Beijing, 22 sep (PL) Las relaciones entre China y Estados Unidos muestran hoy renovadas tensiones ante el anuncio de otra venta de armas a Taiwan, fuertemente protestada por Beijing, que la califica de violación de compromisos hechos por Washington.
El alcance del paso de la Casa Blanca puede inferirse de las declaraciones del vicecanciller Zhang Zhijun: El mal proceder de la parte estadounidense socavará inevitablemente los vínculos bilaterales, así como los intercambios y la cooperación en las áreas militar y de seguridad.
Zhang se refirió así a los efectos que el nuevo paquete de armamento, valorado en cinco mil 852 millones de dólares, tendrá en los nexos entre ambas potencias. La entrega incluye una modernización de aviones caza F-16/B.
Las reacciones de Beijing fueron inmediatas. El citado viceministro de Relaciones Exteriores convocó al embajador de Estados Unidos en China, Gary Locke, a quien comunicó la enérgica protesta de su gobierno.
Igual rechazo expresó a autoridades de la otra parte el jefe de la misión diplomática china en Washington, Zhang Yesui.
EL agregado militar interino de la Casa Blanca aquí también fue informado del repudio del gigante asiático por el vicejefe del Departamento de Asuntos Exteriores del Ministerio de Defensa, Guan Youfei.
La mencionada cartera advirtió por medio del vocero Geng Yansheng que la nueva venta de armas crea serios obstáculos para el desarrollo de los vínculos militares entre los dos países.
Como en ocasiones anteriores, el gigante asiático señaló que tal acción además interfiere de manera severa en sus asuntos internos y socava la seguridad nacional, en tanto perjudica la reunificación pacífica de China y atenta contra el principio de construir una asociación de cooperación entre ambas naciones.
Recordó que la decisión del gobierno del Presidente Barack Obama viola lo estipulado por los tres comunicados conjuntos sobre el desarrollo de estas relaciones.
Por tratarse de un tema asociado a la soberanía e integridad territorial de este país, reconocido también como el más sensible en los nexos Washington-Beijing, el portavoz de la Cancillería Ma Zhaoxu reafirmó una posición bien conocida: solo hay una China en el mundo y Taiwan es parte integral del territorio chino.
Con este nuevo capítulo las relaciones bilaterales reviven las tensiones de otros tiempos, luego de ceder a principios de año cuando el presidente Hu Jintao realizó una visita oficial a Estados Unidos.
En los resultados de ese viaje fueron frecuentes las palabras acuerdos y coincidencias, como pronóstico de una mejora en los vínculos amparada además en el compromiso de forjar una asociación de cooperación basada en el respeto y beneficio mutuos.
Pero la historia previa a esa visita se repite, a pesar de los reiterados llamados a poner fin a esas entregas.
En enero de 2010 Washington anunció una venta de armas por valor de seis mil 400 millones de dólares a Taiwan y los nexos se enfriaron a partir de entonces, incluida la suspensión de los contactos militares.
Si en meses recientes estas relaciones registraron avances, apreciables en visitas como las del Jefe del Estado Mayor Conjunto, Mike Mullen, y su homólogo, Chen Bingde, a las que se sumó la del vicepresidente, Joseph Biden, en agosto, ahora dan un paso atrás.
Y el retroceso debe ser mayor al que suelen causar las frecuentes tensiones comerciales entre las dos principales economías del mundo, a juzgar por la historia y las protestas de China.
El alcance del paso de la Casa Blanca puede inferirse de las declaraciones del vicecanciller Zhang Zhijun: El mal proceder de la parte estadounidense socavará inevitablemente los vínculos bilaterales, así como los intercambios y la cooperación en las áreas militar y de seguridad.
Zhang se refirió así a los efectos que el nuevo paquete de armamento, valorado en cinco mil 852 millones de dólares, tendrá en los nexos entre ambas potencias. La entrega incluye una modernización de aviones caza F-16/B.
Las reacciones de Beijing fueron inmediatas. El citado viceministro de Relaciones Exteriores convocó al embajador de Estados Unidos en China, Gary Locke, a quien comunicó la enérgica protesta de su gobierno.
Igual rechazo expresó a autoridades de la otra parte el jefe de la misión diplomática china en Washington, Zhang Yesui.
EL agregado militar interino de la Casa Blanca aquí también fue informado del repudio del gigante asiático por el vicejefe del Departamento de Asuntos Exteriores del Ministerio de Defensa, Guan Youfei.
La mencionada cartera advirtió por medio del vocero Geng Yansheng que la nueva venta de armas crea serios obstáculos para el desarrollo de los vínculos militares entre los dos países.
Como en ocasiones anteriores, el gigante asiático señaló que tal acción además interfiere de manera severa en sus asuntos internos y socava la seguridad nacional, en tanto perjudica la reunificación pacífica de China y atenta contra el principio de construir una asociación de cooperación entre ambas naciones.
Recordó que la decisión del gobierno del Presidente Barack Obama viola lo estipulado por los tres comunicados conjuntos sobre el desarrollo de estas relaciones.
Por tratarse de un tema asociado a la soberanía e integridad territorial de este país, reconocido también como el más sensible en los nexos Washington-Beijing, el portavoz de la Cancillería Ma Zhaoxu reafirmó una posición bien conocida: solo hay una China en el mundo y Taiwan es parte integral del territorio chino.
Con este nuevo capítulo las relaciones bilaterales reviven las tensiones de otros tiempos, luego de ceder a principios de año cuando el presidente Hu Jintao realizó una visita oficial a Estados Unidos.
En los resultados de ese viaje fueron frecuentes las palabras acuerdos y coincidencias, como pronóstico de una mejora en los vínculos amparada además en el compromiso de forjar una asociación de cooperación basada en el respeto y beneficio mutuos.
Pero la historia previa a esa visita se repite, a pesar de los reiterados llamados a poner fin a esas entregas.
En enero de 2010 Washington anunció una venta de armas por valor de seis mil 400 millones de dólares a Taiwan y los nexos se enfriaron a partir de entonces, incluida la suspensión de los contactos militares.
Si en meses recientes estas relaciones registraron avances, apreciables en visitas como las del Jefe del Estado Mayor Conjunto, Mike Mullen, y su homólogo, Chen Bingde, a las que se sumó la del vicepresidente, Joseph Biden, en agosto, ahora dan un paso atrás.
Y el retroceso debe ser mayor al que suelen causar las frecuentes tensiones comerciales entre las dos principales economías del mundo, a juzgar por la historia y las protestas de China.
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