Londres, 8 mar (PL) Los daños a causa de un sismo que sacudió el 22 de febrero a la ciudad neozelandesa de Christchurch, fueron captados por un satélite japonés, cuyos datos pueden predecir riesgos de futuros temblores, difundieron hoy sismólogos británicos.
Las imágenes de radar del satélite nipón Alos trazaron las deformaciones en el terreno causadas por el sismo de 6,3 grados que sucedió a uno anterior de 7,1 grados ocurrido en septiembre del 2010.
El interferograma de radar, nombre que recibe ese tipo de imágenes, muestra que el epicentro del terremoto se registró debajo de los suburbios del sureste de esa región asentada sobre un llano aluvial lo que incrementa los efectos destructivos de cualquier sacudida.
Las informaciones que proporcione Alos son importantes para comprender mejor los futuros riesgos sísmicos en Christchurch, explicaron científicos de la Universidad de Oxford.
Debajo de Christchurch se aprecia un hundimiento que en parte ocurrió por la licuefacción, pero fundamentalmente por la deformación de la tierra cuando se rompe, explicó John Elliott, del Centro para la Observación y el Modelado de Terremotos y Tectónica (COMET, por sus siglas en inglés) de Oxford.
La licuefacción, explicaron los científicos, equivale a un derrumbe lateral de tierra durante un sismo.
Según los sismólogos, Christchurch se halla sobre una falla ciega, llamada así porque existen pocos indicios de su existencia en la superficie.
El interferograma de radar de la ciudad neocelandesa presenta algunas irregularidades porque existen áreas donde faltan las franjas debido a la ruta del satélite, cuya técnica no funciona sobre el agua.
Otros factores pueden ser el crecimiento de la vegetación o la licuefacción.
Las imágenes de radar del satélite nipón Alos trazaron las deformaciones en el terreno causadas por el sismo de 6,3 grados que sucedió a uno anterior de 7,1 grados ocurrido en septiembre del 2010.
El interferograma de radar, nombre que recibe ese tipo de imágenes, muestra que el epicentro del terremoto se registró debajo de los suburbios del sureste de esa región asentada sobre un llano aluvial lo que incrementa los efectos destructivos de cualquier sacudida.
Las informaciones que proporcione Alos son importantes para comprender mejor los futuros riesgos sísmicos en Christchurch, explicaron científicos de la Universidad de Oxford.
Debajo de Christchurch se aprecia un hundimiento que en parte ocurrió por la licuefacción, pero fundamentalmente por la deformación de la tierra cuando se rompe, explicó John Elliott, del Centro para la Observación y el Modelado de Terremotos y Tectónica (COMET, por sus siglas en inglés) de Oxford.
La licuefacción, explicaron los científicos, equivale a un derrumbe lateral de tierra durante un sismo.
Según los sismólogos, Christchurch se halla sobre una falla ciega, llamada así porque existen pocos indicios de su existencia en la superficie.
El interferograma de radar de la ciudad neocelandesa presenta algunas irregularidades porque existen áreas donde faltan las franjas debido a la ruta del satélite, cuya técnica no funciona sobre el agua.
Otros factores pueden ser el crecimiento de la vegetación o la licuefacción.
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