El temporal de nieve y viento que colapsó Cataluña el lunes entró ayer de lleno en el universo político. El conseller de Interior, Joan Saura, no tardó en buscar culpables del caos que dejó a 168.000 escolares sin clases, a miles de conductores atrapados en sus coches y a los usuarios de Cercanías enjaulados durante horas en los trenes.
Las críticas del conseller pusieron sobre el tapete la diferencia entre las previsiones del servicio meteorológico catalán, creado en 2001, y el estatal. El primero, anunció "posibilidad" de nevadas en Barcelona por encima de los 200 metros. El segundo, rebajó la cota a 100 metros y "ocasionalmente por debajo".
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