Poco más de un millar de seres humanos salieron de África hace entre 20.000 y 40.000 años para colonizar el resto del planeta y algunos de sus descendientes volvieron al continente de sus antepasados posteriormente para mezclarse con ellos. Fue en entonces, en el Paleolítico Superior, cuando se consolidaron las diferencias genéticas entre los diferentes humanos.
Esta es la conclusión a la que han llegado dos investigadores, Richard Durbin y Heng Li, de la Universidad de Cambridge, después de analizar el genoma completo de 12 personas, seis de origen africano, tres europeos y tres asiáticos (de China y Corea), abriendo la puerta a una nueva categoría de estudios de genética evolutiva que hace unos años, pocos, comenzaron a revelar detalles del pasado que no se encontraban en los fósiles.
Fue gracias a estudios del ADN mitocondrial, transmitido por las madres, como se pudo rastrear el linaje de una mujer, la Eva africana, que vivió en África hace unos 200.000 años, y cuyos descendientes habrían dado origen a la Humanidad. También el cromosoma Y, heredado de los padres, ha permitido echar la vista atrás y ver las rutas migratorias que siguieron los primero 'sapiens'.
Pero lo que Durbin y Li han publicado en 'Nature' esta semana es el primer trabajo comparativo realizado con genomas completos: "Las conclusiones se acercan a las que se tenían por otro medios, pero con más datos, las fechas se afinan más, aunque es difícil establecer las tasas de mutación que ha habido", comenta Carles Lalueza-Fox, experto en ADN antiguo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Mutaciones por generación
No hace mucho, como recuerda Lalueza-Fox, y gracias a los genomas de dos progenitores y su hijo se determinó que en el vástago había entre 60 y 100 modificaciones en los nucleótidos respecto a sus padres (de un total de 3.200 millones). "Eso supone una mutación por gen, que no es poco", afirma el investigador español.
De los genomas analizados, los científicos de Cambridge confirman que fue hace unos 100.000 años cuando los humanos modernos comenzaron a abandonar África, pero tras su salido sufrieron una fuerte caída de sus poblaciones, hasta disminuir a una décima parte, de forma que hace entre 40.000 y 20.000 años eran sólamente unos 1.200 en edad reproductiva, que son los antepasados de todos los europeos y los asiáticos.
Estudios de otros grupos cientificos tambien han detectado 'cuellos de botella' poblacionales en África, pero no tanto, como mucho hasta los 5.700 individuos en edad reproductiva. "Esta es una de las razones por las que la diversidad genética africana es mucho mayor que entre el resto de los humanos", explica Lalueza-Fox.
Durbin y Li también compararon el cromosoma Y de un yoruba africano y de un no-africano para averiguar cuando ambas grupos dejaron de entrecruzar los genes y la conclusión es que, pese a que hace 40.000 años los 'emigrantes' estaban muy ocupados colonizando Europa, Asia y Australia, también se cruzaron con africanos hasta fechas tan recientes como hace 20.000 años.
Según Durbin, la explicación estaría en que tras una primera salida hace unos 60.000 años, hubo nuevas oleadas de salidas y viajes de vuelta, una explicación que no convence a Chris Stringer, del Museo de Historia Natural de Londres: "Pudeo haber flujo de genes puntuales, pero sería asombroso que continuase en ese período", ha señalado en 'News Nature'.
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