Sorpresivamente el
ex jefe del gobierno español, José María Aznar, visitó (fuera de agenda)
la Región de la Araucanía y habría brindado todo su apoyo a las
acciones que han iniciado grupos de agricultores-terratenientes que se
oponen a las reivindicaciones del pueblo Mapuche.
La noticia
circula en toda la región de la Araucanía y fue dada a conocer por Bio
Bio la Radio; Aznar llegaba al sector Pedregoso, frente al Lago
Villarrica, a un campo perteneciente al ministro Pablo Longueira.
Originalmente la reunión se había planificado para ser recibido en el
fundo de la familia Sanguinetti, pero finalmente la reunión y cena se
verificó en la casa de los Longueira-Brinkmann.
Para una mejor
comprensión del tema, hemos de decir una palabra sobre el rol y
trayectoria política de J M Aznar. Este ícono de la derecha española,
comenzó su carrera política como jefe de junta de Castilla y León, al
poco andar se transformó en el presidente del Partido Popular y de esta
forma llegó a ser Presidente del gobierno español en dos períodos.
Aznar, siempre ha sido secundado en sus diversos roles políticos por su
esposa, Ana Botella. Ella es una admiradora de la organización católica
Legionarios de Cristo y, en su momento, una fiel defensora de quién
fuera líder de esa Orden religiosa; Marcial Maciel, quién al final de
sus días se le comprobaron diversos actos delictuales como pedofilia,
abuso de poder, tráfico de divisas y paternidad no reconocida… Es más,
la señora Botella tiene un hermano que se ordenó en las filas de Los
Legionarios de Cristo.
Volviendo a Chile, todos sabemos que J M
Aznar, vino invitado por el senador Jovino Novoa de la UDI, participó
en un encuentro con jóvenes emprendedores y fue recibido por el
presidente Sebastián Piñera en La Moneda. Aznar, también tuvo encuentros
informales con otros dirigentes políticos chilenos afines al sistema
económico neoliberal y representantes de las no pocas compañías
transnacionales españolas asentadas, desde hace años, en nuestro país.
Pero vino este hecho que lo señala claramente la prensa; el ex
gobernante español, José María Aznar, abandonó la mañana de este domingo
la Región de La Araucanía tras participar la noche del sábado en una
reunión política en la zona, en la cual se habría analizado la violencia
en la región, entre otros temas.
La información, confirmada por Radio Bío Bío,
señala que el encuentro se realizó en una casa de la zona lacustre en
Villarrica, perteneciente al ministro de Economía Pablo Longueira, quien
estuvo presente en la cita. Además, se precisó que a la reunión habrían
asistido representantes políticos de Gobierno, tanto de Santiago como
de La Araucanía.
Al respecto, se informó también que en la
amplia reunión se abordaron distintos temas como la contingencia
política del país, las próximas elecciones, pero además, se trataron los
hechos de violencia producidos en los últimos días en la zona, y que el
Ejecutivo ha calificado de terroristas.
Tenemos el derecho a
preguntarnos, junto a no pocos ciudadanos, ¿por qué va Aznar a la región
de la Araucanía a participar de reuniones en que se toca, precisamente,
el delicado momento por la que atraviesa la zona? ¿Los anfitriones qué
interés tienen en escuchar a Aznar en esta materia?
Nos parece
que el Gobierno de Chile le debe una explicación al país. Tanto porque
no se puede aceptar ninguna injerencia en la autodeterminación de los
pueblos, como por el temerario currículum que exhibe Aznar en materia de
represión, operaciones encubiertas y cómo él ve y trata el concepto
Derechos Humanos.
Para muestra dos botones. En su primer
Gobierno en España, se destacó, junto a su ministro del Interior, Jaime
Mayor Oreja, como un líder inflexible en sus posturas, teniendo como eje
central de su actuar a nivel gubernamental; la represión, la
desinformación e infiltración a organizaciones y grupos españoles
catalogados de “extremistas o terroristas”.
Segundo. Es
conocida como fue su adhesión irrestricta a los postulados del gobierno
de George Bush en su “lucha contra el terrorismo”. Al final de su
segundo mandato, Madrid sufrió un grave atentado en la Estación de
trenes de Atocha. A las pocas horas del bárbaro atentado, Aznar y su
Gobierno, irresponsablemente, culparon a la organización ETA. Al final,
se comprobó que el atentado fue obra de grupos extremos vinculados a Al
Queda u otros similares, todos externos a organizaciones políticas
españolas.
José María Aznar no tiene seriedad ni competencia
para opinar sobre los hechos que ocurren en la Araucanía ni en nuestro
débil sistema democrático. Se sabe que el ex gobernante es un admirador
de Franco y Pinochet, defensor del actual sistema electoral Binominal
que tiene Chile y férreo favorecedor de las multinacionales asentadas en
toda Latinoamérica.
Como católico militante, no le gusta el
Concilio Vaticano II y considera un exceso algunas directrices que
emanan de la doctrina social de la Iglesia. Es decir, tiene una visión
política de derecha clara y distante de lo que se debe entender por paz,
igualdad y bien común.
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