México, 19 abr (PL) La Policía y los mandos militares del estado mexicano de Hidalgo están alertas hoy ante la posibilidad de recibir un ataque del cártel "Los Zetas", en venganza por la captura de 32 de sus miembros.
"No se escapa esa posibilidad, es una realidad y por eso tenemos que tener acciones permanentes de inteligencia y prevención", señaló el secretario de Gobierno, Fernando Moctezuma Pereda, durante la presentación de la célula delictiva detenida este fin de semana, reportó el diario Milenio.
El gobierno de Hidalgo, dijo, reconoce la labor de los policías, en tanto "es admirable lo que han logrado, tenemos que apoyarlos, pero también tenemos que cumplir con un esfuerzo permanente de salvaguardar la seguridad".
Entre los detenidos está Héctor Hugo Espiroqueta, quien es considerado un líder local de la violenta organización criminal, precisó Fernando Hidalgo, vocero de la procuraduría estatal hidalguense, quien aseguró que el sicario y sus tres mujeres acompañantes confesaron dónde se encontraba el resto de la célula
Asimismo, en otra operación fueron arrestados los otros miembros del grupo, que al parecer están vinculados con el coche bomba que el 22 de enero pasado mató al comandante Víctor Peña Pérez, e hirió a otros tres agentes, en Tula, en el propio estado; además, se les acusa de al menos otras 15 muertes.
Dicho atentado dinamitero se considera una represalia por la muerte de varios miembros del cártel de "Los Zetas", en días previos a la explosión; de ahí que no se descarte la repetición de este modus operandi.
Otras acciones recientes contra la banda ocurrieron en Tamaulipas, donde el líder local de San Fernando y varias decenas de sus delincuentes están detenidos actualmente bajo la acusación de asesinar al menos a 217 personas que transitaban por la zona.
A su vez unos 16 policías locales, sospechosos de colaborar con la célula de "Los Zetas", encabezada por Martín Omar Estrada Luna, alias "El Kilo", están retenidos, en tanto algunos testimonios afirman que la banda pagaba a los policías de ese lugar al menos cinco mil pesos (425 dólares) mensuales.
Este sicario también es sospechoso de la desaparición del secretario de Seguridad Pública y del agente del Ministerio Público que investigaban la masacre de 72 indocumentados centroamericanos en agosto de 2010.
"No se escapa esa posibilidad, es una realidad y por eso tenemos que tener acciones permanentes de inteligencia y prevención", señaló el secretario de Gobierno, Fernando Moctezuma Pereda, durante la presentación de la célula delictiva detenida este fin de semana, reportó el diario Milenio.
El gobierno de Hidalgo, dijo, reconoce la labor de los policías, en tanto "es admirable lo que han logrado, tenemos que apoyarlos, pero también tenemos que cumplir con un esfuerzo permanente de salvaguardar la seguridad".
Entre los detenidos está Héctor Hugo Espiroqueta, quien es considerado un líder local de la violenta organización criminal, precisó Fernando Hidalgo, vocero de la procuraduría estatal hidalguense, quien aseguró que el sicario y sus tres mujeres acompañantes confesaron dónde se encontraba el resto de la célula
Asimismo, en otra operación fueron arrestados los otros miembros del grupo, que al parecer están vinculados con el coche bomba que el 22 de enero pasado mató al comandante Víctor Peña Pérez, e hirió a otros tres agentes, en Tula, en el propio estado; además, se les acusa de al menos otras 15 muertes.
Dicho atentado dinamitero se considera una represalia por la muerte de varios miembros del cártel de "Los Zetas", en días previos a la explosión; de ahí que no se descarte la repetición de este modus operandi.
Otras acciones recientes contra la banda ocurrieron en Tamaulipas, donde el líder local de San Fernando y varias decenas de sus delincuentes están detenidos actualmente bajo la acusación de asesinar al menos a 217 personas que transitaban por la zona.
A su vez unos 16 policías locales, sospechosos de colaborar con la célula de "Los Zetas", encabezada por Martín Omar Estrada Luna, alias "El Kilo", están retenidos, en tanto algunos testimonios afirman que la banda pagaba a los policías de ese lugar al menos cinco mil pesos (425 dólares) mensuales.
Este sicario también es sospechoso de la desaparición del secretario de Seguridad Pública y del agente del Ministerio Público que investigaban la masacre de 72 indocumentados centroamericanos en agosto de 2010.
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