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miércoles, 9 de marzo de 2011

El Gobierno peruano sabía que su madera exportada procedía de talas ilegales


El Gobierno peruano sabía que entre el 70 y el 90% de sus exportaciones de maderas nobles procedían de la tala ilegal de árboles pero no tomó medidas para intentar acabar con esta situación. Así se desprende de un cable filtrado por la página web Wikileaks, que en los últimos meses ha hecho públicos miles de documentos confidenciales de EEUU.

El documento filtrado es un telegrama que en 2005 envió el entonces embajador estadounidense en Perú, James Strubble. En el cable, el diplomático pone de manifiesto las irregularidades y la mala administración de las selvas y bosques de Perú, que siguen siendo el hogar de las cada vez más amenazadas comunidades indígenas, según denuncia la organización Survival International.

Asimismo, el embajador sugiere que las autoridades peruanas sabían que las maderas nobles procedentes de la tala ilegal estaban siendo "blanqueadas" mediante la expedición de certificados falsos que garantizaban que procedían de talas controladas.

EEUU, principal importador

En el año 2005, EEUU importó el 88% de la madera exportada por Perú por lo que fueron empresas estadounidenses las que compraron la mayor parte de la mercancía ilegal.

Según Survival International, varias compañías como Home Depot, Lumber Liquidators y Lowe´s han confirmado que utilizan madera peruana para la fabricación de sus productos. "El problema es que para las empresas es casi imposible saber de dónde proviene la madera porque los certificados están siendo falsificados", explica Rebecca Spooner, una de las responsables de la campaña que la organización lleva a cabo en Perú. "Lo único que podemos recomendar es que evitan comprar madera de Perú hasta que las autoridades locales vigilen el proceso y se pueda garantizar el origen de las maderas", añade en conversación telefónica con ELMUNDO.es. La activista recalca, no obstante, que parte de la madera exportada es legal pero el sistema actual es muy manipulable y las autoridades deben esforzarse por recuperar su credibilidad.

La tala de caoba amenaza a los indígenas en el sureste de Perú. | Survival International.

La tala de caoba amenaza a los indígenas en el sureste de Perú. | Survival International.

La creciente demanda en los países occidentales de maderas nobles, como la caoba o el cedro, está contribuyendo de manera decisiva a la deforestación de la Amazonía, uno de los pulmones del planeta. Diversas instituciones locales emiten certificados para orientar a los consumidores y diferenciar la madera procedente de talas controladas de aquella que se obtiene de forma ilegal.

El Gobierno lo niega

El Gobierno peruano ha reaccionado a la filtración de Wikileaks asegurando que los hechos denunciados por Survival International pertenecen al pasado. Tras conocerse el contenido del telegrama, el ministro de Medio Ambiente, Antonio Brack, aseguró que "cada caoba que se tala hoy está georreferenciada y controlada", según recoge el diario peruano 'La República': "El Ministerio del Ambiente es la autoridad científica que autoriza qué caobas y dónde se va a talar", afirmó el ministro, que insistió en que casi el 100% de la tala de caoba está bajo control y de existir tala ilegal, ésta sería en pequeños porcentajes.

Survival International, sin embargo, asegura que tienen pruebas actuales de que compañías madereras ilegales siguen talando árboles sin control en el sureste de Perú.

Indígena de la Reserva Murunahua, invadida por madereros ilegales. | C. F. / U. Amazon Cons.

Indígena de la Reserva Murunahua, invadida por madereros ilegales. | C. F. / U. Amazon Cons.

De hecho, las organizaciones Upper Amazon Conservancy (UAC) y Survival documentaron el pasado año que los madereros se han infiltrado en áreas protegidas en las que viven indígenas que no han sido contactados y que son especialmente vulnerables a las enfermedades que pueden transmitirles los intrusos. La Reserva Murunahuay el Parque Nacional del Alto Purús, según denuncian, son algunas de las zonas que están siendo invadidas y saqueadas por los madereros ilegales.

Rebecca Spooner admite que el Gobierno ha llevado a cabo algunas medidas para detener la tala ilegal, como sobrevuelos en la selva o la instalación de puestos de vigilancia. Sin embargo, considera que sus acciones han resultado claramente insuficientes para proteger y garantizar la supervivencia de las tribus indígenas, que también están amenazadas por las nuevas prospecciones de petróleo autorizadas en sus tierras.

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