.

.

lunes, 11 de enero de 2010

Atrapan a menor delincuente apodado "Hijo de la Cuá-Cuá"

El último de los hechos de violencia se registró cuando una familia de regreso a su hogar notó que las luces interiores de su finca habían sido encendidas. El padre de familia se dirigió al fondo, lugar en el que halló a un desconocido, quien ya tenía en su poder en una bolsa de arpillera varios objetos con la intención de llevárselos. El hombre optó por enfrentarse a él, pero el infanto juvenil sacó dentro de sus ropas una tijera de esquilar, arremetiendo violentamente. Lo hirió en el rostro y le provocó varias heridas en el cuero cabelludo. El joven logró darse a la fuga, llevándose consigo algunos efectos, pero durante su huida dejó caer su teléfono celular.

La Policía realizó las investigaciones y a través del chip del celular se determinó su participación. El infractor, domiciliado en el barrio Curupí, "viejo" conocido por su agresividad, fue retenido por una patrulla en el barrio P3. Tras su aprehensión fue conducido ante la Justicia y nuevamente enviado a dependencias del INAU capitalino "como autor inimputable del delito de rapiña especialmente agravado y hurto". Era una vez más el conocido menor infractor apodado "El hijo de la Cuá - Cuá", poseedor de al menos 60 anotaciones policiales.

En otro orden, el barrio "La Cubetera" se conmocionó cuando se buscaba a un sujeto de 18 años apodado "El Monito", que atacó a su padrastro con un arma blanca.

"El Monito" se trabó en lucha con su padrastro y lo atacó con una cuchilla, provocándole varias heridas. Los policías buscaron al heridor, pero no pudieron encontrarlo, aunque se cree que podría estar en un "aguantadero" del barrio Curupí. Desde temprana edad, "El Monito" se convirtió en verdadero flagelo para los habitantes de Paysandú por su ferocidad. Domiciliado en el barrio Don Bosco y de complexión llamativamente pequeña, en pocos años acumuló decenas de anotaciones policiales por toda clase de delitos, destacándose por su habilidad para introducirse en viviendas a través de estrechas aberturas. Luego de numerosas y breves estadías en dependencias del INAU, donde le era muy común llegar y fugar, y luego cometer nuevos delitos, en 2009 la Justicia lo envió nuevamente a un hogar del instituto en Mercedes. En más de una ocasión golpeó a su propia madre que asegura que "no puede controlarlo".

No hay comentarios: