población del Atlántico Norte y al incremento en el número de observadores de cetáceos.
La ballena jorobada tiene una longitud de 12 a 16 metros, dos largas aletas pectorales y protuberancias de su cabeza que la hacen fácilmente reconocible.
Son animales muy acrobáticos, que realizan muy a menudo saltos y aleteos, y los machos emiten canciones muy complejas que pueden durar de 10 a 20 minutos y son repetidos durante horas, apuntan las mismas fuentes.
En el Atlántico, esta especie se encuentra en verano desde el norte de Irlanda hasta el Ártico donde se alimentan de krill y pequeños peces, mientras que en invierno migran hacia las zonas de invernada del Caribe, y en pequeño número a Cabo Verde.
Esta especie fue objeto de la caza de ballenas durante décadas, lo que provocó que se redujera en un 90% su población, que fue considerada en peligro de extinción en 1986. Actualmente, la población está recuperándose y se estima una población mundial total de 60.000 animales.
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