¿Qué pasó con los 800 millones de litros de petróleo y los más de siete millones de litros de químicos dispersantes vertidos en el Golfo de México? ¿Qué pasó con las gambas y la gente que vive de su pesca? ¿Qué pasó con Tony Hayward, ex presidente de BP y 'hombre más odiado de EEUU' que quería que le 'devolvieran su vida'?
Los ganadores
Hayward dimitió como director ejecutivo de TNK-BP, pero continúa como director no-ejecutivo. Según 'The Guardian', está en el punto de mira de varias empresas como posible directivo, incluyendo Glencore, cuyo fundador fue el criminal 'de cuello blanco' más buscado de los EEUU y quien fue absuelto por el presidente Bill Clinton. El diario británico añade que Andy Inglis, director de exploraciones de BP hasta diciembre pasado, fue contratado por la empresa de gas natural y petróleo Petrofac, con un regalo de bienvenida de un millón de libras.
Los cinco principales ejecutivos de Transocean, dueña de la plataforma que explotó, recibieron un total de 898.282 dólares en plusvalías por considerar que el 2010 fue el año más seguro de su historia. Tras el escándalo levantado por la noticia, los ejecutivos decidieron donar voluntariamente el 25% de dicho bono a un fondo de ayuda a las familias de las víctimas.
BP ha repartido 3.800 millones de dólares de los 20.000 millones que tiene comprometidos para compensar a las víctimas. 405.650 personas y 99.511 empresas han pedido compensación económica a través de la agencia establecida por el gobierno, la Agencia de Demandas de la Costa del Golfo (GCCF, por sus siglas en inglés), llevada por Kenneth Feinberg.
Algunos se han beneficiado de los contratos de BP, que se ha gastado hasta ahora 16.000 millones de dólares en el vertido. Éstos son los que en Luisiana se les denomina 'Ricos BP' o 'Vertidonarios'. Según una investigación de Propublica y The Washington Post, hubo más de un aprovechado que cobró a BP cantidades exorbitantes, entre ellos familiares de políticos que por un lado acusaban a BP y por otro ponían la mano para lucrarse.
Las empresas petroleras siguen acumulando beneficios. Por ejemplo, Chevron vio sus acciones bajar de 82 dólares a 67, pero rebotó hasta alcanzar 104 dólares por acción el lunes. Además, el vertido no ha frenado la explotación de crudo ni tampoco ha servido para que se eleve el límite de compensación económica a víctimas, establecido en 75 millones de dólares.
"La mayoría de las leyes que se quieren pasar, especialmente entre los republicanos del Congreso, son como si el incidente de Deepwater Horizon-Macondo nunca hubiera ocurrido", dijo el secretario de Interior de EEUU, Ken Salazar. "Si ocurriera otro 'Macondo' y no pudiéramos contenerlo representaría probablemente la muerte del desarrollo energético de nuestros océanos". A pesar de las mejoras mínimas en regulación, el Departamento de Interior ha concedido diez nuevas licencias de perforación en aguas profundas desde que se levantara la moratoria en octubre. Otras 15 licencias esperan el visto bueno.
Los perdedores
Once trabajadores fallecieron por la explosión. Keith Jones, abogado, quien perdió a su hijo en la explosión, lleva 12 meses intentado cambiar la Ley del Fallecimiento en Alta Mar, aprobada en 1920, por la cual los familiares de las víctimas de casos de muerte por negligencia, no pueden cobrar más que daños directos, como el entierro o la pérdida de sueldo hasta la jubilación.
Las víctimas humanas se ven eclipsadas en número por la de cientos de miles de animales, además de los daños causados a la flora marina. El Centro de Biodiversidad Biológica de Tucson (Arizona), calcula que han fallecido más de 6.000 tortugas, 82.000 pájaros y 25.900 mamíferos. "Cuando el mar sufre, sufrimos todos, ya que los océanos son los pulmones de la tierra", dice la bióloga marina, Sylvia Earle. Hay quienes dicen que el petróleo y los dispersantes han desaparecido, otros que afirman que están en el fondo del mar.
Económicamente, el 'oro negro' en nuestras vías respiratorias le ha costado el empleo a pescadores, muchos de ellos 'toreados' por BP desde el principio. Estos son también los que menos han cobrado del fondo de ayuda. Son quienes le gritan a Feinberg en las reuniones públicas.
El vertido ha afectado también a la salud de los residentes de la zona, algunos de los cuales sufren desde entonces dolores de cabeza crónicos. En una reunión dentro de un hipermercado Walmart abandonado, varios de ellos fueron a quejarse a Feinberg.
"No nos han pagado", dijo entonces Cathy Bianchard. "Eso será en tu caso", interrumpió Feinberg. La mujer pidió entonces que se levantaran quienes no habían cobrado, a lo que se pusieron de pie la mitad de los que estaban sentados. Muchos se quejaron de que el dinero está llegando sólo a quienes no se lo merecen.
"No me lo creo", se defendió Feinberg. "Si piensas que este dinero se lo están llevando 'strippers', estás equivocada. Si te dicen que no estamos pagando a pescadores de ostras, cangrejos y gambas, no es verdad. La idea de que casi 4.000 millones se lo están llevando camareros, 'strippers' y peluqueros es ridícula".
Quizás los beneficiados no sean peluqueros, pero sí algunos abogados. Según el diario 'The New York Times', más de 50 personas han protestado a la GCCF, porque han sido 'compensados' por sus pérdidas a través de firmas legales que ellos no contrataron, sin luego recibir un céntimo. Feinberg reconoce que estos casos existen y suponen un problema.
Otros perdedores fueron los inversores en bolsa que vendieron sus acciones de BP el 25 julio 2010, cuando habían caído en picado tras el accidente. A partir de entonces han subido desde los 27 dólares por acción hasta los 44 dólares. El día de la explosión habían llegado a estar en los 60 dólares.
Un año después del accidente, quedan muchas dudas por responder y muchas leyes por cambiar. Y esto va para largo, tanto legalmente y económicamente como a nivel medioambiental.
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