.

.

domingo, 24 de enero de 2010

Alemania: la poliédrica locomotora de Europa revive

Alemania poliédrica, ambivalente, desconcertante. La mayor economía de Europa ha dado un rugido, ensordecedor para el casi todo el resto del continente: "Sigo siendo yo, la locomotora, que no se os olvide".

Los datos lo prueban. Ha logrado dos trimestres consecutivos de mejoría en su PIB y el Bundesbank (Banco Nacional alemán) ha revisado al alza sus estimaciones de crecimiento para 2010, hasta el 1,6%. Considera que las perspectivas de los dos próximos años de la primera economía europea "se han iluminado de manera perceptible".

La clave de esta fortaleza está en la recuperación de las exportaciones -la demanda ha crecido un 10%- y en la capacidad para seguir caminando sin las muletas de las ayudas estatales.

"Tanto en Europa como en Alemania es el momento de ir hacia adelante, aunque desde el punto de vista de las tasas de crecimiento se observa que es un movimiento lento. Va a ser un camino lleno de obstáculos. La economía va a sufrir el 'mono' de las ayudas políticas y habrá que ver si después logrará mantener un crecimiento sostenible", afirma la directora de economía y políticas europeas del Deutsche Bank, Barbara Böttcher.

Y si es cierto que Alemania ha salido aparentemente victoriosa de su peor recesión después de la Segunda Guerra Mundial, también lo es que le ha salido caro. En el mes de enero se aprobó un segundo paquete de ayudas económicas que incluía rebajas fiscales, más inversión pública, menos cotizaciones y unos particulares plan Prever y 'cheque bebé'. En total, casi 50.000 millones de euros entre 2009 y 2010.

Los Veintisiete quintuplicaron en 2008 la concesión de ayudas estatales respecto al año anterior (279.600 millones de euros), sobre todo en los intentos de estabilizar el sector financiero. Un informe de la Comisión Europea especifica que Alemania ha sido el país que más dinero ha dedicado: sin contar las medidas contra la crisis financiera, 15.700 millones (el 23% del total de la UE). Además, hay que recordar la inyección coordinada de unos 200.000 millones de euros pactados hace alrededor de un para hacer frente a la recesión en el Viejo Continente.

¿Copiar es de sabios?

Como explica Wilfried Kurtzke, economista del departamento de Economía, Tecnología y Medio ambiente del mayor sindicato alemán, IG-Metall (2,5 millones de afiliados), habría habido despidos masivos de no ser por herramientas como, entre otras, las jornadas reducidas con ayudas para los trabajadores (el 'modelo alemán' que España quiere importar a partir de este mes de enero).

Kurtzke cree que la crisis ha marcado el "retorno a la política económica", necesaria para mantener la estabilidad actual.

El profesor Hans-Helmut Kotz, miembro del Comité Ejecutivo del Deutsche Bundesbank destaca que aunque en España el asunto está recientemente en boga, en Alemania, durante los últimos 15 años se han ido reduciendo este tipo de ayudas.

"No se trata de la influencia del Estado. En cierto modo, se ha producido una desregularización de la estabilización en la flexibilidad del mercado, es decir, se han limitado este tipo de ayudas por lo que ha aumentado la necesidad de buscar trabajo rápidamente. De lo que se trata es de que esta reducción de jornada, en caso de recesión, evite que las personas pierdan directamente su puesto de trabajo, sino que exista un puente hacia la nueva fase de progresión".

Del lado negativo, Barbara Böttcher afirma que "si las ayudas se alargan durante mucho tiempo esto puede frenar la flexibilización del mercado de trabajo". Explica que los cambios estructurales del mercado que sean necesarios se ralentizarán o no se harán.

Clave: la formación de los trabajadores

Además, explica que las ayudas van también destinadas a la formación de trabajadores para aumentar su cualificación para nuevos puestos. "Hemos tenido un aumento en el porcentaje de empleo también desde que se instauró este programa en 2003-2004. Desde entonces el nivel de empleo ha aumentado en 1.500.000 personas. Y a esto ha ayudado laflexibilidad de nuestro mercado".

Esto le cuesta al Estado alemán entre 5.000 y 6.000 millones de euros al año Para Böttcher, el nivel de formación y cualificación de los trabajadores son aspectos clave.

"En Alemania tenemos un sistema de formación en el que se invierte mucho dinero, mientras que en España vemos que hay un importante nivel de paro juvenil. Otro de los problemas de España es su excesiva concentración en el sector inmobiliario. Ahora hay que redefinir hacia qué sectores formar a la juventud".

Desde la Organización Internacional del Trabajo (OIT) advierten que retirar los incentivos antes de tiempo podría retrasar durante años la recuperación del empleo y expulsar a 43 millones de personas definitivamente del mercado laboral.

De hecho, en Alemania y España se ha producido un descenso similar de la productividad, pero aquí el desempleo ha vivido un aumento mucho mayor porque se han utilizado ese tipo de medidas para mantener el empleo y ya que la crisis se ha centrado allí en un sector específico, el de la construcción.

Hans-Helmut Kotz subraya que es precisamente la orientación de la economía hacia el sector exterior lo que le ha ayudado a sanearse más rápido. Además, alaba el trabajo del Banco Central Europeo (BCE) para lograr unos precios del euro estables, lo que le asegura a la industria alemana mayor poder competitivo.

¿Y después de las ayudas?

Sobre la dependencia de las ayudas externas al sistema, el profesor parece no tener miedo. "Las ayudas en Alemania existen desde hace 15 años, es más, ahora se ha reducido el dinero que se le daba a los desempleados y se han endurecido las condiciones para percibir subsidios. De este modo, los empresarios han logrado que la tasa de empleo haya aumentado en 1,5 millones de personas", explica.

Además, Kotz es optimista en cuanto al consumo privado. "Los pronósticos dicen que es bastante sostenible. Hay que tener en cuenta que en Alemania, desde los años noventa, el consumo es conservador, representan alrededor del 56-57% del PIB, un nivel más bajo que en otros países".

Alemania ha tratado de estimular el gasto por todos los medios. La canciller alemana Angela Merkel ha defendido a capa y espada los planes de rebajas fiscales a pesar de contar con la oposición de sus propios asesores económicos y del elevado endeudamiento del país.

También ha apoyado las ayudas al sector del automóvil, una cuestión espinosa. Unas de las voces críticas es la de Barbara Böttcher quien mientras celebra que se ayudara a salvar al sector financiero porque su derrumbe hubiera sido más caro y pernicioso para los ciudadanos, dice no entender por qué se subvenciona el motor cuando existen otros competidores que pueden entrar en el mercado. "Esto sí que representa algo más caro para los ciudadanos, que están pagando con sus impuestos las ayudas a estas empresas".

El país, contando con su población inmigrante, ha sorteado el bache. Su resistencia le afianza en la cabeza de la Unión Europea.

No hay comentarios: