Siete camiones de bomberos han comenzado a disparar 50 toneladas de agua sobre la piscina donde se alojan las barras de combustible del reactor 3, después de que este jueves helicópteros de las Fuerzas Aéreas vertieran hasta 64 toneladas de agua para intentar controlar la temperatura del reactor que más preocupa a las autoridades.
Se trata de una misión sin precedentes, según el portavoz de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, Yukiya Amano, para enfriar el reactor, al tiempo que se intenta reactivar la energía eléctrica con cables externos para ayudar al sistema de refrigeración.
Desde que el pasado viernes Japón se vio sacudido por un terremoto y el posterior tsunami, se perdió todo el suministro eléctrico interior y exterior en los reactores de la central. Al fallar los sistemas de refrigeración, los reactores comenzaron a calentarse y empezó la pesadilla de Fukushima.
Los camiones se acercan por turnos al reactor en intervalos de cinco a diez minutos y lo rocían con agua durante varios segundos, antes de alejarse de nuevo para dar paso a la siguiente ronda.
Además el Departamento de Bomberos de Tokio está preparado para participar en la misión en la planta de Fukushima con 30 camiones capaces de descargar grandes cantidades de agua a lugares altos y unos 140 bomberos de élite, especialistas en rescate, están también listos para actuar.
Este viernes, el ministro de Defensa Toshimi Kitazawa informó que los helicópteros del Ejército no serán utilizados de nuevo como parte del operativo debido a que la actuación por aire sería demasiado peligrosa.
Dados los elevados niveles de radiación, no está permitido que los helicópteros permanezcan mucho tiempo sobrevolando el lugar. Esto llevaba a que se vieran obligados a descargar el agua muy rápidamente y se hacía muy difícil dar con el objetivo, indicó la cadena NHK.
Pese a ello, los niveles de radiación de la planta nuclear habían descendido hoy después de las operaciones de ayer, según la Agencia de Seguridad Nuclear nipona.
El rector número 3 tiene problemas con la piscina de almacenamiento de combustible, ante el descenso del agua que lo cubre para impedir su sobrecalentamiento.
Aunque las operaciones de ayer, jueves, lograron introducir líquido en la piscina, los responsables de la central consideran que el nivel todavía es demasiado bajo y existe la posibilidad de que suba la temperatura.
El combustible nuclear debe estar cubierto de líquido refrigerante para que no se caliente. Si no, las barras que contienen el material nuclear (uranio o, en el caso del 3, también plutonio) comienzan a 'derretirse' hasta que se produce la fusión del núcleo, con grandes emisiones de radiactividad. Se teme que en algunos reactores ya haya podido iniciarse la fusión parcial del núcleo.
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