El Ayuntamiento de Vic (Osona) activó ayer el mecanismo para denunciar frente al Gobierno central a los inmigrantes sin papeles que se empadronan en la ciudad. Así lo aseguró el alcalde, Josep Maria Vila d'Abadal (CiU). Sin embargo, en un nuevo episodio de confusión en el tripartito municipal, tanto PSC como ERC, socios de CiU, dudaron de que la medida se lleve a cabo. Ayer no se pudo comprobar, puesto que ningún inmigrante sin papeles se acercó a inscribirse en el padrón. En los últimos cuatro meses, del millar de nuevos inscritos en la ciudad, sólo 23 serían denunciables, según el equipo de gobierno. El primer teniente de alcalde, Xavier Solà (CiU) concretó que cuando detecte a un inmigrante irregular, se notificará el nombre y la dirección al Gobierno. "Nosotros no evaluamos, ni expulsamos, ni regularizamos a nadie porque no nos compete", dijo Solà.
La decisión del Ayuntamiento ha creado malestar entre las asociaciones de inmigrantes. Mohamadi Bouziane, portavoz de Amic Amazigh y miembro de la Coordinadora de Asociaciones de Inmigrantes de Osona, considera "una falta de respeto" que una medida así se anuncie sin hablarse previamente en la comisión mixta en la que participan cargos municipales, asociaciones de inmigrantes, entidades sociales y sindicatos. Para Bouziane, las acciones del Consistorio hacen un flaco favor a la estabilidad e implicación de los inmigrantes en la vida local.
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