Texas se ha convertido en el tercer estado en autorizar el uso de un sedante para animales para ejecutar a los presos. La decisión de recurrir al polémico pentobarbital -usado ya en dos recientes ejecuciones en Oklahoma y Ohio- se debe a las dificultades para obtener el barbitúrico que se usaba hasta ahora en la inyección letal, el tiopental sódico, cuya exportación ha sido prohibida desde Italia.
La decisión de Texas, responsable de casi la mitad de las ejecuciones en Estados Unidos (450 en los últimos 25 años), ha provocado el rechazo fulminante de la compañía norteamericana Lundbeck, fabricante del pentorbarbital, utilizado principalmente hasta la fecha para practicar la eutanasia en animales.
"Lundbeck no aprueba el uso del pentobarbital o cualquier otro fármaco para la aplicación de la pena capital", puede leerse en un comunicado hecho público por la compañía y remitido a las autoridades de Texas, Oklahoma y Ohio. Luncbeck aseguró que está estudiando los mecanismos legales para evitar que el pentobarbital pueda ser adquirido por los Departamentos de Prisiones de los tres estados.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha autorizado el uso del barbitúrico en humanos y hasta ahora se ha utilizado -en pequeñas dosis- en el tratamiento de ataques de epilepsia. Su principal uso, sin embargo, sigue siendo en animales. Lundbeck comercializa el medicamento con el nombre de Nembutal y el año pasado facturó 25 millones de dólares en ventas.
Los problemas de suministro de los tres ingredientes usados habitualmente en la inyección letal -tiopental sódico, bromuro de pancuronio y cloruro de potasio- están poniendo en graves dificultades a algunos de los 34 estados donde está en vigor la pena capital. La FDA ha decidido incautar esta misma semana un envío de tiopental sódico importado ilegalmente por el estado de Georgia a través de un fabricante en Gran Bretaña.
El número de estados donde está abolida la pena de muerte -16 tras la reciente incorporación de Illinois- podría mientras tanto incrementarse este año a 19. Al menos tres estados -Connecticut, Maryland y Montana- se están planteando la abolición.
En Connecticut, el gobernador Dannel Malloy, contrario a la pena capital, ha mostrado su disposición a respaldar la iniciativa legislativa que ya proponía el fin de la pena de muerte en el estado en 2009 (vetada en su día por la entonces gobernadora Jodi Rell).
Montana acaba de celebrar esta semana la Conferencia de la Abolición, mientras el Senado local debate la Proposición 185, que pretende la sustitución de la pena de muerte por la cadena perpetua sin posibilidad de atenuación de la pena.
En Maryland, donde está en vigor una moratoria temporal, la voz de un preso exonerado por la prueba del ADN, Kirk Bloodsworth, ha podido escucharse esta semana en el comité judicial de la Asamblea local donde se debate también la abolición de la pena capital, que cuenta de antemano con el respaldo del gobernador demócrata Martin O'Malley.
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