Trípoli, 19 abr (PL) Aviones de la OTAN intensificaron hoy los bombardeos sobre esta capital y Sirte, ciudad natal del líder Muamar El Gadafi, en un intento por ayudar a los rebeldes a alterar el estancamiento del conflicto libio.
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El canal estatal Al Jamahiriya reportó que la ciudad de Trípoli y la localidad de Aziziyah, en el norte de Sirte, "fueron sometidas a bombardeo por la agresión de los cruzados coloniales en las primeras horas del martes", pero no ofreció cifras de posibles víctimas.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) lanzó potentes ataques aéreos sobre esas regiones con el fin de debilitar las defensas de Sirte, el principal objetivo a conquistar por la rebelión armada en la zona oriental del país.
Voceros de la alianza atlántica confirmaron que el lunes en la noche realizaron varias incursiones aéreas contra instalaciones del Ejército leal a El Gadafi, incluido un cuartel en el sur capitalino.
Las fuerzas armadas libias continuaron este martes sus operaciones en inmediaciones de la ciudad de Ajdabiya, en el este, frenando el avance de las fuerzas rebeldes hacia el enclave petrolero de Brega como paso previo a la pretendida toma de Ras Lanuf y Sirte.
Luego de haber retrocedido el lunes unos 40 kilómetros al oeste de Ajdabiya, las tropas leales al líder libio obligaron a los opositores a reconsiderar la reconquista de la estratégica Brega y su refinería, pese a estar apoyados por los bombardeos de la OTAN.
Entretanto, fuentes de la cancillería en Trípoli dijeron a periodistas que son exageradas las informaciones de la situación y la cifra de víctimas en Misratah, la única ciudad del oeste en manos rebeldes y sometida a fieros combates entre opositores y regulares.
Sin embargo, el Gobierno de El Gadafi permitirá el acceso de personal de la ONU a los "territorios bajo su control", y Misratah para suministrar unas 240 toneladas de trigo, galletas energéticas y otros alimentos para civiles.
Un portavoz advirtió que será muy difícil hacer llegar la ayuda a Misratah porque los alzados no dejarán que militares o policías gubernamentales lleguen escoltando los ocho camiones de la ONU que ingresarán al país por la frontera oeste con Túnez.
Las tensiones se multiplicaron, además, por la intención del gobierno británico de enviar varios asesores militares a Libia para apoyar a los insurgentes en Benghazi, y rumores de que la Unión Europea autorizaría el desembarco de tropas, a lo cual se opone Italia.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) lanzó potentes ataques aéreos sobre esas regiones con el fin de debilitar las defensas de Sirte, el principal objetivo a conquistar por la rebelión armada en la zona oriental del país.
Voceros de la alianza atlántica confirmaron que el lunes en la noche realizaron varias incursiones aéreas contra instalaciones del Ejército leal a El Gadafi, incluido un cuartel en el sur capitalino.
Las fuerzas armadas libias continuaron este martes sus operaciones en inmediaciones de la ciudad de Ajdabiya, en el este, frenando el avance de las fuerzas rebeldes hacia el enclave petrolero de Brega como paso previo a la pretendida toma de Ras Lanuf y Sirte.
Luego de haber retrocedido el lunes unos 40 kilómetros al oeste de Ajdabiya, las tropas leales al líder libio obligaron a los opositores a reconsiderar la reconquista de la estratégica Brega y su refinería, pese a estar apoyados por los bombardeos de la OTAN.
Entretanto, fuentes de la cancillería en Trípoli dijeron a periodistas que son exageradas las informaciones de la situación y la cifra de víctimas en Misratah, la única ciudad del oeste en manos rebeldes y sometida a fieros combates entre opositores y regulares.
Sin embargo, el Gobierno de El Gadafi permitirá el acceso de personal de la ONU a los "territorios bajo su control", y Misratah para suministrar unas 240 toneladas de trigo, galletas energéticas y otros alimentos para civiles.
Un portavoz advirtió que será muy difícil hacer llegar la ayuda a Misratah porque los alzados no dejarán que militares o policías gubernamentales lleguen escoltando los ocho camiones de la ONU que ingresarán al país por la frontera oeste con Túnez.
Las tensiones se multiplicaron, además, por la intención del gobierno británico de enviar varios asesores militares a Libia para apoyar a los insurgentes en Benghazi, y rumores de que la Unión Europea autorizaría el desembarco de tropas, a lo cual se opone Italia.
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