La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido de que la detección de radiación en alimentos tras el terremoto que dañó la planta nuclear de Fukushima en Japón es un problema más serio de lo que se había previsto originalmente.
"Está claro que es una situación seria", dijo desde Manila Peter Cordingley, portavoz de la oficina para el Pacífico Oeste de la OMS.
"Es mucho más serio de lo que cualquiera pensó en los primeros días, cuando creímos que este tipo de problema podía limitarse a 20 ó 30 kilómetros", declaró.
La radiación detectada en verduras, polvo, leche y agua contaminada están aumentando el temor en la región, pese a que funcionarios nipones han asegurado que los niveles no son peligrosos.
El Gobierno japonés ha prohibido la venta de leche sin procesar desde la prefectura de Fukushima y de espinacas desde otra área cercana, y dijo que podría anunciar el lunes más tarde restricciones adicionales a otros alimentos.
Cordingley dijo que la OMS no tiene evidencia de que los alimentos contaminados desde la prefectura de Fukushima hayan llegado a otros países.
Las autoridades han registrado en el agua corriente niveles de yodo radiactivo tres veces superior al límite legal en una población situada a 40 kilómetros de la central nuclear de Fukushima, según ha comunicado el Gobierno, que también ha explicado que este hallazgo no implica un riesgo inminente para la salud.
En la localidad de Litatemura, con alrededor de 4.000 habitantes, los niveles de yodo se han situado en los 965 bequerelios por cada kilogramo de agua, frente a los 300 bequerelios por kilo establecidos como límite a partir del cual no es aconsejable beber agua.
En referencia a la radiactividad advertida en los vegetales cultivados en las prefecturas de Gunma, Tochigi (centro) y Chiba (centro-este), el organismo ha asegurado que no supone una amenaza para la salud, pese a que rebasa los límites normales.
En estas prefecturas, ubicadas al sur de Fukushima, se ha detectado una radiación excesiva en las hojas de espinaca. Así, las autoridades de Gunma han ordenado a las cooperativas locales que interrumpan el envío de productos hortícolas y asuman la devolución de los ya enviados.
El mayor problema está en las espinacas de algunas localidades de Ibaraki (centro-este), que superan 27 veces los niveles legales de radiactividad. Sin embargo, las autoridades han delegado en los gobiernos municipales la decisión de cesar voluntariamente el comercio de alimentos posiblemente contaminados.
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